Lo Que Me Hiciste - Joerick [✔]

21

Hoy era el día donde Joel y Erick conocerían a una de las parejas adoptivas. Esta pareja no era la única. Erick andaba escogiendo su ropa, no quería verse mal; pero con Joel, el se puso pantalones deportivos y una playera cualquiera.

–¿No pudiste tratar?– dijo Erick, bufando. –Esto es muy importante, Joel.

–Aja, muy importante– respondió con sarcasmo. Erick rodó los ojos, escogiendo una sudadera.

–Entonces iremos fodongos los dos– agarró pantalones deportivos y se fue a cambiar al baño. Joel sonrió con triunfo mientras esperaba. Cuando regresó Erick, se puso sus tenis y los dos bajaron.

–Creo que ya nos vamos– avisó el menor. Erito miró a Joel con los ojos entrecerrados. Joel se tensó y se despidió de la señora Daysi.

–Nos vemos, señora– dijo, dandole la mano. Daysi sonrió. –Um . . A-Adiós, señor– agachó la cabeza.

–Que les vaya bien– Daysi los acompañó a la puerta con una sonrisa. –Espero que les caigan bien.

–Mhm, si– Joel asintió. –Regresamos en un rato. Te espero en el carro– le dijo a Erick. El menor asintió.

–No es mi culpa que estoy vestido así. Yo quería ir muy nice y todo pero ¿como iba a verse eso? Mal. Bien mal– suspiró. –adiós ma– le besó la mejilla y cerró la puerta. La señora Daysi se rió y regresó a la cocina.

–¿Cuando se va a ir ese mexicano? Siempre está aquí– dijo Erito, rodando los ojos. Daysi rodó los ojos también.

–Cuando te vayas tú de mi casa– subió las escaleras.

Joel y Erick iban discutiendo mientras Joel manejaba. Joel no quería conocer a la pareja, ni Erick, pero iba a hacerlo de todos modos.

–Pero, Erick– gruñó el mayor.

–Pero nada, Joel. Yo sé que no quieres hacer esto, pero vas a ver que es lo mejor para mi bebé– dijo Erick.

–Dices mi bebé pero ¡lo vas a regalar!– alegó el rizado. –También es mi bebé, Erick. Es nuestro hijo, no solo el tuyo– hizo una cara mientras miraba la carretera. Erick permaneció en silencio; Cheetos tiene razón.

–Está bien. Conoceremos a, como, dos parejas, y si ninguna te cae veremos que hacemos– se rindió. Joel sonrió poquito y se quedó callado.

[••]

–Solo toca– dijo Erick. Joel levantó la mano para tocar pero no lo hizo. Erick suspiró y tocó desesperadamente. –No fue difícil.

Escucharon como la persona caminaba hacia la puerta. De repente, Erick se puso nervioso. Abrieron la puerta y Erick se quedó quieto.

–¡Hola! Me llamo Rose– dijo la señora, sonriéndoles. Ella era chaparra y flaquita. Tenía los ojos cafés y el cabello medio rubio. –Pásenle.

Los dos pasaron y la señora cerró la puerta. –Pásenle a la sala, muchachos– los dirigió a la sala, ahí estaba un señor, preparando un plato con galletas. Cuando los vio, sonrió y los saludó con la mano.

–Buenos días, me llamo Jack. Mucho gusto en conocerlos– dijo con una sonrisa.

–Igual nosotros, señor– respondió Joel, después de ver que Erick no decía nada. –Yo soy Joel, y el es Erick.

–El hijo de la señora Daysi– sonrió Rose. Erick asintió.

–Ese mismo– dijo.

–Por favor, siéntense– Jack señaló al sillón. Con gusto, los novios se sentaron. La pareja se sentaron frente a ellos.