NARRA ASTRID
Hace unas semanas de la cita en la cual no pude preguntar lo que quería porque termino antes de lo pensado ya que se mojó y prefirió ir a casa. Así que el 17 de mayo, día de su cumpleaños le pedí qué fuera mi novia oficialmente. Quería darle algo especial, definitivamente ese día fue perfecto a su lado, pero parecía que el destino me quería jugar una mala pasada pero a pesar de que no salió como lo planeé fue maravilloso, verán esto fue lo que pasó...
Flash back...
Nos encontrábamos caminando por la playa después de unas horas de haber comido, estábamos caminando tranquilas, pues ésta era una playa dónde básicamente nadie venía y se encontraba curiosamente cerca de un bosque, estábamos preparando las cosas para acampar esa noche en la playa, era una sorpresa que le tenía a Luna preparada. En el momento donde ella se distraiga iría a preparar todas las cosas para que esto salga bien.
-Luna, ¿Podrías ir a buscar un poco de madera para encender una fogata antes de que termine de anochecer?- le pregunto sonriendo.
-Claro, en unos minutos regreso -me dice sonriendo mientras deja un momento la tienda de acampar y se va en busca de la madera.
Cuando ella termina de desaparecer de mi vista rápidamente comienzo a preparar las cosas necesarias para que todo salga como planeé, los chicos llegan unos minutos después de que ella se fue y me ayudan a arreglar todo rápidamente y ellos se van a sus puestos con los fuegos artificiales y yo doy los últimos toques al lugar, por último hago un corazón enorme en la arena con la gran pregunta en el centro "¿Quieres ser mi novia?" Rodeado de pétalos.
Ya que todo está listo voy en busca de Luna pero no la veo, comienzo a caminar más rápido hasta que me adentro como dentro de una pequeña cueva que se encontraba fuera de la playa ya que escuchaba la voz de Luna dentro de esta y cantando...-No goodbyes...-se escuchaba más fuerte a medida que entraba, encendí la linterna y daba una que otra vuelta hasta que di con ella recogiendo madera de el suelo de la cueva con una linterna en mano, yo apagó rápidamente la linterna para asustarla.
-Ey loca, ¿qué estás haciendo dentro de esta cueva?-le digo mientras ella me da la espalda haciendo que pegue un salto , suelte un pequeño grito y suelte la madera y la linterna que traía apagándose, eso me provoca unas cuantas carcajadas.
-Maldita sea Astrid-dice mientras lleva una de sus manos a su pecho.- me has sacado un buen susuto- dice mientras se agacha a tratar de recoger la madera que tiró
-Lo siento, lo siento- digo mientras aún río y la ayudo a recoger la madera
-Li siinti, li siinti-dice arremedandome.- de seguro...-se que da callada y yo dejo de reírme porque escuché un ruido raro.
-¿Escuchaste eso verdad?-le digo y ella asiente rápidamente, enciendo la linterna que traía conmigo y veo un pequeño oso jugando con uno de los trozos de madera que minutos antes Luna estaba recogiendo
-Ay qué tierno es- dice Luna haciendo morritos y una carita muy tierna,eso provoca que yo sonría pero después me cae el veinte al sentir una respiración en mi cuello.
-Luna...-susurro mientras camino un poco hacia ella,.- si aquí hay un bebé oso ¿no debería haber una mamá?
Ella en ese momento voltea a verme y veo como hace una cara de pánico.
-¿Está detrás de mí verdad?-digo asustada y ella simplemente asiente con la cabeza.
Sin pensarlo salgo corriendo y tomo a Luna de la mano, ella se sorprende pero al ver que el oso nos sigue rápidamente toma el ritmo y comienza a correr conmigo, sin saber como terminamos saliendo de la cueva y corremos sin sentido. Unos minutos después de ver que la osa no nos seguía nos detenemos frente a una cascada a descansar.
-Maldición-digo recobrando el aire.-creí que sería alimento de eso-digo sentandome en una roca.
-Lo siento, no debí meterme ahí-suspira y se sienta conmigo.
-No te preocupes, no lo sabías-le digo sonriendo.- a demás hoy cumples años y debemos festejarlo como se merece-dije mientras le sonreía y le tendía mi mano para que se levantará y comenzar a caminar de regreso a la playa, tardamos un poco ya que nos perdimos pero dimos con ella como a las ocho o nueve de la noche, cuando llegamos no había nada de lo que había preparado, pareciera que todo se había borrado y eso me entristeció, pero al momento de verla bajo la luz de la luna sentada en la arena con la fogata cerca que habían encendido los chicos dejó de importante, me senté a su lado y le dije todo lo que tenía por decir.
-Yo sé que no soy la mejor persona, sé que te he lastimado y la mayoría de veces sin querer, pero eres importante para mí, a pesar de todo y de como sea aveces jamás dudes de eso, te quiero y no te olvidare, eres una persona increíble Luna, no había conocido una chica como tú, tan espontánea, tan berrinchuda tan tú, tan linda- le digo mientras sonrío y tomo su mano mientras al igual que ella veo hacía en frente sonriendo y soltando algunas lágrimas.- el punto es que-suspiro.- estoy enamorada Luna, me enamoré de ti, no sé cómo, no sé porque simplemente un día mientras peleaba contigo no dejaba de pensar en lo tierna que se ve esa chaparrita de hoyuelos cuando se enoja. Estoy enamorada de ti Luna, perdida en indiscutiblemente enamorada de ti y quiero preguntarte algo-le digo mientras tomó el valor y la volteó a ver, me acerco lentamente a ella hasta que nuestros rostros quedan muy cerca y ella se sonroja, lentamente acaricio su mejilla derecha con los dedos y ella suelta un pequeño suspiro mientras cierra los ojos.- Luna, ¿Quieres ser mi novia?-susurro viendo todo su hermoso rostro.
-Si quiero AS, si quería ser tu novia-dice en un pequeño susurro.
Ella provoca una gran ternura en mi corazón y sin poder evitarlo la beso mientras los fuegos artificiales comienzan a brillar en el cielo nocturno, dando una perfecta idea de cómo están mis emociones justo en ese momento. Lentamente nos separamos y sonreímos para después ver los fuegos artificiales.
-Te quiero...-Me dice recargando su cabeza en mi hombro mientras sonríe.
-Je t'aime mi Luna...-Le digo pasando mi abrazo al rededor de su hombro disfrutando de lo que siento es ese momento.
–C🌈
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MI DESTINO
Novela JuvenilA veces la vida da vueltas inesperadas, y eso es lo que a Astrid le faltaba comprender, con tan sólo 16 años apenas comienza a conocer la vida y a experimentar cosas que jamás pensó pasar. De eso se dará cuenta cuando de golpe entre a su vida una ch...