Décima parte.

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-Gwen les contó... -Solté devastada.

-¡¿Qué?! ¿En serio? - Preguntó mientras se sostenía la cabeza, lamentándose.

- Sí. Chloe...Lo siento. Perdón por no haberte defendido, perdón por no ser lo que querías en tu vida, perdón por no ser suficiente. Pero no aguanto más. No aguanto, no puedo seguir así. -Terminé la frase y comencé a llorar como una loca.

-Ali, lo siento, no llores. - Se acercó y me contuvo en sus pequeños brazos durante unos segundos y luego me invitó a pasar.

Me dió el abrazo más reconfortante de todos. Me sentí segura entre sus brazos y luego dejó un pequeño beso sobre mis labios. Al subir, estaba Karen que, al verme llorando corrió hacía mí y también me abrazó. Le correspondí el abrazo y volví a llorar una vez más y aún más fuerte. No solía llorar frente a nadie pero ya no aguantaba más.

-¿Cariño estas bien? -Se replanteó su pregunta y luego dijo -Perdón, que tarada soy. No hace falta que me contés si no querés. ¿Comiste? -Negué con la cabeza- Uy, bueno. Justo íbamos a comer así que, unítenos Ali.

Antes de sentarme en la mesa para cenar, fui al baño a lavarme la cara con agua helada. Y segundos después, Chloe me dió una toalla seca y su ropa para que pudiese cambiarme. No podía creer todo lo que había pasado. Los recuerdos venían a mí y yo volvía a llorar. Hubo palabras horrendas, incluso frases (no contadas), dichas por mi familia, que me derrumbaron. Recuerdo a Gwen decirme "Si estás así de enferma, no vuelvas a esta casa." y con "enferma" se refería a que me gustara Chloe. Y con "no volver" se refería a que me fuera de casa y jamás volviera. En esos segundos deseé que mi hermana se sintiera fatal porque yo me había fugado de casa. Pero yo me sentía peor, porque mi familia me odiaba y porque mi hermana había ganado la batalla.

Chloe me llevó hasta su habitación mientras Karen hacía la cena. Se sentó a su cama y yo me senté a su lado. Me envolvió en un abrazo y comencé a llorar tan pero tan fuerte que no podía ni siquiera respirar adecuadamente. Trataba de relajarme, pero no podía. Me sentía insuficiente para todo el mundo, incluso para mí. Mientras las lágrimas seguían cayendo por mis ojos, las frases horrendas se tatuaron en mi mente y un tatuaje es para toda la vida.
Ella seguía abrazándome y sé que también quería llorar, pero intentaba ser fuerte por mí.

-Tranquila... - Me decía despacio al oído mientras acariciaba mi mejilla- Sé que debió ser muy duro, no quiero ni imaginar las cosas que viviste y tuviste que escuchar hoy. Porque nadie debe ser maltratado ni juzgado. Y vos hoy, viviste ambas cosas.

-Gracias. - Solté mientras intentaba relajarme. - Gracias por haberme perdonado, por dejarme entrar y por absolutamente todo...

Su "de nada" fue dicho por muchos besos.

Durante la cena todo fue diferente. Me sentí mucho más cómoda cenando con Chloe y Karen que cenando en mi casa. Eso también fue doloroso, que ni en mi propia casa pudiera sentirme a gusto.
Karen sacó tema de conversación todo el tiempo y me hacía sentir mejor, aunque nunca le confesé lo que había pasado en casa. Y tampoco quería hacerlo, no me sentía cómoda diciéndole que la familia de su amiga era una mierda y que maltrataron mentalmente a su hija.
Al finalizar la cena, Chloe y yo lavamos los platos y Karen se fue a dormir. Cuando terminamos con nuestro deber, nos fuimos hacía la habitación.

No podía expresar lo feliz que me sentía con ella a mi lado. Chloe transformaba tristeza en felicidad en tan sólo un beso. Y eso necesitaba, tan sólo eso.
Entre charlas sin sentido nos acostamos en la cama para dormir y apagamos las luces. Estábamos a oscuras pero la luz de la luna nos iluminaba a las dos. Se acercó a mi, me besó durante unos segundos y al acabar con éste me deseó buenas noches. Le devolví el beso, le deseé exactamente lo mismo y luego nos acomodados para dormir. Aparentemente ella sí podía intentar descansar, pero mis pensamientos no me dejaban hacerlo.

Más cigarros con ella. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora