*Narra Jimin*
Día número 30 de entrenamiento:
Hoy es la primera eliminación del concurso en que Hoseok me metió. Los bailarines estaban estirándose, tomando agua, practicando sus rutinas... Incluso unos estaban haciendo ejercicio... Me sentía intimidado por todos ellos, pero Hoseok logró animarme.
Fueron pasando uno por uno al escenario, cuando regresaban, era muy variada la expresión que llevaban en su rostro. Lo que no pudo fallar fue la tristeza y la alegría de todos ellos. En mis oídos llevaba mis audífonos puestos, reproduciendo algo de The Chainsmokers, si soy sincero ni siquiera me pude fijar en el nombre de la canción.
"Número 75, Park Jimin, es tu turno."
Un hombre de mediana edad habló desde la puerta que dividía el escenario del área de espera. Pasé, despojándome de mi chamarra y dejándosela a Hoseok, quien me deseó suerte. Al ir caminando, sentí los ojos de los demás bailarines en mi espalda... Sentía cómo sus ojos se clavaban a mí como navajas.
Caminé hasta quedar en el centro del escenario. Había tres jueces y la audencia. Hice una reverencia y luego recuperé mi postura, esperando a que la canción se reprodujera. Mi cabeza estaba en blanco, hasta que, de la nada, la música entró por mi oído y dibujo en el blanco espacio de mi mente garabatos para dibujar la historia que había narrado cuando profundicé el significado de la melodía.
Comencé sin problema, imaginando a mi madre y a mi padre como una pareja feliz... Se amaban y abrazaban... Salté de un lugar a otro, y de repente aparece el hijo... Que soy yo, al cual mi madre toma en sus brazos y me mima mientras mi padre se manifiesta entre nosotros... Somos una familia feliz. Mi cadera comenzó a sentirse más floja, más libre de seguir con su vayvén, mientras mis pies se sienten más fuertes. Llega la parte de los violines, recuerdo a mi madre dejándome en aquél basurero... Estando demasiado dentro de mi cabeza, reproduje ése momento, las horas que pasé esperándola y de repente se oscureció... Dormí fuera del basurero ése día. Aún recuerdo cómo el frío calaba en mis huesos y no podía dejar de temblar. También sentí cómo la temperatura bajó cuando un auto me empapó con el agua sucia de un charco que estaba en la calle. Intenté reclamarle, pero él no me escuché, y me eché a llorar...
Cobré la conciencia, y el solo de los violines ya había terminado. El nuevo principio había comenzado hace dos compases, y yo alargué el solo de los violines. Lo remedié, pero estoy seguro de que al menos alguno de la audencia se había dado cuenta de mi error. La parte donde se supone que me convierto en fénix es cuando hago una vuelta levantando mi pierna izquierda para doblarla como garza. Paulatinamente iba a ir deteniéndome para dar una imágen bella.
Me detuve, y abrí los ojos. Cuando los abrí, sentí el cálido brillo de las luces incoloras del escenario, y al poco tiempo, escuché los aplausos de la audiencia hacia mí. Mi respiración agitada y la emoción que sentía me llenaron de un sentimiento hermoso. Al mirar al escenario y hacer la última reverencia, vi a Namjoon en el fondo aplaudiendo y gritando mi nombre. Sonreí y regresé al área de descanso, donde Hoseok me esperaba con los brazos abiertos, pero se impacientó y él fue corriendo a abrazarme y a elevarme en sus brazos.
- ¡Te dije que lo lograrías, Jimin!, ¡Eres el mejor! - Hoseok me movía de un lado al otro mientras gritaba emocionado.
-... Ho-hoseok... - no pude evitar llorar. - Me equivoqué... Y fue muy notorio... - Hoseok se detuvo y luego me bajó. Me le qiedé viendo desde abajo y él a mí.
- ¡Sí que eres muy estricto contigo mismo!, ¡Vamos, hombre!, ¡te salió bien! - dijo Hoseok animado y me volvió a abrazar. - ¿Ves a aquél niño de allá? - puso una mano sobre su mejilla y lo miró con maldad. - Se equivocó en toda su coreografía al presentarla y en pleno escenario se puso a llorar. - rió por lo bajo con una risa falsa que me hizo reír. En eso, una mujer con gesto exagerado tocó el hombre de Hoseok.
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🌹 Mi Pequeño Pies Ligeros 🌹
FanfictionJimin es un chico de la calle abandonado a los cinco años en un basurero. Intentando sobrevivir al hambre y los peligros de las grandes calles de Busan, Jimin ve a un chico bailar, quien despierta una pasión desenfrenada en Jimin. El joven millonar...