estaba a punto de seguir hablando hasta que me percaté de en dónde estaba la mirada de Lucy, por lo que solté un suspiro de frustración.
— ¿podrías poner atención, por favor? – ella rápidamente sacudió su cabeza, asintiendo unos segundos después.
— claro que sí, señorita. – habló, mientras llevaba una de sus manos a su frente, haciendo el típico saludo militar. – lo siento, me distraje. – habló, ahora llevando una de sus manos a su nuca y rascando ésta.
— por favor, necesito que pongas atención. – pedí nuevamente y ella asintió con la cabeza.
— es que eres muy linda. – dijo Lucy, provocando que yo alzara una de mis cejas con confusión.
— gracias, pero, ¿eso que tiene que ver con qué pongas atención? – cuestioné, mientras soltaba mi bolígrafo, dejando éste sobre mi cuaderno. Lucy rodó los ojos.
— ¿nunca te han coqueteado, lindura? – fruncí mi ceño con confusión, ¿qué se supone que estaba diciendo esta chica.
— no entiendo a lo que te refieres. – ella soltó un pequeño suspiro, antes de dirigir una de sus manos a mi cabello y pasar un mechón de éste por detrás de mi oreja.
— me distraigo porque eres muy linda. – sentí un pequeño ardor en mis mejillas. – y me interesa más mirarte que saber acerca de células y todo eso. – apoyó su codo en la mesa y su mejilla en su propia mano, dedicándome una amplia sonrisa.
— L-Lucy, por favor... — cerré mis ojos al notar que ella comenzaba a acariciar mi cabello. – tengo que estar en mi trabajo en poco tiempo, ¿podrías por favor prestar atención así terminamos con esto?
ella asintió con la cabeza.
— lo lamento Ava, no sabía que trabajabas. – dijo y yo asentí, quitándole importancia al asunto. después de todo, era algo normal para mí.
comencé a explicarle las cosas nuevamente, podía notar que su atención estaba centrada en mí y aquello me reconfortó. tal vez Lucy se distraía, pero era bastante buena aprendiendo rápido.
— definitivamente me divertiré demasiado teniéndote como tutora. – dijo y yo solté una pequeña risa, levantándome de la silla y comenzando a juntar mis cosas, colocando éstas dentro de mi mochila.
— mientras pongas atención, será un placer ser tu tutora, Lucy. – la volteé a ver, sonriéndole.
— ¿tienes quién te lleve a tu trabajo, lindura? – preguntó y yo me sonrojé levemente al oír aquel apodo.
— descuida, me las arreglaré. – le respondí, colgando mi mochila en uno de mis hombros y ella negó con la cabeza.
— serás mi tutora de hoy en adelante, debo agradecértelo de alguna manera.
— ¿cómo harás eso? – pregunté, algo confundida ante sus palabras.
— te llevaré al trabajo todos los días que tengas tu turno. – yo estaba a punto de hablar, pero ella me interrumpió. – no voy a aceptar un "no" cómo respuesta, porque tendrás que aguantar a Lucy Morgan de hoy en adelante.
suspiré, en el poco tiempo que había pasado con ella, había notado que Lucy era una persona demasiado insistente y terca.
y eso me gustaba.
ambas salimos de la biblioteca luego de que yo me despidiera de Grace, quién me invitó a hacer galletas con una sonrisa. era como mi abuelita.
salimos al estacionamiento de la escuela y yo alcé una de mis cejas.
— ¿tienes un auto? – pregunté y ella asintió con la cabeza.
— solía tener una motocicleta, pero decidí venderla. – se encogió de hombros, quitándole importancia al asunto. se dirigió a un auto negro, realmente reluciente. – mi bebé. – dio una palmada en la cajuela de éste antes de sonreírme. – vamos, lindura.
rápidamente me dirigí al lugar de co-piloto, esperando que ella abriera el coche antes de adentrarme, de inmediato colocándome el cinturón de seguridad.
— ¿tienes licencia? – pregunté, mientras veía como Lucy encendía el motor. me volteó a ver con una mueca de "¿en serio?" plantada en su rostro.
— el hecho de que use una campera de cuero y tenga una apariencia de chica mala, como el señor Henderson te dijo, no significa que sea una criminal. – habló, mientras comenzaba a salir del estacionamiento.
— sólo preguntaba. – respondí, mientras volvía mi mirada al frente.
— me ofrecí a llevarte y ni siquiera sé dónde trabajas. – escuché decir a Lucy cuándo se detuvo en la luz roja. solté una inevitable risa, antes de comenzar a darle indicaciones de dónde se encontraba la cafetería de la señora Hopper.
al llegar, me quité el cinturón de seguridad y me volteé hacia Lucy, notando que me estaba sonriendo.
— ¿qué sucede? – pregunté, mientras la miraba algo confundida, ella simplemente amplió su sonrisa.
— realmente eres una lindura. – volví a sentir mis mejillas arder, ¿por qué me sonrojaba? se suponía que debía ignorar sus coqueteos.
— g-gracias. – tartamudeé y ella asintió con la cabeza. – adiós.
— adiós, preciosa.
cerré la puerta del coche de Lucy, caminando con rapidez hacia la cafetería y notando la mirada extrañada de Alan desde lejos la caja.
— pareces un tomate. – dijo mi mejor amigo cuándo yo me coloqué detrás del mostrador, atando mi delantal luego de dejar mi mochila.
— cállate.
alzó sus manos en señal de inocencia, antes de que yo tomara mi libreta junto con mi bolígrafo, comenzando a tomar las órdenes.
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lindura.
RomanceAva nunca había dudado de su sexualidad en toda su corta vida, siempre encontraba que ambos sexos eran atractivos, pero aquel día que tuvo que ser la tutora de Lucy, todo eso se desvaneció y la única que ocupó su mente de ahí en más era ella.