Más cigarros con ella. (Terminada)

Vigésima cuarta parte.

Estaba helada. Cameron se había casi abalanzado sobre mí y cuando quise actuar ya estaba besando mis labios. Abandonó la comisura de los mismos y lo hizo con un movimiento brusco y casi inmediato. El beso fue corto y no sentí emoción alguna, ambos quedamos mirándonos a los ojos un par de segundos que, para mí eran eternos y ninguno se animó a romper el hielo. Me sentía muy extraña, ya que había soñado mucho tiempo con aquel beso y no podía creer lo que había sucedido. Reitero con que había soñado con este día y con este tan esperado beso, pero realmente no había sentido nada y tampoco me quería ver obligada a querer sentir algo de nuevo. Estaba harta de querer engañar a mi corazón y realmente no tenía fuerzas ni ganas para querer enamorarme de alguien a quién sé que jamás amaré. Mi "amor" por Cameron no era amor verdadero, simplemente eran ganas de querer observar a alguien bonito, me distraía y por él volvía a las misas. Diría que quizás el destino nos quiso unir para que pasemos juntos el resto de nuestras vidas, pero en este caso el "destino" era mi madre, o quizás mi familia y la suya.

-Cameron, yo...

-Tranquila. Fue un impulso estúpido. -Me interrumpió y se sonrojó. - Realmente quería saber si sentía alguna chispa entre los dos, pero no la sentí. Tenía que detenerte, no tenías que ir para cometer errores y pelearte frente a todos, también quise hacer felices a nuestras familias y que nos vean juntos, pero no sentí nada en ese beso...

-¿Qué? -Pregunté algo indignada, me crucé de brazos y comencé a responderle algo enfadada. -¿Te pensás que soy tu rata de laboratorio y que podés experimentar conmigo? Perdón mi amigo, pero no te confundas. -Bajé un poco la voz y proseguí. - Sí, soy bisexual...o lo que sea y estoy enamorada de Chloe. No me puedo ni quiero enamorarme de vos para poner feliz a nuestras familias. Si tanto nos quieren como ellos dicen, deberían ponerse feliz por nuestras decisiones, no deben alejarnos.

-Ali...

-No terminé de hablar. -Volví a interrumpirlo y lo tomé del brazo. - Soñé muchas veces con este beso y no me provocaste nada. La vida es así, tu familia, la mía y vos deben aceptar la realidad.

-Perdón. -Se alejó un poco de mí, como si me temiera. -No quería hacerte sentir mal, quizás si el beso nos provocaba algo... -Al ver mi cara llena de furia se percató de las idioteces que iba a decir. - Está bien, lo siento... No debía hacerlo. Estuve mal y no lo volveré a hacer. ¿Me perdonarías y podríamos empezar a conocernos otra vez, como amigos?

-Está bien. -Dejé que mi rostro se relajara, eché un suspiro y le regalé una sonrisa. - Me gustaría poder llevarme bien con alguien y poder hablar, así que te perdono.

-¡Gracias! -Exclamó devolviéndome la sonrisa.

Acto seguido, estábamos sentados como indios sobre el césped arrancando pequeños trozos mientras hablábamos de la vida. A Cameron se le notaba bastante curioso por mi bisexualidad o lo que sea y me preguntaba muchas cosas sobre el tema: "¿Cómo la conociste?" "¿Se besaron?" "¿Y qué sentiste?" "¿Realmente estas enamorada?" "¿Te sentís diferente?" vivía preguntándome cosas cada dos segundos, pero no me quejaba porque no preguntaba por maldad. Para ser un chico católico no era como a esos fanáticos de la religión quienes escupen a todos los que opinen diferente a ellos, él era tranquilo y aceptaba ver otras realidades diferentes, no me molestaba para nada contarle mi historia. Le conté cómo la conocí, la vez que volví a verla, nuestro primer beso y alguna que otra salida. No quise nombrar el tema de Jake y el haber vivido lejos de casa, así que opté por no contarlo.

- ¿Nunca pensaste en besar a un hombre? -Le pregunté, al terminar de escuchar mi pregunta comenzó a observar el cielo azul, como buscando una respuesta. -Vamos, no es tan difícil de responder.