XIX: Flor

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Eres un capullo, que sólo cuando florece, deja al descubierto preciosos sentimientos escondidos, cada uno de tus pétalos muestran pensamientos omitidos, cada hoja mostrando(me) verdades que se han perdido, y pienso, después​ de tanto, por fin de forma completa te he conocido.

A veces, me pregunto, ¿por qué todos miran sólo el exterior? ¿Acaso el interior​ no cuenta en lo absoluto? Pareciera que la mayoría sólo tienen pensamientos brutos.

Desde que te conocí, sólo quise saber todo de ti, incluso cuando me trataste de forma amarga, insistí, y miramos ahora, me dejaste entrar, y ya no puedes vivir sin mí.

Querida Flor, quisiera preguntarte, y espero que no te moleste, pero, ¿por qué sigues escondiéndome las puertas a tu alma, sí ya conozco todo de ti?

¿Por qué sí nuestras miradas se buscan?
¿Por qué sí nuestros ojos se encuentran?
¿Por qué sí tu alma me llama?
¿Por qué sí mis sentidos te buscan?

Hay tantos "por qué" y tan pocas respuestas a mis preguntas, desearía que la vida me resolviera algunas cuantas, aun cuando tengo tantas.

Y la verdad es que, más que diurna, eres una flor nocturna, me abres tu alma en la penumbra, pero te vuelves a cerrar cuando la luz alumbra.

Florece para mí, querida Flor, que yo te entregaré mi alma, junto a todo mi amor.

Palabras al VientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora