Alec.
Estaba viendo como las luces de las lámparas de la calle y el sonido del motor del auto, estrechando y masajeando sus manos con nerviosismo, sus labios apretados por la molestia acumulada y un ardor en sus ojos a evitar llorar; iba a enfrentar a sus padres, esos mismos que le habían sacado la careta y por boca de aquella chica rubia se había enterado que había sido vendido a aquella muchacha y tenía miedo de saber que más habían hecho. Dejó escapar un sollozo al cual trató de tapar, había estado a las órdenes de aquellas personas, cumpliendo lo que decían, aceptando hasta casarse con aquel que no amaba todo para complacerles y ahora se entraba de todo, que aquellas personas a la que amaba le habían hecho la humillación más grande que cualquier otra.
—Me gusta.
Alec que no había prestado atención a lo que su hermano estaba hablando, porque sabía que el chico rubio solo quería tratar de tranquilizarlo, aunque ambos estaban molesto por todo lo ocurrido y lo descubierto, porque sabían ambos todo lo que habían hecho sus padres esto habían sobrepasado los límites de todas las maldades y ahora iban a pedir una explicación, exigiendo.
— ¿Qué?
Le miró, ahora se sentía como un niño menor a lado de Jace, y no sabía cómo su hermano había "madurado" más antes que él ¿Será que nunca le había prestado atención tan bien? Hasta parecía un poco mayor que él, tenía una barba de días y su pelo, que había estado bien peinado toda la noche, parecía despeinado, a pesar de aquello había algo que decía que el chico parecía un hombre más maduro, capaz solo era que ya estaba por formar una familia y se estaba dando cuenta que debía comportarse ya como un hombre.
—Magnus, es el indicado, lo veo en tus ojos— repitió Jace.
Alec sonrió, pero sabía que Jace había notado que no estaba tan feliz, y era así, el ojiazul no podía sentirse del todo mejor cuando sentía un dolor por lo que habían hecho sus padres, un dolor que era difícil sacarlo de su pecho. Los padres no debían haber aquellas maldad a sus hijos, solo tenían que respetar la decisión de sus hijos, alentarlos y ayudarlos a cumplir sus objetivos, pero nunca había sucedido eso, Jace se había llevado la decepción de que sus padres adoptivos le rechazaban por haber elegido a Clarissa, Izzy se sentía débil frente a ellos y sus críticas, mientras que él ya no había más que decir.
—Cuando conocí a Clarissa, no podía dejar de verle, seguirle, parecía un acosador, cometía errores y después me daba cuenta que no quería a nadie más a mi lado que a ella, entonces hacia todo para remediar aquello y le rogaba, aunque nunca lo había hecho, porque necesitaba de ella, tenerla a mi lado— dijo Jace—ahora estoy a punto de formar una familia, con la mujer que más amo y soy muy feliz, más que cualquier otra persona.
Era bonito oír como su hermano menor hablaba de su futura esposa, pero Alec no estaba de ánimos para hablar sobre las historias y los sentimientos por la persona que querían, solo quería llegar a casa y hablar, deshacerse de toda la acumulación de enojo que tenía encima. Llegaron a la casa y comenzó a temblar, en su pecho, su corazón latía con fuerza pidiendo salir ya y encarar, con los dedos temblando abrió la puerta y se quedó ahí, mirando su casa, ya no la sentía de todo acogedora.
—Vamos Alec, nos deben estar esperando.
Entraron por la puerta, encontrándose a Izzy agarrando su chaqueta junto a Clarissa para irse, su hermana parecía molesta, como si hubiese tenido una pelea, por los pasillos venían Merliot y Simón con dos bolsones.
— ¿Qué pasó aquí? — preguntó Alec.
Su hermana abrazándole y susurrando un lamento por lo que había ocurrido en el salón, después se separó y miró hacia la sala, debían estar ahí sus padres.
—Se enteraron que Simón había dejado su puesto y que Merliot sabía de los sentimientos de Magnus hacia ti, así que están despedido, y por defenderlos Maryse nos ordenó a todos irnos de aquí.
—Vayan al auto, quédense ahí, iré enseguida a llevarlos a otro lugar— dijo Jace— solo esperen un minuto por nosotros.
Las chicas asintieron y Jace le pasó la llave a Izzy para que pudieran entrar y quedarse ahí, mientras que Alec y el se dirigieron a la sala, donde encontraron a los adultos Lightwood y Lidya que parecían tener una charla muy sería a punto de pelear, el rubio tosió falsamente para llamar su atención y otras vez estaban ahí, frente a tres personas que habían creado un plan y lo incluía a él, quería gritarles pero solo se quedó callado esperando reaccionar bien a la situación.
—Estábamos esperándoles— dijo Maryse.
Ella tenía la misma mirada que Lidya, sería, como si nada hubiese pasado en aquella noche, como si Alec no hubiese escuchado que había sido vendido a una loca psicópata, en cambio Robert parecía un poco incómodo, pero no dijo nada, solo miraba.
—Quiero que anulen esto que le han hecho a Alec ¿A caso no ven que va a convertirse si no encuentra a su amor verdadero? Porque seguramente saben que Lidya y Alec no lo son —musitó Jace.
Maryse se levantó de su lugar y caminó hasta quedar frente a ellos, seguido por Lidya, parecían más madre e hija que ella y sus verdaderos hijos ¿Cuanto habían pagado por él? ¿Ser vendido también contaba cuando él se convirtiera en su animal? Miró de reojo a Jace, este estaba molesto porque sabía que ninguna de ellas daría marcha atrás.
—No todos podemos tener lo que queremos Alexander— dijo Maryse tomándolo de los brazos—yo no quería a tu padre y tu padre no me quería a mí, queríamos a otras personas, pero tuvimos que hacerlo, tú lo harás, hay una solución para esto, podrás permanecer a lado de esta chica.
—Hay una bebida, no conocida, que podrá permitirte seguir siendo una persona—dijo con una sonrisa Lidya.
Aunque dentro de él le decía que la chica no haría eso, que haría todo lo posible para quedarse viuda otra vez y otra vez, Alec que sentía un nudo en su garganta comenzó a negar, había permitido todo lo que su madre había querido pero esto ya había pasado los niveles y no quería estar más, debió haberle hecho caso a su hermana cuando le advirtió.
— N-No quiero— balbuceó Alec.
Sintiendo una mano golpear su mejilla, cuando se dio cuenta ya tenía a Jace frente a él cubriéndolo, Alec dejó escapar un sollozo, no por aquella acción que había hecho su madre, si no porque ella no le entendía y no quería dejarlo ser feliz, agradecía que su hermano menor estuviera para cubrir su espalda.
—Tendrán que cambia la persona y hacerlo tú Maryse, me llevo a Alec y quiero que notes que todos tus hijos estamos decepcionado de ti— dijo Jace— y tú Robert.
Alec vio como Jace lo guiaba hacia la puerta, era la primera vez que no defendía a nadie o hablaba por alguien, esta vez lo habían hecho a él y se sentía tan orgulloso de ello.
— ¡Deja a mi esposo en paz!
Después de eso se sintió un golpe y Lidya cayó al piso, Alec tapando su boca, sorprendido, vio a Jace igual que él, le había dado un golpe.
—Lo siento— se disculpó Jace.
Para que los dos salieran rápido de la casa y entrarán al auto, que estaba lleno de personas, el asiento de atrás Isabelle estaba arriba de Merliot, Simón en el medio y había un lugar para Alec, mientras que adelante estaba Clarissa, los dos entraron casi corriendo y con las manos temblando Jace arrancó.
—Dormiremos en casa de Luke hasta que nos podamos acomodar en otro lugar —dijo Clary.
Nadie hablo, pero todos estaban de acuerdo, Jace se notaba tenso y Alec estaba igual, golpear a una mujer era algo inapropiado pero ella lo había causado, aunque de igual manera no debía haber pasado, hablaría con su hermano cuando llegaran al lugar, conocía a Jace como para saber que se castigaría por aquello.
N/A: Tengan una linda noche, disfruten con sus familiares o con sus amigos, dejen el celular un rato de lado y compartan con las personas que tienen cerca. De mi parte espero que su noche sea maravilloso y disfruten de que ya estamos cerca de fin de año, los quiero ❤️.
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Destinado. •Malec•
Fanfiction||Malec|| Alexander y Magnus tratan de buscar a su otra mitad antes de que sea tarde. Publicado en el: 2017