Paperplane (Narry Storan fanfiction)

Capítulo 1: Harry

Harry's POV:

Cuarta planta. Hospital central de Holmes Chapel.

Caminaba con tranquilidad por el pasillo. En cualquier otro sitio estaría silbando, pero era un hospital y debía guardar silencio.

-Eh...- tanteé, acercándome a la chica que estaba sentada ante un ordenador, detrás del mostrador. Ella levantó la cabeza y asintió en mi dirección-. Busco a la Doctora Styles, ¿podría decirme en que habitación está?

La chica volvió a mirar el ordenador, cliqueó un par de cosas y me miró de nuevo.

-Habitación número  247, el tercer pasillo.

Le di las gracias, pero ella ya no me prestaba atención, estaba concentrada en la pantalla.

Me deslicé por los pasillos con tranquilidad, a pesar de que moría de ganas de contarle a mi madre que tal me había ido el primer día en la agencia de modelaje.

Toqué tres veces la puerta con los nudillos de la habitación 247, con extrema suavidad. La gente traumatizada es muy alterable y no quería ser motivo de un desastre. Abrí la puerta.

Sentado en la cama como un indio, de espaldas a mi, el joven paciente de mi madre volteó la cabeza para ver quien había interrumpido su sesión de terapia. Pero mi madre no estaba en la sala.

-Eh... perdón, creo que me equivoqué, buscaba a la doctora Styles.

-Oh, no, ha ido a buscar... una cosa, volverá enseguida, puedes esperar aquí o fuera, como tu quieras.

-¿Te molesta que me quede? Es mi madre, y...- dejé la frase al aire, encogiéndome de hombros.

-¿Tu eres el hijo de Anne?- él levantó una ceja con gracia, y enseguida me inspiró confianza.

-Así es.

El rubio sonrió abiertamente.

-Soy Niall, tu madre me habla a menudo de ti.

El azul celeste de sus ojos eran como una orbita absorbente para mi. Ese reflejo de un cielo veraniego, tenia una fuerza magnética. Pero Niall, ajeno a eso, sólo había devuelto la mirada a la ventana de ante él.

-Entonces... ¿tu eres paciente de mi madre?- dije mientras me balanceaba hacia adelanta y hacia atrás sobre la planta de mis pies.

Él volvió la mirada hacia mi y sonrió algo nervioso.

-Sí, bueno... yo casi la consideraría una amiga, por raro que se haga. Confío mucho en ella.

Reí con suavidad.

-¿Mi madre te habla mucho de mi? Casi me da miedo lo que te cuente...

-¡No, que va! Tu madre siempre habla genial de ti. Te adora de verdad, Harry.

-Bueno, si no cuenta anécdotas vergonzosas...- dije con una carcajada.

Él también rió, y su  risa era de lo más contagiosa: escandalosa  y potente, melódica y sincera. Al verlo, sentado en la camilla del hospital, con los pantalones piratas y la camiseta, ambos anchos de algodón blanco, una chaqueta color rojo, el pelo rubio y castaño, tan despeinado, tan joven, tan inocente, era fácil imaginar su voz mucho más suave, pero al escuchar esa carcajada carismática y contagiosa sabias que esa era su voz. No podría ser distinta.

-Sueño con que me las cuente algún día- añadió al calmarse.

Me senté a su lado en la cama y balanceé las piernas. Ambos perdimos la mirada en la ventana de nuevo. La vista era del aparcamiento, no era muy buena, pero bueno...