Capítulo 22: Rescate.

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Edward.

Tuve que correr lo más rápido que pude hacia la casa que Ana me había dicho. A través de árboles caídos, arbustos y vegetacion tuve que cruzar para así alcanzar mi objetivo. Al verla, note que no era de mucha admiración. Mucha de la pintura estaba descolorida, el techo estaba a punto de acerse, ventanas rotas sin mencionar que estaba lleno de grafitis por todos lados. Me acerque a la puerta de lámina y no fue difícil abrirla de una sola patada. Se abrió azotandose contra la pared. Pero una vez dentro de la casa, no había nada más que basura. Montones de escombro de la casa en una esquina, herramientas en otra, una alfombra vieja en el suelo, planos en las paredes y algo de polvo por todos lados. Revise los planos y vi el diseño de una especie de tanque de agua bastante grande. Las herramientas debería ser lo que uso mi padre para construirlo. El problema es que no había señales de ese tanque por ningún lado. Y es que la cabaña no era lo suficientemente grande para esconderlo tan bien como para que no pudiera verlo.

Camine por el lugar y note que algo de madera del suelo crujía con mi caminar. Los crujidos eran más notorios cerca de la alfombra, lo cual me parecía extraño. Al revisar a fondo, note que se hundía levemente en el centro. Quite la alfombra y había un agujero con una escalera hacia abajo. No lo dude un segundo y comence a bajar por la escalera. Incluso me brincaba un escalón para bajar más rápido. Era bastante oscuro pero eso no me iba a detener. Conforme más bajaba, era menos lo que podía ver, pero hubo un punto del descenso en que la luz volvía. Mire hacia abajo y esta parecía venir de una habitación como un sótano. Baje por completo y mire directamente el tanque y dentro de este, Marina estaba mirándome. Me acerque rápidamente a este y ella puso sus manos en el vidrio. Hice lo
mismo.

-Calma cielo. Te voy a sacar de aquí- dije y comence a revisar el tanque en busca de alguna cerradura para liberarla.

-Cuidado atrás- me advirtió y al girar la cabeza, mi padre estaba con un tubo de metal e intentó darme un golpe en la cabeza, pero yo fui más rápido y detuve el tubo con mi brazo evitando el golpe y se lo quite para estar a la defensiva con este. Solo lo miraba fijamente.

-Esto no tiene que seguir así- le dije sin quitar la vista de el -Ella no es lo que tu piensas- dije mientras sostenía el tuvo entre mis manos y me colocaba en una posición defensiva contra el.

-Yo se perfectamente a lo que me enfrentó. Solo ayudo a limpiar el océano- dijo con seguridad pero eso solo me hizo enojar.

-Ella no es un monstruo como tu dices- la defendí pero el no escucho.

-Eso dices ahora. Pero pronto va a cambiar- se apagaron las luces por completo y no veía nada. Me quede cerca del tanque esperando proteger a Marina.

Oía sus pasos y su respiración de un lado de la habitación y después de otro. Solo sostenía el tubo entre mis dos manos esperando su ataque. No tuve oportunidad contra un pañuelo con cloroformo desde la espalda. Movía mis brazos intentando librarme pero después de unos segundos, caí al suelo casi inconsciente. Paso un largo tiempo y una vez que logré recuperar el conocimiento, mi padre estaba trabajando detrás de unas bocinas grandes mientras Marina seguía en el tanque. Pronto me di cuenta de que estaba atado a una silla con cinturones de cuero bastante fuertes y no me podía librar aunque intentará luchar para salir.

-No tiene caso- dijo mi padre y luego me miro -Aunque logres romper una, no te dara tiempo de liberarte de las demás para cuando te vuelva a amarrar- dijo con toda tranquilidad.

-Es increíble que me hagas esto a tu hijo- fulmine la miraba.

-Es por tu bien. Te dije que volvería por ti... Aunque estoy sorprendido de que te hayas liberado de esas cuerdas.¿Como lo hiciste?-.

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