XV: Costumbre

39 2 0
                                        

Me acostumbré a un saludo tuyo al despertar; me acostumbré a nuestras canciones cantar; me acostumbré a, a tu lado estar; me acostumbré a tu voz escuchar; me acostumbré a junto a ti caminar; me acostumbré a constantemente en ti pensar; me acostumbré a tus mejillas sonrojar; me acostumbré a tu rostro al carcajear.

Me acostumbré a tener en mi rostro tu contacto
 Me acostumbré a tu jamás faltante tacto.

Me acostumbré a a tus historias; Me acostumbré a a sentir que al tener tu mano sobre la mía podría obtener gloria.

Me acostumbré a nuestras similitudes; me acostumbré a a sentir que eramos algo único entre las multitudes.

 Me acostumbré a que pensáramos de la misma manera; me acostumbré a al que dijeras tonterías para que yo sonriera.

Me acostumbré a que simplemente me abrazaras mientras me rompía; me acostumbré a que mi dolor compartías, al igual que yo contigo hacía.

O al menos, así lo creía...

 Me acostumbré a ti.

Pero hasta ahora es que me di cuenta que, al igual que el amor, la costumbre puede ser un arma de doble filo, porque todas ésas costumbre me duelen ahora...

Que no estoy contigo.


Palabras al VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora