Niño especial

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[ Lo que empieza en enojo termina en vergüenza.]

[Benjamín Franklin.]

Simplemente paso, simplemente ocurrió, no se le venía nada más a la mente que esa reciente y magnífica explicación que ahora le daba a su entorno, ¿en serio cambio lo más dulce en toda su existencia por solo un día en el inframundo?, le comenzaba ...

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Simplemente paso, simplemente ocurrió, no se le venía nada más a la mente que esa reciente y magnífica explicación que ahora le daba a su entorno, ¿en serio cambio lo más dulce en toda su existencia por solo un día en el inframundo?, le comenzaba a carcomer en el interior, ya no sentía aquella chispa en el centro de su ser que le impulsaba a entender su entorno, extrañaba aquel libro de la tundra en la habitación del muchacho, incluso se atrevía a decir que extrañaba la ventana donde se sentaba a contemplar a la luna. ¿Ya estaba en el punto de cero retorno?, ¿ya podía rogar por volver? Ciertamente no lo sabía pero al ser un demonio sería algo que no diría abiertamente, algo con lo que lucharía hasta su muerte si ese fuera el caso; había pensamientos que atormentaban su mente como el hecho de que ya no estaba aquel hermoso sentimiento de indiferencia, extrañaba silenciosamente el odio inmenso hacia todo lo que hace sentir a los humanos cálidos y no estaba hablando del sentido corporal. ¡Es un demonio por el amor de dios!, al diablo los humanos y sus estúpidos sentimientos.

"Esto es ridículo" pensó para sí mismo.

Debía y quería despejar su mente, ¿Cómo lo haría cuando estaba ese insistente recordatorio del mundo humano en sus brazos?, había pasado un largo tiempo visitando de nuevo aquellos atractivos lugares donde solía pasar el tiempo; recorrió sus mausoleos favoritos, entro a todos los bares y clubs, se había atrevido a besar a todas las almas marchitas de todas las mortales ya condenadas –claro, todas las que habían llamado su atención- pero por más placentero que fuera la experiencia nunca lograba quedarse por más tiempo del necesario. Había olvidado la sensación de vacío y soledad que tenía antes de conceder su último deseo, ¿estaba molesto? No, no lo estaba porque sabía que no tenía caso estarlo.

—Hey Louis—levantó la vista hacia la voz de su amigo moreno tensando sus labios. —Ahora que acabaste con el humanito podemos divertirnos como en los viejos tiempos, ¿no?

—Los viejos tiempos son los mismos tiempos Zayn— quitó la vista de su amigo y la volvió a centrar en aquella pluma en sus dedos.

—Pensé que era esto lo que querías.

—Nunca dije que sí—dijo apretando el objeto en sus manos.

—Tampoco dijiste que no —sus palabras salían desafiantes y certeras, quería llenarlo de culpa hasta hacerlo volver, antes de que fuera tarde y sabía que solo le quedaban pocos días. —puedes seguir aquí sentado o en cualquier burdel del inframundo solamente mirando ese aparatejo.

— ¿Qué propone el gran Zayn? —preguntó con ironía y enfado.

Zayn sonrió sabiendo las teclas que estaba por tocar en la mente de Louis, solo hacía falta tocarlas en el orden correcto para crear la perfecta sinfonía para hacerlo bailar en su juego de manipulación.

𝐋𝐮𝐳𝐛𝐞𝐥»𝐋𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora