Después de unos segundos ambas estábamos listas para comenzar el juego, nos acomodamos en el sofá y ella comenzó a preguntar...
-Veamos As...mmm...-sonrie- ¿Qué es lo mejor que te ha pasado?.
-Es fácil, haber chocado contigo en el pasillo el primer día de clases-me sonrojo un poco desviando mi mirada de sus ojos a mis manos.
-Eres tan linda cuando te sonrojas-acaricia mi mejilla haciéndo que levanté mi rostro y me besa suavemente en los labios.
-No tanto como tú- le digo después de separarnos mientras sonrío como boba.
-Mejor continuemos- me dice tratando de ocultar sus mejillas de mi vista, lo que provoca que mi sonrisa sea más grande.
-¿Porqué te enamoraste de mí?-elevo una ceja viéndola con completa atención.
-Pues..-Se sonroja más- Con el trato que me dabas, la atención de me prestas al hablar, al recordar cosas insignificantes que comento, al ser tu misma conmigo, ser romántica, tierna, amable y...-no termina de hablar porque la beso.
-Te amo Aria-le digo cuando terminó de besarla mientras acaricio su mejilla mental viéndola a los ojos-te amo muchísimo.
-Yo también te amo Astrid, te amo demasiado-se hace un poco para al frente tomándome del cuello para después besarme.
El beso es lento demostrando todo lo que sentimos la una por la otra. Han pasado minutos o segundos, no estoy segura pero lo que se es que ese beso me encantó, lentamente nos separamos sin dejar de vernos a los ojos, sus preciosos ojos verdes, esos que desde la primera ves que los Vi no quise volver a ver otros.
Narra Aria
Son aproximadamente las 2 de la mañana y no puedo dormir, la tormenta aún es muy fuerte, los truenos y relámpagos están a todo su esplendor iluminando la habitación donde me encuentro Acostada con Astrid a mí lado. Me volteo lentamente y la veo ahí tan tranquila durmiendo, sus bellos ojos cerrados; comienzo a detallarla con la mirada, puedo ver unas pequeñas pecas y dos lunares cerca de su ojos izquierdo, unos labios gruesos y suaves. Sin poder evitarlo mi dedo pulgar acaricia lentamente su labio inferior mientras veo fijamente cada movimiento que este hace.... Ella sin siquiera quererlo es tas sensual, una sonrisa o simplemente su forma de caminar la hacen preciosa y roba muchas miradas, y eso me molesta y me da miedo porque no quiero que más personas se den cuenta que más que su físico hermoso hay una persona excepcional, no quiero perderla.
Sin darme cuenta minutos después caigo dormida, lo último que siento el un brazo tomándome de la cintura mientras una preciosa voz susurra que me ama.
Por fin amaneció, son las 8 de la mañana y por lo que la chica que nos vino a traer comida y algo de ropa (si la misma que nos rentó la cabaña) nos dijo que no hay posibilidades de que hoy se detenga la tormenta, nos informó que trajeron nuestro auto al frente de la cabaña con un poco de gasolina pero solo alcanzó para traerlo para acá, sigue sin haber señal y nuestros padres no están, salieron 1 semana de viaje ya que son compañeros de trabajo. Parece que nos quedaremos al menos 2 días más acá.
Nos encontramos en la sala de la cabaña yo acostada sobre ella mientras ella juega con mi cabello.
-Amor, ¿quieres jugar conmigo a las escondidas?-me dice en el oído mientras me da un pequeño beso en la mejilla.
-Claro, pero yo me escondo ¿sí?- le digo mientras me siento en sus piernas viéndola con emoción.
- Si mi amor esconde te, yo contaré hasta 50 ¿vale?- sonríe.
Me pongo de pie rápidamente mientras me aseguro de que tenga los ojos cerrados y voy corriendo a la habitación donde dormimos anoche, me meto al armario. Segundos después escucho pasos acercándose y el sonido de que abren puertas. Escucho como se abre la puerta de la habitación y Astrid susurra que me va a encontrar, siento como se acerca al armario y comienza a abrir lentamente la puerta, al momento en que termina de abrir el armario yo me lanzo a sus brazos con cuidado callendo el la cama con algo de fuerza quedando a centímetros de besarnos.
-Te encontré...-susurra Astrid viéndome a los ojos. Solo sonrió levemente para inclinar me y besarla tomándola de las mejillas.
-Lo hiciste..-le digo cuando nos separamos, veo sus hermosas mejilla rojitas, ella me abraza por la cadera mientras yo recargo mi frente en la suya.
-Te amo...-susurramos al mismo tiempo viéndonos a los ojos mientras sonreímos como bobas enamoradas...
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MI DESTINO
JugendliteraturA veces la vida da vueltas inesperadas, y eso es lo que a Astrid le faltaba comprender, con tan sólo 16 años apenas comienza a conocer la vida y a experimentar cosas que jamás pensó pasar. De eso se dará cuenta cuando de golpe entre a su vida una ch...