Capitulo 7

532 50 2
                                    

El auto comenzó a moverse, y Mason seguía sin mirarme. Sus ojos estaban fijos en la ventanilla del auto. Mi pierna izquierda se movía inquieta y mis dedos tamborileaban en el posa mano de la puerta.

— Creí que valorabas más tu vida, y la de tu amiga. — la serenidad de su voz me puso los pelos de punta — ¡Ni una maldita semana! — gritó sobresaltandome — ¿Que diablos pasó?

— No me quiere en su casa. Dijo que no podía estar ahí, esta loco. Me despidió. Aún no entiendo por qué. — hable tan rápido que quede sin aliento — Yo...

— ¿Dijo que no "podía"?— preguntó interrumpiendo mi vomito verbal.

Su pregunta me descoloco ¿Por qué eso era relevante? Asentí aún confundida. Una discreta sonrisa se formó en sus labios. Puede que fuera un hijo de su madre, pero no podía negar que estaba como quería. Tenía el cabello rubio, abundante y peinado hacia atrás. En las pocas veces que le había visto, siempre iba enfundado en trajes italianos que derrochaban lujo y buen gusto.

Su brusco cambio de semblante no pasó desapercibido. Parecía estar analizando cada una de mis palabras. Temía por mí y por Sofía, no podía volver a fallar, este hombre hablaba muy en serio ese día.

— No lo ve ¿cierto? — me encogí de hombros dejando en claro que no tenía idea de que hablaba — ¡Lo que tiene que buscar está en esa casa! — la emoción se filtró en su voz, haciéndome sentir estupida ¿Como no se me ocurrió eso? — Saldremos esta noche, mi gente irá a prepararla, tenemos que aprovechar ese encanto natural que tiene. — dijo tomando mi barbilla entre sus dedos — No puedo dejar que me vean con usted, con esa ropa. — termino mirándome despectivamente.

¡Imbécil! ¿Acaso tenía que usar vestido y tacones para huir de Jhon? 

Me solté de su agarre llevando una mano a mi mentón pensativa. El auto se detuvo en uno de los hoteles más lujosos de la zona. El conductor se bajó y abrió mi puerta. Antes de salir Mason tomó mi muñeca acercándome a él.

— La recojo a las nueve, esta es la llave de la habitación. No haga nada estupido esta vez. — ordenó serio soltando mi mano.

Salí aturdida del auto. No sé ni cómo llegué a la puerta de la habitación, ni siquiera recuerdo haberme subido al ascensor. Pase la tarjeta por el lector de la puerta y esta se abrió dejándome ver a mi amiga.

Sentí alivio al ver a Sofía sentada tranquilamente en uno de los sillones de la habitación, jugando con el control en sus manos. Parecia como si no la hubiese visto en años ¡Dios santo! Nunca habia estado tan feliz de verla.

Atravesé la habitación con rapidez ganandome una mirada curiosa de su parte. Antes de que hablara la estruje entre mis brazos apretándola con fuerza.

— Yo también te extrañe Am pero... me estás ahogando. — su voz salió estrangulada por la presión de mis brazos en su cuerpo.

La solté, tomándola por los hombres para ver como se encontraba. Inhaló profundamente, recuperándose de mi efusivo saludo.

— ¿Cómo diablos llegaste aquí? — dije aliviada al ver que se hallaba bien, frunció el ceño ante mi pregunta.

— ¿No es obvio? — dijo tranquilamente mientras los nervíos hacían estragos en mi estómago. La mire esperando una respuesta — Tú bombón me trajo aquí, dijo que era una sorpresa.

— ¡¿Queeeé?!

— Pero la sorprendida fui yo sin duda. Qué guardadito te lo tenías, eh. — soltó con una sonrisa maliciosa en sus labios — ¡Qué bueno esta ese tío! Dios mío. Casi me desmayo cuando llegó al apartamento. — se levantó eufórica.

Oscuros Secretos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora