Persiguiendo estrellas --KatsuDeku--

Capítulo III

- La tercera vez que intento subir este capítulo... no sé si es wattpad, que no funciona bien, o mi internet, que últimamente va un poco mal :( 

Si veis errores o cualquier cosa rara, lo siento ^^U

Gracias por leer, bye~! <3 

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Amistad

Lo sentí de golpe. Mi misión había fallado. Midoriya Izuku se había suicidado.

...

Sentados en la cocina, frente a frente. La señora Midoriya no había parado de llorar desde que llegué.

¿En qué momento me había equivocado?

-Supongo que no lo sabrás... pero Izuku tenía muchos problemas en la escuela –levanté la cabeza para observarla. Aquello lo dijo entre tartamudeos, y con un desgarrador dolor que se podía notar con tan solo escucharla.

-¿Se metían con él? –asintió lentamente.

-No sé los motivos, pero constantemente me llamaban para ir a buscarlo al instituto por los problemas que le ocasionaban algunos alumnos, sus ojos con el tiempo perdieron el brillo usual que lo caracterizaba, pero cuando te vi... -paró de hablar, intentando controlar su inestable respiración-, cuando te vi... pensé que por fin tenía a alguien, que todo podía ser diferente.

Por primera vez en mi vida, sentí lo terrible que era decepcionar a alguien.

-Lo siento... -me salió solo, diría cualquier cosa para poder calmarla. Aquella mujer me había dedicado una sonrisa, y ahora me mostraba sus lágrimas, la responsabilidad de solucionar este problema aumentó al ver que no podía consolarla.

-No es tu culpa, Izuku perdió las ganas de vivir hace mucho... -y de nuevo, rompió en llanto.

Sin perder más el tiempo, utilicé mi poder. Volviendo al pasado, elegiría las opciones para conseguir que Izuku continuara con vida.

Traspasé la luz y tal como esperaba, estaba en aquel parque. Me dirigí veloz a la fuente, buscando alguna cabellera verde entre los rosales.

Lo encontré.

-¿Izuku? –lo llamé. Se tensó en seguida, y en cuanto me vio, su mirada se iluminó. Quizás antes le había pasado lo mismo la primera vez, pero no me había percatado.

-¿Eh...? –se volteó para verme mejor, y me miró de arriba abajo. No pude evitar sonreír. De verdad que ahora podía apreciar todo en él, su asombrada expresión no la retiraba de mi vista.

-¿Eres Izuku, o no? –volví a preguntar algo más intimidante, su intensa mirada me estaba empezando a incomodar.

-Esto, sí... ¡sí, soy yo! –asintió continuando con su análisis.

-¿Sabes quién soy? –me señalé, dedicándole una media sonrisa. Con cuidado, esta vez no lo asustaría.

-¡Kacchan! –el corazón se me paró. Una sonrisa blanca y pura, acompañada de un sonrojo en sus pecosas mejillas me pilló con la guardia baja.

-¡Has tardado! –contesté escondiendo mi vergüenza.

-¡Dios mío, eres Kacchan! –se acercó aún más a mí. Me alejé, su rostro estaba demasiado cerca-, ¡cuánto tiempo!

-Pues sí, pero a pesar de eso, yo te he reconocido al instante –orgulloso, le restregué mi mentira. Pero eso no causo ni una mirada de desagrado.

-¡Eres increíble, como siempre! –otro ataque sorpresa, pero esta vez los dos fuimos afectados-, digo, p-perdón, es que... estoy feliz de volver a verte... ¿e-estas bien?