Las clases pasaron más rápido de lo que pensaba pues resulta que Aria está conmigo en todas las clases, han pasado cerca de 2 meses y es fantástico hace casi un año que no tenía una amiga, perdí a la única que consideraba como tal, se llama Marisa, un día solo me dejó de hablar, no dijo el porqué ni nada, solo se fué, ahora se encuentra entre las chicas mas populares y zorras del instituto para estar en segundo, no me sorprende, ahora nada de lo que ella hace me sorprende.
Salgo de mis pensamientos gracias a una castaña de ojos verdes que me habla.-¿Estás bien?-Me pregunta Aria un tanto preocupada arrugando un poco el seño.
-Si, no te preocupes, solo estaba pensando-le respondo con una sonrisa levantándome del banco.- ¿Hace cuanto tocaron?-le pregunto dirigiendo me a la puerta para salir con ella a mi lado.
-Cerca de 5 minutos, estaba hablándote pero no me escuchabas-me dice mientras ríe
-Tienes una risa muy linda- se me sale decirle sin querer e inmediatamente me pongo roja y volteo a otra parte
-Gra...Gracias-responde Aria un tanto sonrojada bajando la mirada
Yo solo vuelvo a observarla y le sonrió mientras seguimos avanzando. Que está pasando me, yo no suelo decir esas cosas ni mucho menos pensar las y menos con una chica, ella es hermosa y no sé porque pero siento que ya la e visto antes pienso mientras vuelvo a ver la, y ese fue mi error.
-Mierda-digo sobando mi frente mientras arrugo el seño ya que me he golpeado con la puerta de uno de los casilleros.
-¿Estás bien?-pregunta Aria por segunda vez en menos de 10 minutos mientras ríe.
-Oye no es gracioso-digo mientras hago un puchero
-Vaya que si lo es- responde sonriendo.- te vez muy tierna haciendo pucheros-me dice Aria mientras me da un pequeño golpe con el dedo en la nariz y comienza a avanzar.
Dejándome parada, sonrojada y sonriendo como tonta por su acción y lo que me dijo. Rápidamente la alcanzó y camino a su lado entrando al fin a la cafetería, hacemos fila y mientras esperamos conversamos a cerca de los profesores y otras cosas relacionadas con la escuela, llega nuestro turno y pongo en mi bandeja una botella de agua, dos rebanadas de pizza y fruta picada, ella escoje lo mismo excepto por el agua, en vez de ello escoje un jugo de naranja, vamos a una mesa de las orillas cerca de las ventanas y nos sentamos a comer.
-Entonces, cuentame de tí- me dice Aria mientras le da un bocado a su fruta.
-¿Qué te gustaría saber?-le pregunto para después beber un poco de agua
-¿Pues con quién vives?- me pregunta haciéndose un poco hacia al frente
-Vivo con mi mamá, papá murió cuando tenía 8 años-le contesto mientras como un poco de fruta
-Oh vaya, lo siento-me dice apenada
-No te preocupes, no hay problema alguno, no me incomoda-le respondo ah Aria
Nos levantamos después de terminar de comer y dejamos las sobras en la basura y nos dirigimos a buscar nuestras cosas para la siguiente clase, y así se pasó el resto de la mañana, entre preguntas de Aria y demás se llegó la hora de la salida.
-¿Vendran a recogerte?-le pregunto ah Aria saliendo del instituto quedando de pie en el estacionamiento
-No, papá no puede venir por mí, así que debo irme sola- responde mientras juega con sus dedos como niña pequeña
-Si quieres puedo acompañarte a casa ya tiene tiempo que quiero ir a visitarte- le digo mientras siento eso extraño cosquilleo en mi estómago
-Me encantaría- responde Aria acercándose un poco a mí mientras sonríe
-Entonces vamos-le digo, ella comienza a caminar y yo la sigo.
Vamos hablando de su antigua escuela y como fue para ella el cambiarse de escuela y dejar a sus amistades al otro lado del país, vamos a cruzar una calle y yo veo para ambos lados pero ella no, da 2 pasos de más y reacciono tomándola de la mano y jalando la para que no sea atropellada haciendo que quede muy cerca de mi, es cerca de una cabeza más baja que yo, está tan cerca, sus ojos me observan con sorpresa mientras yo solo puedo verla a sus hermosos ojos y a sus labios intercambiando mirada entre estos, una de mis manos está en su cintura y la otra aún la está tomando de la mano, siento mi corazón en la garganta
-De...Deberías te..tener ma...más cuidado- le digo en un susurro ya que la voz no me sale y acerco mi rostro un poco al de ella
-Claro- responde ella sonrojada y sonriendo nerviosa
Estamos a nada de besarnos cuando parece que ambas reaccionamos y tomamos un poco de distancia.
-Y... Yo... Solo...Ten más cuidado-le digo sonrojada viendola a los ojos un tanto nerviosa
-Si...yo... Tendré cuidado- responde ella sonriendo con las mejillas encendidas
Asiento con una sonrisa tonta y estoy por comenzar a caminar cuando siento que me jalan la mano deteniendo me de golpe, volteo para ver qué sucede y en eso siento un par de labios muy suaves en la comisura de los míos, sorprendida, con el corazón acelerado, el cosquilleo en el estómago y sonrojada la veo
-Gracias por salvarme- me dice mientras deja de estar de puntillas y me suelta de los hombros.- Vamos- me dice mientras me jala de la mano y comenzamos a caminar
Estoy sin habla, ni siquiera sé si estoy respirando, ¿cómo puede está chica provocar tanto en mi?, Cómo puede ser que yo sienta algo así y por ella, aún siento sus labios, aún siento su mano en mi hombro, aún siento su cercanía, volteo a verla y está con una sonrisa radiante y un tanto sonrojada. Veo nuestras manos aún juntas y sonrío, no puedo evitarlo, la tomo más fuerte, siento que no puedo dejarla ir.
De pronto veo que estamos en la calle por donde vivo.-¿Vives aquí?- le pregunto sorprendida
-Si, en la casa de haya- me responde señalando la casa que está al lado de la mía
-Yo vivo en la casa de al lado- le digo sonriendo.- ¿Cómo es que no nos habíamos visto?-le pregunto riendo
-No tengo idea pero es fabuloso, ahora podré estar más tiempo contigo- me dice
-¿Qué te parece si el sábado salimos al cine?- le pregunto
-Sería fantástico- me responde sonriendo
-Vale- le digo sonriendo
-Hasta mañana-me despido de ella con un saludo de lejos mientras ella entra me regresa el saludo y cierra la puerta.
Me doy media vuelta y tomo el corto camino a mi casa con una gran sonrisa en el rostro y un tanto sonrojada.
ESTÁS LEYENDO
MI DESTINO
Novela JuvenilA veces la vida da vueltas inesperadas, y eso es lo que a Astrid le faltaba comprender, con tan sólo 16 años apenas comienza a conocer la vida y a experimentar cosas que jamás pensó pasar. De eso se dará cuenta cuando de golpe entre a su vida una ch...