Capitulo 9

417 32 2
                                    

—¿Por qué lo hiciste?— pregunté molesta, viéndolo detrás de las rejas.

—Es tu culpa.— respondió convencido, limpiándose la sangre que caía de su labio.

— ¡¿Mi culpa?!— grite histérica, sobresaltándolo— ¡¿Se puede saber qué diablos hice para que actuaran de esa forma?!— susurre al escuchar un "silencio" de parte del oficial de turno— ¡No! Mejor no respondas.— exclame al ver que pretendía responder a mi obvio sarcasmo— Y tu...— señale con el dedo al otro— Jamás me espere eso de ti.— musite con decepción.

—¿De mi si?— cuestiono ofendido, posando esas orbes azules sobre mí.

Me voltee ignorando su pregunta. Tristemente no sabía que responder, aun cuando lucia como el Jhon de antes, había cierta aura en el que, me atraía y asustaba por igual, sentía que era un completo extraño.

Un fuerte escalofrío me recorrió, al recordar lo que había sucedido en el club. Verlo en ese estado, tan fuera de sí, me había llenado de intriga. Nunca en el tiempo que compartimos lo vi actuar de esa forma. Era risueño, bromista y muy tranquilo. Aunque como todo adolescente tuvo algunos problemas en el instituto, solo en una ocasión lo vi golpeando a otro chico. ¿Acaso siempre fue así? ¿No lo conocí realmente? ¿Qué había pasado con él en todos estos años? Era triste, ver al chico que ame, en esa oscura y espesa maraña, y notar que mi presencia, tal vez lo hundía más.

Pague la fianza de los dos idiotas con complejo de boxeadores y salí de la estación a respirar aire fresco. Estaba ahogándome ahí dentro.

Minutos después los vi salir juntos, aun se enviaban miraditas, parecían estar midiéndose mutuamente. No les bastó tener la cara desfigurada por los golpes.

—Quisiera irme a casa.— dije cansada, interrumpiendo su ridícula batalla.

Hudson fue el primero en voltear a verme. Sonrió apenado acercándose a mí.

—Me alegro verte.— confeso, extendiendo sus brazos. 

Dude al principio, aún estaba cabreada por su inmadurez, pero termine cediendo correspondiéndole la cálida muestra de cariño.

—Llámame.— me extendió una pequeña tarjetita negra con letras doradas—No quiero volver a perderte de vista.— culmino dejando un tierno beso en mi frente. Asentí tomando la tarjeta, con una sonrisa en respuesta de la suya.

Se marchó, no sin antes lanzarle una ultima mirada asesina a Jhon. Este ni lo miro, ya que tenía su vista clavada en mí.

—¿Quién es el?— profirió con la voz amortiguada.

—Un viejo amigo.— respondí quitándole importancia— Me voy.— dije hastiada al notar que no dejaba de enviarme miradas recriminantes. Que descaro. Claro, como fui yo la que golpeo a la mitad de los hombres en el antro, incluyendo a Hudson.

—¿Piensas dejarme así?— sonó dolido, conmoviéndome solo un poco, pero no lo suficiente.

—¿Que esperabas? ¿Quieres que aplauda tu actitud?— estaba siendo muy borde, pero es que recordar su comportamiento me hacía querer estampar mi puño en su rostro.

—Ni yo mismo lo se.— susurro apesumbrado.

— ¿Quieres hablar? Bien. Pero lo haremos aquí y ahora.— propuse en medio de mi enojo, antes de arrepentirme.

Me miro con asombro, pero se recompuso rápidamente, volviendo a su pose dominante.

—No pienso hablar aquí, Leah. Te vienes conmigo, a mi casa.—zanjo autoritario.

Una escandalosa carcajada broto de mis labios, enojándolo aún más. Tome aire, limpiando las lágrimas que resbalaban por mis ojos.

—La llevas clara, si piensas que volveré a ese lugar.— dije cuando conseguí respirar nuevamente.

Oscuros Secretos (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora