Más cigarros con ella. (Terminada)

Octava parte.

No podía creer que Gwen nos había visto. Sabia que se acercaba el final de muchas cosas, sobre todo de mi felicidad.

Estábamos asustadas y completamente paralizadas. No sabíamos qué decir o hacer para solucionar las cosas. Pero la cara de mi hermana reflejaba enojo, decepción y asombro a la vez. Entró a la habitación y cerrando la puerta comenzó a hablar.

-¡Ya sabía! -Soltó casi gritando pero en voz baja- Sabía que algo ocultaban. Y lo descubrí desde que Christy dijo que era una "lesbianita barata" y ahí comprendí todo. No era sólo ella, eras también vos. SOS vos. Aunque ahora te desconozco. -Hizo una pausa- ¡¿Cómo...?! ¿Ustedes...? Les voy a contar a papá y a mamá. No te vas a poder salvar de esta...

- ¡Gwen...! -Intenté calmarla.

-¿Cómo que "lesbianita barata"? ¿Qué les contestaste al respecto? -Preguntó enojada Chloe.

-Nada...¡No pude, perdón!

-Ah. Sos increíble. -Respondió irónicamente y totalmente enojada mientras se levantaba de la cama y armaba sus cosas como para irse a su casa.

- Por favor. ¿Se van a pelear por eso? Apenas se vaya ella -Dijo Gwen con desprecio refiriéndose a Chloe- te voy a inculpar con la familia. De ésta no te vas a poder salvar.

Sentía ira, impotencia, dolor, decepción, enojo y muchos sentimientos más. Pero en ese momento no pude decir ni hacer nada. Me senté al borde de la cama y comencé a llorar.
Gwen se fue dando un golpazo con la puerta, mientras Chloe armaba su mochila.
Me paré con velocidad y la tomé del brazo.

- No te vayas por favor.

-¿Sos consciente de que no me defendiste? Dejaste que me insultaran y no hiciste nada. Estoy dolida y enojada porque yo sí te hubiese defendido. Porque no dejaría que nadie te haga daño. Y vos dejaste que me hagan daño a mí. -Agarró su mochila del suelo y se dirigió hacia la puerta.

-¡Chloe, por favor! ¡Te lo suplico! ¡No te vayas! -Mis lágrimas caían como una catarata.

-Dejame irme.

No me dejó hablar más porque simplemente se fue. Todo lo que habíamos logrado, nuestra felicidad, nuestra pequeña relación...Parecía que ya no existía. Y quizás no existiría más.
Y sumando desgracias, mi familia se iba a venir abajo, al igual que mi vida.
Me tumbé sobre la cama y seguí llorando unos buenos minutos. No era un llanto normal de tristeza, era un llanto de "No puedo más". Las lágrimas de los ojos caían de a litros más o menos, nunca había llorado tanto en mi vida, pero esta vez, no podía parar. Pensar en que quizás todo lo que había transformado a su lado desaparecería me mataba cada segundo más. Me sentí destruida, a medida que seguía llorando sentía cómo mi cuerpo se desvanecía, se alejaba de mi alma, tenía miedo, no podía respirar, sentía cómo mis pulmones se apagaban de a poco. No sabía qué me estaba sucediendo pero me generaba temor. Pensé que me moría y luego comprendí que era un ataque de pánico.
No quería bajar a buscar a Chloe, no podía.
Tampoco quería imaginar a Gwen hablando con mi madre.
No quería imaginar nada. Sólo quería desaparecer un buen rato. Cuando por fin logré mejorar me quedé dormida.

A la mañana siguiente no quise bajar a la cocina. Estuve hasta las 14:00 hs en mi habitación hasta que mi madre golpeó y abrió la puerta.

- ¿Estás bien cariño? - Preguntó con su tono dulce y natural.

Yo estaba totalmente shockeada. Al parecer mamá no sabía. Pero ¿Por qué Gwen no le había dicho nada? Y creo que eso me asustaba aún más.

- Sí, estaba cansada...