Capítulo 15. Culpa.

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—¿Qué piensas de este vestido? —Sophie señala con el dedo índice un vestido color crema de escote en V y pedrería hasta el tobillo, la falda llega hasta el piso como cascada. Ella suelta una risa incrédula—. Olvídalo, es muy escotado y revelador para una joven entre cientos de abogados de cuarenta años en adelante. Solo te dejaría usarlo si quisieras ser una interesada caza fortunas.

—Es estúpido que digas que no cuando hace un mes querías enviarme a una fiesta con un vestido más corto que las minifaldas.

Ambas soltamos una carcajada.

—Eso es porque era una situación diferente —dice inmediatamente—. Aquella vez ibas a una fiesta de estudiantes de preparatoria, hoy asistirás a una fiesta elegante de etiqueta con empresarios, abogados y millonarios conocidos. ¡Qué cambio radical!

Vuelve a reír. A mí esto no me da gracia. William me invitó a una reunión de aniversario de su bufete. Creo que cumple veinte años de inauguración y me pidió que compartiera este momento con él.

—Como sea —finalizo el tema y continúo caminando entre los pasillos abastecidos de toneladas de vestidos caros. Durante los pasados dos días he estado evitando pensar en la conversación que tuve con Darren mientras estábamos sentados en la tierra donde yacen los restos de mis padres. Pero hoy, rodeada de tela de diferentes colores y cortes que no sabía que existían, me acuerdo del vestido negro que me regaló el rubio, y eso solo me recuerda sus palabras.

«—Déjame ser la luz que te alumbre, el pegamento que una tu corazón, la soga que saque del pozo, el príncipe que proteja tus murallas. Déjame ser la persona que te cuide y te haga vivir de nuevo.»

Darren es un chico grandioso y me encanta la extraña e increíble forma en la que me hace sentir. No me di cuenta de aquello hasta el día en que lo besé, pero ahora no dejo de pensar en ello. Incluso en los momentos de silencio, cuando estoy perdida en mis pensamientos, entre las horas del día y de la noche, me acuerdo de lo feliz que me hace.

«—No lo entiendo. ¿A qué te refieres, Darren?

Guarda silencio.

—Sé mi novia, Luce.

Y él me besa.»

Todavía puedo sentir sus labios contra los míos, el abrazo en el que afianzaba su agarre para que yo no me apartara, pero él no supo que, aunque hubiera alguna oportunidad de separarnos, yo no me alejaría de él.

—¡Luce! —dice Sophie caminando en mi dirección. El espacio entre nosotras era considerable, lo que me lleva a pensar que tuve que haber estado muy sumida en mis recuerdos como para dejar atrás a Sophie.

«—También soy el futuro novio y esposo de su hija. Prometo que la haré feliz y la cuidaré como si fuese mi propio ser. —Me observa a mitad de su presentación con un sentimiento que había visto antes en sus ojos, mas no reconociendo su nombre—. Y también traeremos a la tierra muchos mini Darren y quizá una mini Luce.»

—¿Sí? —Meneo la cabeza de un lado a otro prácticamente espantar los recordatorios de ese día. Me digo a mí misma que el acto funciona cuando sé que no es así y le sonrío a una Sophie exaltada cuando llega a mi lado.

—Vaya, Luce —exhala con cansancio—. ¿Qué tienes en esa cabecita como para no oír mis griteríos desde metros?

—Nada —miento, pero los años de convivencia entre nosotras la han hecho desarrollar una intuición aguda para mis mentiras. Sophie me dedicada una mirada de advertencia para que sea sincera—. Solo pensaba si podría usar el vestido que Darren me regaló.

Luces [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora