Capítulo XI

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Conocía a Jayden desde que tenía memoria, de pequeñas ambas habíamos sido siempre alumnas destacadas y eternas rivales. Yo me esforzaba mucho por lograr buenas notas y ella poseía una excepcional inteligencia. No obstante, ahora que poseo mayor madurez y objetividad que cuando niña, tengo que admitir que ella siempre estaba varios pasos delante mío. Jayden no solo sobresalía por su inteligencia, sino que también poseía una gran habilidad para absolutamente cualquier deporte, su cuerpo naturalmente atlético se prestaba para ello; esto, junto con su natural personalidad extrovertida la convirtieron en la favorita de todos nuestros profesores. Yo odiaba aquello. Yo la odiaba.

Sin embargo, la historia empezó a cambiar desde que pasamos a secundaria. Mi personalidad naturalmente seria y callada era más valorada por los profesores que su inquietud y sonrisa traviesa. Sumado a ello yo había sabido mantener mi lugar entre los primeros puestos del grado, quedándome por fin con el ansiado puesto de excelencia académica, mientras que ella parecía haber perdido el interés en ello, aunque aún figuraba entre los más altos puestos.

Los años marcaron más las diferencias entre nosotras, yo me había convertido en un arquetipo de alumna perfecta mientras que ella había optado por tomar el papel de la alumna rebelde aunque naturalmente talentosa, el típico diamante en bruto. Está claro que éramos más que ello, detrás de cada decisión que bien nos había acercado, o bien alejado de cada camino existía mucha historia y en ocasiones, mucho dolor.

El quiebre total de la situación había ocurrido el año pasado.

Nuestro colegio era naturalmente estricto, típico de un colegio dirigido por religiosas; no obstante, desde que tomó el control del colegio la hermana Vivian el radicalismo con que se llevaba la disciplina rozaba lo ridículo.

Hace un año había acontecido un problema grave, o al menos así lo habían hecho ver. Como todo colegio religioso forjado en la doctrina del siglo IX después de Cristo estaba prohibida la tenencia de cualquier aparato electrónico dentro de las instalaciones educativas, pero como toda regla está hecha para ser rota, nadie atendía a tal premisa, pero tampoco nadie del consejo directivo se enteraba, la ley y el caos coexistían en paz, al menos hasta la publicación de aquel video. No sé qué había en tal video, pero involucraba a 5 personas, 4 de ellas fueron invitadas a retirarse y 1 fue suspendida, la única que logró permanecer en la institución fue Jayden.

Aquel escándalo coincidió con la finalización del último trimestre académico. Yo; que había estado teniendo todo el trimestre problemas con la hermana que impartía el curso de religión, ya que esta parecía odiarme sin razón aparente; había terminado por jalar aquel curso y sabía que sería excluida automáticamente del ranking general. Estaba notablemente enojada hasta el punto de fingirme enferma dos horas del curso de religión por ser incapaz de controlar el asco y profundo desprecio que tenía por la tía esa. Todo empeoró con la publicación de resultados generales; en los cuales, como ya me esperaba, no aparecí; pero Jayden sí, y lo hizo ocupando la excelencia académica.

En ese momento o bien nuestro Instituto bajó hasta las más despiadadas entrañas del infierno o este subió, ya que todo se volvió un caos después de ello, como si algún curioso hubiese vuelto a abrir la caja de Pandora. Mi semblante sereno se encendió en furia desmedida, planté todo un problema en coordinación general y coordinación académica; tal vez fue por mi petición justa o mi violento modus operandi, quizás ambos, pero logré subsanar la situación y recuperar la excelencia; no obstante, no me quedé tranquila. Fui inmadura y vengativa, lo admito; pero en aquel momento, en el cual sentí que se me escapaba de las manos la que consideraba mi única razón de felicidad, todo me parecía válido, incluso descargar toda mi frustración en alguien que no se lo merecía. Llegué hasta la sección de disciplina demandando que Jayden no solo fuese quitada del ranking general —petición justa, ya que una chica suspendida no tenía por qué ocupar un lugar en este— sino que además fuese invitada a retirarse de la institución como se había procedido con el resto de implicadas en tan sonado incidente. Ahí fue donde, luego de calmarme; la profesora Katlyn, quien había asumido la coordinación de disciplina apenas unos días atrás, me explicó la situación de Jayden, todo dependía de una leve incidencia. Un pequeño desliz de mala conducta y no, Jayden no sería invitada a retirarse de la institución —lo cual equivalía a una expulsión amigable, te obligaban a irte, pero sin perjudicarte—sino que sería directamente expulsada, sin beneficios, toda su trayectoria estudiantil y deportiva se iría, sin segundas oportunidades, directamente a la basura.


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¡Hola! Ha sido una semana algo larga, particularmente se me hizo eterna, por eso no pude esperar para actualizar. Les traigo un capítulo algo cortito pero tendrán uno más mañana ;) gracias por todo su apoyo. Espero les guste el capítulo y que le den mucho amor con sus leídas, votos y comentarios; cada día me dan más razones para continuar. Gracias por leer ♥

P.D.: Siento que hayan tenido que ver esta parte resubida más de una vez y no hayan tenido hoy otro capítulo adicional, prometo subirlo mañana si wattpad me lo permite :c, he estado teniendo muchos problemas con wattpad, subía el capítulo y no se publicaba o no aparecía como publicado; espero dejar de tener estos problemas y poder subir los caps con normalidad.

Escritora Sempiterna

Atada a lo Eterno. Condenada a lo Efímero [NOVELA LÉSBICA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora