Capítulo 10: Canto.

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Edward.

Después de ayudar a Francis tuve que salir de la cueva para volver a casa. Ya era de noche y no podía darme el lujo de perder el tiempo en llegar. No había nadie despierto ya que no había luces encendidas en las casas. Al llegar a la mia, entre sin hacer ruido. Cerré la puerta con sumo cuidado y al cerrarla, la luz de la sala se encendió.

-¿Donde estabas Edward Smith?- era la voz de mi madre. Me di la vuelta lentamente y ella estaba sentada en el sofá de la sala con los brazos cruzados -Contéstame- insistió con voz autoritaria. No se que tenia ese tono de voz, pero desde que eramos niños, mis hermanos y yo nos sentíamos vulnerables. Casi como si fuera una gran figura de autoridad máxima ante nosotros. Incluso a la fecha, debo admitir que me dan escalofríos al escucharla así.

-Yo... Estaba...- no sabía que responder. Debía ser cuidadoso con mis palabras. Pero entre más pensaba en una respuesta concisa, menos podía hablar.

-No quiero que me mientas- se puso de pie -Te escapas cuando anochece y conociéndote lo harías por dos razones. O planeas surfear con la luna llena o te estás encontrando con alguien a escondidas. Y ya que no hay luna llena está noche, quiero que me digas dónde y con quién estabas- se veía molesta y sería. No sabía que responderle.

-Si te lo digo, no debes enojarte porfavor- le pedí.

-Depende de tu respuesta- suspiré y casi me puse a rezar por dentro.

-Estaba en la cueva- respondí de golpe. Casi cerre los ojos al saber que reacción iba a tener.

-¡¿Que?!- en verdad se enojó -Edward, te advertí que no quería saber que fuiste a la cueva sin tus hermanos. ¿Y ahora me dices que fuiste solo y en la noche?-.

-No estaba solo-.

-¿Con quién estabas? Tus hermanos estan dormidos. Y no quisiera saber qué estabas con esa jovencita de Katherine- dijo más molesta. Ella jamás le agrado. Supongo que fue su instinto o algo así.

-No... Estaba con una nueva amiga- dije dudoso.

-Si es otra mentira voy a castigar tus tablas por un mes- me advirtió.

-No lo es. Es alguien que recién conocí-.

-¿Cuando?- pregunto.

-Después del concurso. Apenas la eh visto porque es muy tímida- hasta ahora no mentía.

-¿Y que tanto sabes de ella?-.

-Muy poco. Casi nada de hecho-.

-¿Y solo fuiste a verla en la cueva? ¿Como la conociste?-.

-Te lo digo en la mañana. Ya es tarde- intenté irme pero me tomo del hombro y me dio vuelta para estar frente a frente otra vez. En ese momento sentí como si una cubeta de agua fría hubiese caído sobre mi. Incluso sentí que no podía moverme.

-Si, en efecto ya es tarde. No es hora de encontrarse con alguien en un lugar peligroso y al que precisamente te había prohibido ir-

-Pero estoy bien. Te seguro que no pasó nada-.

-Eso espero. Y si es muy tímida asegúrate de ser un buen muchacho con ella o podrías ofenderla por error-.

-¿Entonces no estás enojada?-.

-Solo un poco molesta. Pero jamás estaría enojada contigo. Tú y tus hermanos son lo más importante de mi vida. Son todo lo que tengo- dijo colocando su mano en mi mejilla mientras me miraba a los ojos.

-Siempre fuiste comprensiva- dije sonriendo.

-Tuve que ser y hacer muchas cosas por ustedes. Pero todo lo vale- me abrazó y me dio un beso en la cabeza.

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