Si Carlos se desmayaba después de ver al tiburón yo ganaba. Pero si se desmayaba en el momento en que gritara que lo había visto, o después de saber que estaba cerca, Ana ganaría. Fueron 50 dólares muy fáciles de ganar. Opte por despertarlo con una cubeta llena de agua. Despertó abruptamente puesto que el agua estaba muy fría. Por un momento se quedó mirando al vacío y abrazandose a si mismo por el frío.
-No tengo el dinero conmigo. Te pagaré cuando lleguemos a casa- dijo Ana.
-¡¿Porque demonios me lanzaste al océano?!- grito Carlos al ver que estaba completamente empapado.
-Yo no te arroje al océano. Tuve que lanzarte agua fría porque te desmayaste cuando viste al tiburón- dije en mi defensa. Se levantó dispuesto a más pues se veía molesto y rencoroso. Pero Ana se puso en medio de los dos evitando una pelea más grave. En eso, se acerco nuestro capitán del bote con nosotros.
-Bueno muchachos, ya no hay nada que hacer aquí- dijo Fred tras dar un profundo suspiro -Tenemos que volver a la orilla- dicho esto, dimos media vuelta para regresar a tierra firme.
Fred tenía razón. Mientras volvíamos podíamos escuchar claramente sonidos extraños que venían del motor. No supimos que paso hasta que regresamos a la orilla y nos quedamos para ayudar a repara el bote. Yo me quedé pensando en lo que paso en el agua. Sentí como si fueran manos humanas las que me sujetaron. Pero era imposible. Aún cuando alguien pudiese aguantar la respiración igual que yo, no había forma de que se moviera tan rápido como para salvarme a mí y a si mismo. Y menos como para que no logrará verlo. Y aún está la duda de esa aleta que vi de color azul marino. Solo los delfines, las focas y las morsas mueven la aleta posterior de arriba hacia abajo. Y no sé de ninguna especie que tenga ese color.
-Edward, reacciona- me dijo Fred al ver que no respondía a lo que me decía -Necesito la llave que te pedí. Esta en la caja- dijo señalando un montón de herramientas dentro de su respectiva caja de color rojo carmín. Tome una que creí que sería la correcta, pero me di cuenta de que me había equivocado al ver la expresión en el rostro de Fred -Te dije la de 3/4, no de 5/8. Necesito que te concentres- dijo mientras me devolvía la llave para luego darle la correcta.
-¿En qué piensas hermano?- pregunto Ana al ver lo distraído que estaba.
-No dejo de pensar en lo que paso ahí... en el agua- respondí mirando el horizonte. Donde el cielo se une con el mar.
-Dijiste que no sabias cómo saliste con vida de ahí- afirmó Carlos mientras ayudaba a Fred con el bote.
-Ese es el problema... Cuando estaba bajo el agua, sentí como si alguien me tomo de los pies y me salvo del tiburón- dije sin desviar mi vista.
-Pero no había nadie más bajo el agua más que tu- dijo Fred mientras su voz se unía con el sonido de la llave dentro del motor.
-Se que parece imposible... Pero juro que imagine por un segundo que alguien estaba ahí en el momento justo- dije mirando hacia el trío que me miraban mostrando confusión -Carlos, ¿Tú sabes de algo que me ayude a pensar en algo lógico en todo esto?- pregunte a mi hermano que luego se levantó para pensar en una respuesta.
-Pues no lo se. ¿Que viste ahí abajo?- pregunto el mientras se quedaba cruzado de brazos.
-Solo sentí que me jalaron de los pies y vi una aleta posterior que se movía de arriba hacia abajo... Era de color azul marino- ante este último detalle, Carlos se quedó pensativo en algo que le llegará a la cabeza.
-Pues la aleta podría ser de un delfín, aunque no corresponde mucho el color. Hasta donde se, la mayoría son grises o con leves toques de gris azulado. Pero que sea de un color así... Solo los peces pequeños de arrecife- dijo con total seguridad en lo que hablaba.
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Un Amor De Tierra Y Mar.
RomanceEl mar suele esconder muchos secretos, de hecho, la humanidad tiene más conocimiento del espacio que del océano. Yo solo me conformo con buenas olas, cielo despejado y una buena vida en tierra. A pesar de todo, se me ha ocurrido que estoy hecho para...