𝐋𝐮𝐳𝐛𝐞𝐥»𝐋𝐒

Secretos 2/3

"No confíes tu secreto ni al más íntimo amigo; no podrías pedirle discreción si tú mismo no la has tenido."

Lubwing Van Beethoven

—¡buenos días! —la alegre voz de Harry inundó el comedor y parte de la sala—¿Lou? ¡Lou!

—Buen día Harold—saludo Louis neutro, pues a pesar que había dejado a Liam helado le gustaba mantener aquella seriedad.

Harry se abalanzó contra él y lo atrapó en un abrazo, uno que Louis correspondió gustoso solo que era demasiado bueno para ocultarlo que se vio como si quisiera acabar con él lo más pronto posible.

—Harry. —dijo Liam notablemente descolocado, aclaró su garganta sin otra intención más que hablar claro—aún estás enfermo, ¿no deseas desayunar en tu habitación?

—No hace falta—interrumpió Gigi—Harry a amanecido de tan buen estado que me parece sorprendente. —Gigi dirigió su mirada a Louis quien fingió sorpresa ante la presencia del demonio—oh señor Louis que grata sorpresa. ¿se quedara a desayunar con nosotros?

—No quisiera molestar, además ya he sido demasiado inoportuno.

—Tonterías—expresó Gigi—Harry cariño, ¿Por qué no me ayudas a preparar la mesa y el desayuno?

—Sí—dijo puedo separándose del demonio, este último le dejo un pequeño beso en su hombro por encima de su ropa apenas percibido por el menor quien no dudó en sonrojarse ante el gesto.

—Si Harry ayuda en la preparación no puedo esperar para degustar la comida—elogio Louis, Harry le ofreció una dulce sonrisa.

—Louis...—llamo Liam haciendo que Louis quitara los ojos de Harry y que el nombrado se fuera al fin del comedor.

—¿si señor Payne? — pregunto educado Louis.

—¿podemos hablar del asunto en mi despacho? —pidió Liam quien veía rogante a Louis, este con su porte superior asintió.

Ambos se levantaron del comedor casi al mismo tiempo, mientras que uno temblaba el otro no le preocupaba lo que vendría, estaba más que dispuesto a contestar todo lo que el ingenuo humano tenía que preguntarle. No pasaron más de 20 minutos cuando llegaron al despacho, sin invitación Louis tomo la libertad para sentarse enfrente del escritorio, escucho un clic dando a entender que la puerta había sido cerrada, tras unos segundos pudo visualizar a Liam sentarse frente a él.

—¿Cómo?... ¿Cómo supiste...? —intentó concretar Liam, pero le era imposible debido al temor.

—¿Cómo me enteré que Harry dejó de ser huérfano hace años? —preguntó con ligero cinismo y seriedad. —mejor pregúntese ¿Cómo no pude enterarme?

—¿se lo dirá? —pregunto de vuelta, temblando en su lugar.

—No si me da una explicación lógica, no quiero escuchar que me diga que lo hace porque lo quiere porque no es una razón válida y usted lo sabe, lo que usted hizo se le llama egoísmo.

—No es así
—¿a no? Disculpe, pero en lo que a mi respecta es eso, le ocultó la verdad y lo mantuvo con una ilusión latente, le hizo creer mes tras mes que podía encontrar una familia fuera del orfanato. ¿Cómo es que no sentía culpa cuando lo veía triste después de las entrevistas?

—¡Claro que la sentía! —exclamó dolido—la sentí durante día tras día, noche tras noche, pero me convencí que hice lo correcto. ¿me llama egoísta a mi cuando no escogí este estilo de vida? Créame que yo lo hice sin ningún beneficio propio todo lo que hice fue por su bienestar ¿no es lo que busca un padre para su hijo? Harry es mi hijo y cumplí con protegerlo. —se justificó Liam.