13.- Cena de Año Nuevo

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Me paré sintiendo mi cuerpo como gelatina.

- ¡Maldita!- Gideon me gritó furioso- ¿qué le hiciste a mi mascota?
- Y-Yo no... no la maté.- titubeé nerviosa viendo como cientos de ojos no se despegaban de mi
- ¡Wow!- exclama el padre de Nick antes de comenzar a reír- esto si que fue un buen evento- Sonó una alarma que daba las doce- el show terminó y comienza un nuevo año.

De pronto un ruido quejumbroso se oyó detrás de mi, Natasha aún intentaba ponerse de pie.

El gran jefe de los Fox cruzo la ventana que yo había roto y caminó hasta nosotros, pateó a Natasha para que esta quedara de espaldas en el suelo y comenzó a examinarla.

- Jamás creí que una presa pudiera defenderse así. - me elogió- creo que puedes ser una mascota digna de Nick.- saca su arma y tranquilo de dispara a Natasha en la cabeza.
- ¡Noooo!- gritó Gideon- ¿Por qué?
- Perdió ante una presa ¿quieres a una perdedora de mascota?

Gideon apretó sus puños con frustración, jamás creí que le importara tanto su mascota.

Caí de rodillas al suelo, creo que el cansancio por lo que hice me estaba matando.

- Nick, ven a buscar a tu mascota. A pesar de que rompió las reglas dio un buen espectáculo, solo por eso le perdono la vida.

Nick no tardó en venir por mi, creo que tenía unas ganas desesperadas de abrazarme como yo a él, pero no podíamos darnos ninguna muestra de cariño.

- ¡Ayuda! - gritó Ted

Gideon lo había tomado del cuello y se lo entregó a otros para que lo guardaran en una jaula.

- ¡No! ¿Qué harán con él? - muy tarde note que estaba dejando de actuar sumisa y no me molestaba mirarlos a los ojos
- Será la cena.- me sonrió Gideon
- Pe... pero creí...
- ¿qué lo ibas a salvar?- rió el jefe- hacemos lo que queremos con los que quedan del evento.
- Perdiste tu tiempo, estupida coneja.- se burló Gideon mientras caminaba hacia nosotros- solo serviste para entretenernos... no puedes salvar a nadie... así como tampoco salvaste a tu madre.

Esas últimas palabras hicieron que algo se gatillara en mi. Era algo que jamás había sentido, fue algo que deseaba con desesperación.

No dude ni un segundo de lo que hacía y mucho menos me arrepentí. Lancé un puñetazo a Gideon con toda la fuerza que me quedaba y con todo el odio del mundo. Antes de que pudiera lanzarme contra él, Nick me tomó alejándome de él.

Interrumpir un evento, mirar y hablar sin ser sumisa y golpear a un Fox en la cara. Creo que hice mi propia tumba.

Gideon intentó dispararme, pero Nick fue más rápido y le disparó en la mano haciendo que botara el arma.

Comencé a gritar y a patalear para que Nick me soltara. Quería acabar con mis propias manos a Gideon, ¿Por qué sabía lo de mi madre? ¿Acaso él tiene algo que ver?

- Lo siento.- me susurró Nick antes de golpearme para dejarme inconsciente

Escuchaba el ruido que hacen los servicios cuando comes y algunas conversaciones. Desperté en el suelo, a mi lado había una silla en la cual estaba Nick y el resto cenando. Cuando me recompuse un poco vi como comían carne de cerdo, como disfrutaban comiendo a Ted.

Quería vomitar, quería llorar, quería gritar.

Nick se estaba comiendo a Ted sin inmutarse ni un poco. ¿Tan acostumbrado esta a ser un monstruo como ellos?

No tolero esto, no soporto este infierno.

Un trozo de carne me cayó en la cara, Gideon fue quien me la había lanzado.

- Come.- me sonrió- esta muy sabrosa.

Molesta quise golpearlo otra vez, pero una corriente me lo impidió. Convulsionaba mientras era electrocutada.

- No puedes tocarme ahora, coneja. Te pusieron ese collar de adiestramiento, cada vez que quieras faltar el respeto a alguien de los Fox serás electrocutada.- me enseña el control con el que puede hacerlo- Oh, estas mirando a un Fox a los ojos.- presiona el botón y mi cuerpo comienza a retorcerse otra vez- te perdonaré por el golpe cuando me digas: "Perdón, Señor Gideon"

¿Qué era esto? ¿Siendo humillada por Gideon?

Mire a Nick y este ni siquiera me miraba, seguía comiendo como si nada pasara al igual que los demás.

Gideon me electrocuto otra vez.

- ¿Vas a decirlo, o no?
- Pe... Perdón. - a penas podía hablar
- ¿Perdón qué?
- Perdón, Señor...- solté unas lágrimas- Gideon.

Todos comenzaron a reír al notar que me había hecho llorar, se burlaban y me humillaban con insultos mientras yo solo me tapaba el rostro pidiendo morir.

El predador y la presa 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora