Narra Aria.
Al fin bajé del avión, son muchas horas de vuelos de Argentina a Los Ángeles pero bueno, esperemos que estas horas de tortura hayan valido la pena, me encuentro caminando con maleta en mano hacia afuera del aeropuerto donde está un taxi esperándome para llevarme a la universidad, me quedaré en una de las casas que pertenece a la universidad y parece tendré que compartir con otra chica.
Encuentro al taxi que me llevará directamente a la universidad, en lo que el conductor sube mis maletas yo me subo al vehículo, unos pocos minutos después el taxi se pone en marcha y yo me sumo en mis pensamientos mientras veo la ciudad por la ventana. En este año pasaron demasiadas cosas, Argentina es un lugar muy muy hermoso llendo de gente increíble y amable, pero no puedo perdonarme lo que le hice a Astrid ella no merecía que la tratara de esa forma tan fría en que lo hice, no debí haberme dado la vuelta y dejarla sola, debí haberla abrazado aunque fuera por última vez, aún la quiero fué mi primer amor y bueno nunca se olvida al primer amor, y menos por lo que pasó entre las dos en esa cabaña, pero bueno dejemos eso de lado, en Argentina conocí a una chica increíble que se hizo mi mejor amiga, una loca extravagante llamada Pim pero me abandonó y se fue a estudiar la universidad, solo que no me quiso decir a dónde, solo me dijo "estaré donde menos te lo esperes" y pues yo terminé aquí en los Ángeles, la extraño mucho, me acostumbré a su presencia, ella fué la única que estuvo para mí cuando entré en depresión cuando estaba en Argentina después de haber dejado a Astrid ese día, me ayudó a salir adelante. De tanto estar divagando entre mis pensamientos no me di cuenta que ya habíamos parado frente a la que sería mi nueva "Casa" por un tiempo hasta que el conductor me habló.-Señorita ya hemos llegado-me dijo viéndome desde la puerta del taxi ya con mis maletas sobre la banqueta.
-Disculpe-susurro y me bajo para después pagarle lo correspondiente.
Me doy vuelta tomando mis maletas y camino hacia la puerta, veo los alrededores, hay casas muy hermosas, jardines, un pequeño parque y ahí veo una chica que se me hace conocida pero pienso que ya alucino y dejó eso de lado llegando hasta la puerta, toco algunas veces ya que no tengo mis llaves y de pronto veo a una pelinegra, blanca, de ojos azules viéndome con una enorme sonrisa..
-¡¡Hola Ria!!-Dice pegando un grito y saltando a abrazarme muy fuerte haciendo que ambas caigamos al suelo- te extrañé tanto-dice viéndome a los ojos muy cerca de mi rostro.
-Yo también te extrañe Pim-sonrío demasiado feliz y acaricio sus mejillas con mis dedos pulgares-pensé que ya no te vería más...-susurro.
-Tu estás loca, antes de eso dejo de usas mi pijama de unicornio rosa-sonríe y besa mis labios.
No reacciono, estoy en shock, me sonrojo completamente, bien podría ser familiar de un tomate. Segundos después ella se separa y se levanta mientras agranda sus ojos poniéndose toda roja y nerviosa.
-Yo perdón Ria no quería, bueno sí, pero no así, lo lamento, yo perdón...-Dice mientras camina de un lado para otro mientras sigue murmurando otras cosas sin sentido.
Me levanto del piso, limpio mi ropa de la tierra y meto mis maletas dejándolas en la sala de estar, vuelvo a salir y la tomo del brazo metiendo la a la casa, ella sigue murmurando cosas raras sin darse cuenta de lo que hago, la llevo hasta la sala y me pongo frente a ella.
-Pim-le hablo.
-Por eso no tenía que haberme puesto estos pantalones...-murmura ella viendo a la nada.
-Pim-le vuelvo a hablar.
-Si-dice- es verdad, todo es la culpa de este estúpido pantalón.
-¡¡PIM!!-gríto provocando que salte.
-¡¡NO ME GRITES!!-Dice mientras grita molesta porque le grité.
-Es que no me haces caso-digo cruzando me de brazos.
-Lo siento-susurra y baja la cabeza como un niño pequeño cuando es reñido por sus padres-lo siento no debí besarte, porque ¿y si tú no sientes nada por mí?...-Dice mientras vuelve a decir cosas sin sentido.
-Pero...-digo pero me interrumpe.
-Debí quedarme en Argentina...-murmura.
-Pero...-me vuelve a interrumpir.
-Así no habría hecho esto y estaría viendo My Little Pony y comiendo Nutella-murmura de nuevo.
-¡SILENCIO!-gríto mientras la tomo del hombro ya algo impaciente haciendo que se calle y me vea con algo de miedo-¡me gustas pim!-digo para después tomarla de los hombros y besarla.
Ella torpemente me sigue el beso mientras lentamente me toma por la cintura, no puedo creer que está chica tan rara me guste pero así es, lentamente el beso termina y ella recarga su frente en la mía.
-Llevaba meses soñando con esto-susurra Pim con los ojos cerrados.
-El día que te tuve que dejar en el aeropuerto me di cuenta de que me gustabas-Susurro también con los ojos cerrados y suspiro sonrojandome.
-Yo me di cuenta cuando estábamos a mitad del último año-dice y abre los ojos al igual que yo- cuando Aly te robo ese beso en la fiesta de Gunter- sonríe-me dieron tantos celos.
-Ay Pim-digo mientras me sonrojo y la abrazo muy fuerte.
Nunca me había sentido así de cómoda con alguien, y sinceramente no hay otros brazos donde quiera estar.
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MI DESTINO
Ficțiune adolescențiA veces la vida da vueltas inesperadas, y eso es lo que a Astrid le faltaba comprender, con tan sólo 16 años apenas comienza a conocer la vida y a experimentar cosas que jamás pensó pasar. De eso se dará cuenta cuando de golpe entre a su vida una ch...