Capítulo XIII

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- Bueno, bueno... nos volvemos a ver :D

He sido una magnífica persona (tampoco nos pasemos xD) y he decidido publicar un nuevo capítulo hoy, y así tenéis dos esta semana, y recompensa que no tengáis en la siguiente (también es gracias a que hoy estaba inspirada, la verdad). Pero buenooo, aquí os lo dejo. Espero que os guste, disfrutad mis queridos lectores <3 - 

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Cuarto mundo

"Repara tu corazón, alma triunfante, y cuida de los que amas, eso es lo que más anhelabas"

-¿Eh? No entiendo, ¿a qué...?

Una luz me envolvió, cegándome. El cansancio me conquistó por completo, haciendo que a su vez, perdiera poco a poco la consciencia.

...

Me incorporé, todo me daba vueltas. Abrí lentamente los ojos. Y allí, sentado en medio de lo que parecía un parque, no tenía ni puta idea de cómo había llegado. Un extraño sentimiento de déjà vu me invadió.

-¿Dónde narices estoy? –me levanté y me limpié los pantalones manchados de tierra.

En serio, ¿qué había pasado?

Todo esto estaba siendo tan jodidamente molesto.

Sin pensarlo mucho, empecé a andar, intentado así buscar algo que me permitiera situarme. Esquivé a los niños, que jugaban sin prestar atención a la gente que pasaba caminando por aquel paseo. Un parque verde, lleno de vida, con toboganes y columpios repletos de niños que no paraban de reír. El despreocupado y feliz ambiente del lugar tan solo me ponía de más mal humor.

De repente, sentí como chocaban conmigo por detrás. Al girarme, vi a una niña, tirada en el suelo con los ojos llorosos.

-Oye, mocosa, ten más cuidado–tendría unos seis años, pequeña y delgada.

Alzó la cabeza, y sus enormes ojos carmín a punto de llorar me alarmaron. Solo me faltaba que una madre viniera a montarme un escándalo por haber hecho llorar a su hija.

-Sssh, ya, no llores, tan solo te has caído, no te has muerto –la niña rubia alzó una ceja, confusa-, ¿qué te pasa?

Seguía sin contestar. Bueno, pues si esto iba a resultar así, podría irme tranquilamente.

-¡Tú! –me volvieron a empujar más fuerte por la espalda.

-¡¿Ahora quien coño es?! –me volteé dispuesto a pegarle, pero tan solo era otro niño, poco más mayor que la niña. Y sorprendentemente, creo que me estaba pegando él a mi.

-¡Deja a mi hermana en paz, abusón! –sus puños apenas se sentían, era patético, con esa expresión tan horrible y enojada, y esa valentía tan falsa.

-¡No, para, no me ha hecho nada! –la niña se levantó y se interpuso. Su tierna voz era dulce e inocente, y calmó al enano al momento.

-¿De verdad, Hiroko? ¿estás bien? –asintió. Pero el niño, con los mismos ojos que su hermana y un pelo revoltoso y verde, continuaba mirándome mal.

-Lo siento por tropezarme con usted, perdón –se inclinó como modo de disculpa.

-Ya, pues vale, ahora iros a otra parte a jugar –deshacerme de estos niños era lo primero.

-¡Hiroko se ha disculpado contigo, sé más amable! –¿pero que le pasaba a ese niño de demonio?

-¡No me mandes, niñato!

Persiguiendo estrellas --KatsuDeku--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora