Capítulo 19: La Verdad Aparece.

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Marina.

Baje al océano de nuevo cuando mire a Edward irse a su hogar. Así que yo también fui al mio, pero antes de bajar por completo, note una luz en la cueva de Aqua. No sabía si entrar o no después de lo que había pasado, aún así, mi curiosidad me decía que al menos debía entrar y ver que ella estaba bien. Asique decidí entrar lentamente hasta llegar a la luz que iluminaba la caverna después del túnel y mire alrededor. Todo estaba justo como la última vez, a excepción de que Aqua estaba en la superficie con la parte frontal de su cuerpo fuera del agua. Miraba algo nerviosa de que estuviera haciendo una locura.

-¿Te vas a quedar ahí o vas a venir?- preguntó y su voz hizo eco en la cueva. Me dio escalofríos aún lejos de ella, pero me decidí a subir con lentitud hasta sacar mi cabeza del agua. La mire y ella simplemente estaba mirando hacia los cristales del techo como hipnotizada. Su aleta estaba completamente recta sobre la superficie del agua.

-¿Estas bien?- me atreví a preguntar después de mucho tiempo de silencio, aunque solo hayan sido unos segundos.

-Estoy bien. Sabía que vendrías esta noche después de estar con tu amado- sonrió y por fin me miro.

-Me preocupaste desde...-.

-Lo siento- dijo interrumpiendome -Es algo complicado-.

-Tengo mucho tiempo- sonreí y me senté en la orilla del agua. Ella se incorporó sobre el agua y suspiro profundamente.

-Majestad...-.

-Dime Marina- ahora la interrumpí yo -Nunca me ah gustado que me llamen por ser de la realeza- dije y ella sonrió.

-Esta bien... Marina- ella me miro -La luz de la luna llena contiene poder y energía pura. Por si sola, puede ser peligrosa para mi porque... Básicamente es demasiado para mi. Por eso las brujas vivimos en cuevas como la mía, los cristales son la mayor razón. Canalizan la energía de la luna y la almacenan para evitar que me hagan daño. Así la puedo usar en lo que necesito en el futuro- por instinto, mire los cristales sobre mi. Comparándolos con la síntoma vez, ahora estaban brillando mucho más. Ahí me entro una duda.

-¿Que no se supone que las brujas son quienes hacen su poder?- ella rio un poco.

-No querida. De ser asi, el poder sería demasiado tentador para todos los demás y nos usarían a nosotras las brujas para su beneficio. Por suerte, la energía no se almacena sola- dijo mientras sonreía amable hacia mi.

-¿A que te refieres? ¿Tienes que hacerlo tu?- estaba algo sorprendida.

-Así es. Yo determinó que tanta energía tener en mis cristales-.

-¿Por eso estabas rara esa noche?- miro hacia abajo avergonzada.

-Por eso me disculpo... La energía pura, es inestable al estar sin control. Por eso necesito concentrarme para evitar que... Se desequilibre y literalmente explote mi hogar. Mi concentración es tal que no tengo control de mi cuerpo... Por eso casi te ataque- se veía arrepentida realmente. Y eso me hizo sentir mal. Solo la abrace de lado para que no se si fuera tan mal. Le devolví la sonrisa.

-¿Y no hay algo que pueda hacer para ayudarte con esto?- pregunte interesada en ella.

-No hay nada que hacer. Es parte de lo que soy y no lo puedo cambiar- dijo sonriendo -Por cierto, gracias por el regalo- miro a su izquierda y ahí estaba. Eso me hizo sonreír.

-De nada. Me ayudaste y creí que deberías tener algo lindo por nuestro festival de luna llena- le sonreí entre al agua para abrazarla. Ella se quedo quieta un momento y correspondió al abrazo. Mire un poco y note una marca detrás de tu hombro -¿Que es eso?- toque la marca. Ella se separo un poco y miro.

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