Capítulo 10

352 33 1
                                    

—Si.—respondió con evidente amargura—Lo fui.—aclaro al ver mi rostro consternado— Hace mucho de eso. Emm... Parece que la comida no llegará.—cambio de tema hábilmente— Puedo ofrecerte un sandwich, porque es lo único que puedo hacer comestible.— dijo con una sonrisita avergonzada en sus labios, rascando su nuca.

Sonreí, viendo ese gesto tan familiar para mi, lucia como un adolescente, despreocupado.

- Yo puedo cocinar, si no te molesta- propuse aceptando que no era el mejor momento, aunque no sabia si habría uno.

—Por supuesto que no.— respondió con entusiasmo. 

Entré en la cocina detras de el. No paraba de pensar, mi cabeza se encontraba trabajando al maximo, intentando deducir ¿Cual podría ser su adicción? Y, ¿Como entraba yo, en todo eso? No lo juzgaba. Después de todo no tenia moral para hacerlo.

—Estas en tu casa.—dijo dando una vuelta alrededor de la cocina con sus brazos extendidos, lo que me hizo sonreír— Debo hacer una llamada.

Asentí sin verlo, mientras abría los cajones. Casi solté la lata de atún que sostenía al sentir sus manos en mis hombros.

—Gracias.— dijo con su boca muy cerca de mi oído, enviando una oleada de escalofríos a toda mi piel—Lamento no poder mantenerme alejado, pero... No puedo.— exclamo atormentado, pegando su pecho a mi espalda—Siento que te esfumaras en cualquier momento.

—Yo.. emm.. ¿No tenias que hacer una llamada?—pregunté, aun con el rápido movimiento de mi pecho.

Su agarre se hizo mas fuerte, tensando el mio. Acerco sus labios, dejando un húmedo y sensual beso en mi mejilla. La fricción del vello de su barba, hizo temblar mis piernas y cerré mis ojos inhalando su aroma. 

Con gran esfuerzo me deshice de su agarre y enfurecí notar la tranquilidad que emanaba su cuerpo, mientras el mio estaba en plena combustión, por ese simple gesto.

El pareció satisfecho al verme turbada, ya que por fin salió con una genuina sonrisa estampada en su rostro, mientras el calor de mi cuerpo fue sustituido por la rabia de ser tan débil ante el.

Comencé a cocinar para distraerme, sin poder evitar probar todo lo que hacía, parecía una desahuciada. Cosa que no me sorprendió, ya que siempre sucedía luego de un ataque.

A minutos de haber sacado la lasaña de atún del horno, Jhon apareció con una expresión seria y preocupada, sus ojos ya no tenían la diversión de antes.

—Puedes empezar sin mi.— pronunció sin emoción alguna en su voz.

—¿A donde vas?— cuestione con curiosidad.

—No es nada importante.— respondió seco, incomodandome por preguntar.— Vuelvo mas tarde.—dicho esto salió dejándome pasmada por sus evidentes y drásticos cambios de humor.

Comí con entusiasmo a pesar de estar distraída, al cabo de unos pocos minutos termine y me senté en el sofá a esperar que regresara.

Pasó una hora después de su partida, y en vista de que no planeaba llegar todavía, decidí husmear un poco.

Era abusivo de mi parte, invadir su privacidad, pero ya no tenía mucho tiempo, y no poseía ni una mísera pista de donde podrían estar.

Recorrí el primer piso, y me alivie al no notar nada extraño. Muy en el fondo deseaba que Mason estuviese errado o que hubiese mentido.

Entre a mi antigua recámara, buscando algo menos abrigado. La sudadera estaba asandome. Tome las prendas y sentí la frescura, al despojarme del conjunto deportivo.

Oscuros Secretos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora