Paperplane (Narry Storan fanfiction)

Capítulo 24: Muñeca

Bueno, primero de todo, he escuchado muchas canciones con este capítulo. Os recomiendo las siguientes: "Little me" de Little mix, "Right now" de One Direction, "You tale my breath away" de Queen, "Turn tour face" de Littlw mix, "Young & Beautiful" de Lana de Rey, "Say something" de A great big world ft. Christina Aguilera o cualquiera parecida.

Ahora, disfrutad ( y llorad?)

Niall's POV:

He visto el mundo hundirse demasiadas veces.

Sentado en el centro de una habitación vacía, observé mis manos. Y deseé que fueran alas y pudieran llevarme lejos y liberarme de todo. Que mi alma se fuera, libre, y mi cuerpo dolorido, mis recuerdos, absolutamente todo solo quedara ahí, quieto, roto y frágil, para siempre jamás.

Soy como una muñeca de porcelana rota. He pasado por tantas manos... Me han usado, me han roto, han jugado conmigo, han intentado arreglarme. Han echo tantas cosas conmigo...

Pero ahora.... ¿quien quiere jugar con la muñeca rota? Le muñeca fea, vieja y rota...

Crean a un monstruo y luego nadie quiere cargar con las consecuencias.

Pero ya lo tengo aceptado. Me he equivocado demasiadas veces. Se como son la vida, la muerte. He amado y he odiado. He creído, he reído, he llorado. ¿Qué sentido tiene la existencia? ¿Puedo caer más bajo?

Soy la mitad de un corazón. La mitad de un cuerpo. La mitad de una alma. La mitad de un recuerdo.

¿Por qué estoy tan solo? ¿Donde están mis mitades?

Fátima se llevó mis recuerdos.

Zayn se llevó mi alma.

Andrea se llevó mi cuerpo.

¿Quién tiene el pequeño, sucio y marchitado corazón de una vieja muñeca de porcelana?

Harry.

Harry me quería con todo. Él hubiera sido capaz de cualquier cosa. Pero... ¿cómo voy a romper yo a una muñeca tan bonita? No puedo hacerle esto.

Si pudiera gritaría. Me diría a mi mismo: "¡Hazte notar! ¡Se más fuerte, más poderoso, puedes ser y hacer lo que quieras!".

Pero no puedo. En algún momento, también perdí mi voz.

Me dejé caer de lado sobre el viejo suelo de madera, y este crujió.

Empecé a sollozar, ahogándome.

Cierra la puerta. Apaga las luces. No quiero oír nada. Ni a nadie. Quiero irme. ¡Irme lejos, para siempre!

Por que no me dejáis en paz... sólo dejad que la muñeca se rompa sola.... ya habéis agrietado su bonita piel y amargado su corazón. Ahora solo dejad que ella misma se arranque los pedacitos y se hunda. Dejad que se convierta en polvo y se vaya volando.

Con pesar, muy lentamente, me levanté. Mi habitación... Ya no habia nada. Un armario vacio. Eso era todo. Todavía podía apreciar las marcas del póster que tenía colgado en la pared.