-Epílogo-

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Nueve meses después.

Magnus y Alexander estaban sentados en el sillón de la casa Lightwood, mirando el televisor, el ojiazul lo mantenía abrazado con su cara acercada a su pelo, a veces el chico sabía perderse en sus pensamientos por minutos y después volvía como si nada hubiese pasado, el moreno dejaba que aquello pasará, aún el chico no superaba lo de su madre y que su padre le hubiesen encontrado a punto de suicidarse, quien ahora estaba en prisión junto a Lidya con cargos muy graves que podían ser sentenciados hasta prisión perpetua. La familia que Alexander conocía se había derrumbado por un capricho de los adultos, pero ahora vivían mejor, eso es lo que veía Magnus. Merliot y Simón habían dejado de trabajar como sirvientes, Merliot había conseguido un trabajo como chef, dedicando a su únicos objetivos cocinar y tratar de conquistar a Isabelle, algo que estaba consiguiendo de a poco, y Simón había terminado en un apartamento con su novio Raphael, cual Magnus se dedicaba a visitarlos a menudo para contar relatos gracioso y vergonzoso de su amigo, Jace y su pareja Clarissa habían vuelto a la casa ya con una pequeña en sus brazos a cual todos adoraban, Isabelle había comenzado a trabajar en la empresa familiar como lo estaba siendo Alexander, quien había ocupado el lugar de jefe haciendo su trabajo muy bien, y él aún seguía en la tienda trabajando junto a Jonathan porque tenía un cariño por aquel lugar, y estaba feliz de compartir años con su amigo que había decidido tomar el líquido que le había regalado Lidya aprovechando la situación de que podía quedarse siendo una persona.

—Tu padre me ha llamado para saber si no nos hemos metido en problema— susurró Alec.

Después de aquel día cuando llegaron al hospital, su padre le había dado el sermón de los sermones, prometiendo mil y un castigo por haberle asustado tanto, por no haberle avisado a donde estaba y por haberle causado un casi infarto, algo que había exagerado mucho solo para que Magnus se sintiera mal con la situación, lo había logrado a penas, después de eso le había castigado con avisar cada vez que salía a donde iba y con quién, algo que había sido incómodo al principio y aún lo seguía siendo, pero su padre a pesar de que quisiera matarle por aquello solo le abrazo susurrando lo feliz que estaba de que no le sucediera nada, y estaba feliz por aquello, de tener un padre que a pesar de sus cambios de humores sabía que nunca sería alguien como los padres de su novio.

—Esta traumado y le caes bien, sabe que no le mentiras sobre donde estamos— respondió Magnus.

Prestó atención a la película tomando de la mano al ojiazul acariciando sus nudillos, sintiéndose bien de estar así, a lado de la persona a la que amaba, compartiendo un momento tan íntimo pudiendo decir sin ningún miedo que Alexander Lightwood era su unión, su pareja destinada, tomó la mano y llevó los nudillos del ojiazul hasta su boca para dejarles pequeños besos, algún día el iba a poder regalar un anillo para esa mano y así proponerle que se casarán, nadie podría considerarse la persona más feliz si no tenía aquel chico como su esposo.

—Desde que has llegado no has subido a mi habitación—dijo Alec después de un rato— tengo una sorpresa para ti allá arriba.

—No te creas minino, cada vez haces eso terminamos teniendo sexo y yo solo quiero disfrutar está tarde sin que me lleve a su cuarto para abusar de mi—dijo riendo Magnus.

Ambos rieron por aquello, más Alexander que se había sonrojado como un tomate por aquella acusación, es que ambos sabían que era cierto, cuando tuvieron relaciones por primera vez fue maravillosa tanto que ambos sintieron que encajaban bien en la intimidad como fuera de ella, pero después de eso al ojiazul le había quedado gustando tanto que siempre encontraba una manera de llevarlo a su cuarto para aprovecharse de él, siempre terminando agotados y Magnus entre risas quejándose de que no debía ser así, que debían tomar días de descanso, algo que Alec no hacía caso siguiendo con sus trucos para que subieran a la habitación.

Destinado. •Malec•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora