Décima séptima parte.

4.1K 201 9
                                    

-¿Me estás echando Chloe? -Preguntó con furia.

-Emma... No... Chau. -Entré a mi casa y le cerré prácticamente la puerta en la cara. Me sentía extraña. No entendía qué había pasado y por qué había sucedido. Pero como dije antes, Emma me quería un poco más, y aparentemente seguía sintiendo cosas por mí.
Me quedé un buen rato pegada a la puerta, en silencio. Me imaginaba a ella caminando enojada pateando lo que se le cruzara en la camino, o llorando, no sé cuál era peor. No quería volver a lastimar, pero siento que se lastimó sola al besarme.
Me sentía como si había sido infiel...¡Pero qué estúpida! Si no éramos novias con Ali, si nunca hablamos de nuestra relación. Pero así me sentía, extraña. Más allá de los enojos y mis celos, ella posiblemente estaba tranquila en su "casa" y yo aquí besando a Emma.
Pero si lo volvía a pensar, me parecía dulce todo lo que había hecho por mí. ¿Y si Alice fue mi camino y Emma es mi destino? ¿Y si Alice es mi destino? ¿Y si ellas se conocen y se enamoran? ¿Y si nadie era mi destino?

El pasillo de mi casa parecía infinito, mi cuerpo estaba agotado, y sólo tenía ganas de dormir. Al subir saludé a mi mamá y cenamos. Estaba sin apetito y apenas tocaba la comida.

-¿Estás bien? -Preguntó mamá poniendo su mano en mi hombro.

-Sí. Sólo estoy cansada.

-¿Y Emma? ¿La pasaron bien? Es una buena chica, me agrada.

-Sí, lo es. -Me metí un trozo enorme de pollo en la boca para dejara de preguntar cosas.

-¿Y Alice?

Al escuchar su pregunta me tragué el trozo de comida sin haberla masticado.

-Está bien má, con su amigo Jake. -Traté de hablar sin que se me pusieran los ojos llorosos. -Estoy muy cansada -Solté un bostezo falso y me levanté de la mesa- Mejor iré a dormir, buenas noches.

-Pero no comiste casi nada...Descansá hija.

Llegué a mi habitación y la cerré con llave, necesitaba de nuevo mi privacidad, mi espacio. Comencé a llorar, no sabía cuales eran los motivos, pero sí sabía que tenía muchos. Pero no miento, me daba un poco de miedo querer estar en cama todo el tiempo, pero mi cuerpo y mente sólo sugerían eso. Me acerqué a abrir mi ventana, me recosté en mi cama, me coloqué los auriculares y comencé a escuchar baladas románticas.
Las letras de las canciones me hacían acordar a Alice y a Emma a la vez. ¿Acaso eso era ilegal? ¿Me gustaban dos personas a la vez? No entendía nada, pero necesitaba respuestas urgente.
Lo único que sabía es que yo tenía mucho amor para dar, pero también necesitaba recibirlo.
Mi noche se había basado en escuchar musica, llorar y pensar. Ni siquiera podía intentar dormir porque mis pensamientos se apoderaban de mi mente.
Necesitaba alguna señal para saber qué hacer con mi vida, la necesitaba rápido.

Cuando por fin estaba por dormirme sonó mi celular, un mensaje de Emma. ¿Acaso era la señal que necesitaba? En éste me pedía perdón diciendo que se había dejado llevar y que quería disculparse y hablar en persona. Contesté que la perdonaba y que nos podíamos ver al otro día. Aceptó y me dormí.

Al otro día me desperté con los auriculares al rededor de mi cuello, casi ahorcándome. Semidormida los tiré al suelo y me fijé la hora. Me levanté, lavé mi cara y dientes y me dirigí a la cocina. Allí estaba mi madre cocinando, me acerqué feliz y la besé en la mejilla. Sentía que iba a ser un día especial, distinto.
Ambas nos sentamos a comer, no había tema de conversación, ella miraba la televisión y yo arreglaba con Emma para vernos.

-No dejás el celular ni por casualidad eh...

-Vos mirás la televisión y es casi lo mismo. -Reproché revoleando los ojos.

Más cigarros con ella. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora