𝐋𝐮𝐳𝐛𝐞𝐥»𝐋𝐒

Penitencia

"Sigo mal y seguiré peor, pero sigo aprendiendo a estar sola y eso es mejor.....Frida Kahlo"

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El suelo comenzó a temblar bajo los dos cuerpos, aquel azulejo se abría de apoco causando que ambos cuerpos se separaran considerablemente, pero aun así Louis no soltó el agarre. Miro los ojos verdes del adolescente al borde de un colapso, sentía sus brazos temblar de furia y odio pues aquello significaba que ambos tendría un castigo por parte de los  encargados del limbo.

En un abrir y cerrar de ojos ambos fueron tragados por el suelo, dejando el grito aterrado del ojiverde en la habitación cuando el suelo se cerraba de nuevo. Louis había soltado a Harry del agarre, separándose de su cuerpo en aquel tubo de luz donde ambos estaban metidos, en menos de 5 segundos el cuerpo del menor impacto con el suelo frío soltando un gemido de dolor, se levantó enseguida queriendo pensar que en realidad se había caído de su cama y que no había salido nada del libro que había encontrado, pero ese lugar no se parecía en nada a su habitación ya que el piso no era de azulejo sino de madera, él no tenía sofás de cuero negro, su habitación no era tan grande y estaba bastante seguro que era mucho más iluminada, tampoco había personas merodeando por todo el lugar como si estuvieran perdidas. Sintió pánico en el instante, busco desesperadamente aquella última persona que lo hizo llegar a este lugar, pero no había rastro de ella, camino entre las personas tratando de encontrar una puerta, una ventana o lo que fuera que lo sacara de ahí, fue entonces cuando una puerta marrón apareció frente a sus ojos y a través de ella salía un furioso Louis, en cuanto conectaron sus miradas hubo sentimientos completamente distintos, Louis quería golpearlo, matarlo y tomar su último aliento, incluso intercambiaría el alma del ruloso por cualquier cosa incluso una noche en aquel burdel porque incluso en el infierno existían las tentaciones de los mortales. Por otra parte Harry sentía alivio, sintió el alma volver a él cuándo aquellos ojos azules le bañaron con su mirada, juraba que podía sentir el agua del mar por la zona donde aquel hombre le miraba.

— Tú aquí, ahora—Louis nunca había tenido la amabilidad de mostrar modales o educación ante un humano y lastimosamente Harry no sería la excepción—No me hagas tomar tus rizos y volverlos lacios.

Harry asintió torpemente, corrió al cuerpo del contrario como si este fuera un familiar muy querido y hace años que no lo veía, se sentía a salvo cuando sus brazos tomaron el torso de Louis en un fuerte abrazo.

—Suéltame,por tu culpa tenemos problemas—Harry quien no entendía la situación se despegó del cuerpo del ojiazul tratando de ver mejor donde estaba, dos hombres en un escritorio a solo 3 metros de distancia quienes veían fascinados y aterrorizados al mismo tiempo—les dije que yo no le hice nada.

—Hola Harry—le saludo el hombre detrás del escritorio, quien tenía la piel blanca y una encantadora sonrisa, un pelo blanco y labios rosas—Soy Gabriel, nos informaron que tienes problemas.

—¿Problemas? —pregunto el ojiverde mirando a Louis con confusión pero este solo giró el rostro mostrando que le importaba poco lo que el rizado le dijera. — ¿Cómo es que usted sabe mi nombre?

—Así parece pequeño, tienes graves problemas—una segunda voz hizo presencia en aquella habitación—Hola soy Belcebú.

—Usted tiene un nombre raro—los hombres rieron ante el comentario del chico, entonces el segundo hombre de piel un poco más oscura y cabello negro y ojos blancos se levantó del escritorio de donde estaba sentado.

—Dime Harry, ¿Cómo conoces a Louis? —Harry frunció el ceño extrañado ante la pregunta.

Gabriel ante su expresión soltó una risa cariñosa, alegre y risueña que contagió a Harry enseguida.