— buenas tardes, Albert. – saludó Lucy, entrando por la puerta trasera de su casa.
— mi nombre es Rupert, señorita. – Lucy soltó unas nerviosas risas. – pero buenas tardes también.
— lo siento. – quién parecía ser un tipo de mayordomo, simplemente agachó la cabeza, como quitándole importancia. - ¿mi madre está utilizando el estudio de baile? – preguntó y el hombre negó con la cabeza.
— su madre está en el invernadero, ocupándose de la jardinería, como cada tarde. ¿le gustaría unírsele?
— no, gracias, ensuciarme los dedos con tierra no es lo mío. – Lucy simplemente pasó y comenzó a caminar, pasando por la cocina y saludando a la mujer que estaba preparando un postre.
— ¡Susan! – saludó. la anciana se acercó de manera amigable y le dio un fuerte abrazo.
— ¿quién es esta jovencita? – cuestionó al verme, yo alcé una de mis manos en forma de saludo.
— Susan, ella es Ava. Ava, ella es Susan. – yo sonreí y extendí mi mano.
— ¿es tu novia? – logré oír el susurro de la anciana, mientras estrechaba su mano.
— lo será. – respondió Lucy y la miré alzando las cejas, aunque un sonrojo se había hecho presente en mis mejillas.
Lucy soltó una pequeña risa antes de tomar mi mano y dirigirme hacia lo que parecía ser su sala, aunque era prácticamente todo el primer piso de mi casa. tiró de mí y subió con rapidez las escaleras. se detuvo frente a una de las últimas puertas del pasillo.
— aquí aprenderás a bailar, querida. – dijo y yo rodé los ojos antes de que abriera la puerta.
yo había tomado clases antes y este lugar se parecía mucho al estudio dónde yo asistí. tenía un gran espejo en una de las paredes y un equipo de música a un lado. Lucy me sonrió antes de tomarme de la mano y volver a sacarme de la habitación, ni siquiera sabía por qué.
— no podemos bailar con esta ropa. – dijo y señaló nuestra vestimenta.
— pero es vals...
— ¿te crees que sólo bailaremos eso, lindura? – soltó una risa y volvió a tirar de mí. se detuvo frente a una puerta. — este es mi cuarto. – abrió ésta.
el cuarto de Lucy, para mi sorpresa, estaba ordenado. era como un cuarto normal, con una cama matrimonial, dos mesitas de noche con una lámpara y algunos adornos. un escritorio, un pequeño sillón y una ventana. logré ver dos puertas y supuse que eran su armario y su baño.
Lucy se acercó a una de las puertas, abriendo ésta. efectivamente, era su armario. tomó una camiseta y luego unos shorts que parecían ser de jean. aunque mi vestimenta era igual a la ropa que ella estaba tendiéndome, la tomé.
— ¿puedo usar tu baño? – pregunté y ella se encogió de hombros.
— sería mejor para mí si te cambiaras aquí, pero si puedes. – habló, mientras se quitaba su propia blusa para colocarse una camiseta holgada.
a pesar de que lo intenté, no logré quitar mi mirada del cuerpo de Lucy.
corrí al baño antes de comenzar a tener pensamientos indebidos.
me cambié rápidamente de ropa y salí de éste, Lucy me tomó la mano y me dirigió de nuevo hacia el estudio.
— tenemos que actuar como si estuviéramos en la boda. – yo alcé mis cejas con incredulidad, pero ella parecía realmente en serio.
suspiré antes de sentarme en el pequeño banco que había colocado detrás de mí. Lucy se acercó lentamente, luego de haber colocado la música en el pequeño equipo a un costado.
— lindura, ¿me permites esta pieza? – preguntó luego de haber carraspeado. rodé los ojos con diversión antes de tomar la mano que ella estaba extendiéndome.
Lucy me dirigió al centro de la habitación. yo nunca había bailado vals antes, por lo que no tenía ni idea de que debía hacer.
— una mano aquí... — Lucy tomó una de mis manos, colocándola en mi hombro, mientras la de ella se colocaba en mi cintura. — y la otra así... — susurró, antes de tomar mi mano libre y ponerla delante de nosotras.
se suponía que debía comenzar a bailar, pero antes de eso, Lucy se detuvo y soltó unas pequeñas risitas.
— puedes estar más cerca, no morderé. – dijo y sentí como me daba un pequeño empujoncito en la cintura, provocando que me acercara a su cuerpo, mis pechos rozaban con los suyos. – a menos que me tientes.
— no empieces. – murmuré, sintiendo mis mejillas arder. ella sonrió y luego comenzó a marcar los pasos.
había pisado a Lucy unas pocas veces, ella simplemente soltaba un "ouch" y luego yo me disculpaba. pero en un momento mis pies se enredaron con los suyos y terminé por caer sobre ella.
nuestros rostros estaban a muy corta distancia y podía sentir su pecho pegado al mío, lo que incrementó más mi sonrojo. debido a la cercanía de ambas, podía sentir la respiración de Lucy mezclarse con la mía, eso me ponía aún más nerviosa, seguro ella logrará notarlo y será demasiado vergonzoso. mi mirada bajó a sus labios de manera inconsciente, estaban entre-abiertos y eran algo rojizos.
mordí mi labio inferior. quería besarla.
escuché unos golpes en la puerta del estudio y rápidamente me quité de arriba de Lucy. ella parecía igual de avergonzada. me dirigí hacia dónde habíamos dejado algunas botellas con agua mientras Lucy hablaba con el hombre de antes, ¿Robert?
— mi madre dijo que ya es tarde y debes irte a casa. – habló Lucy luego de unos minutos, yo suspiré antes de asentir con la cabeza. – sólo cámbiate y yo te llevo. – me sonrió, yo simplemente volví a mover mi cabeza.
ni siquiera lograba mirarla a los ojos.
corrí a la habitación de Lucy y luego a su baño, cambiando mi ropa con rapidez y volviendo a salir de éste. Lucy simplemente caminó hasta salir de su casa y volvimos a su auto, ni siquiera había bajado su propio vestido.
condujo rápidamente a mi casa y yo me despedí de ella.
— espera, ¿puedo usar tu baño? – alcé una de mis cejas, para luego asentir con la cabeza. Lucy apagó su coche mientras yo abría la puerta de la casa y luego iba a la cocina, tomando unas fresas.
vi de reojo como subía las escaleras, bajando éstas unos minutos después.
— ¡mañana vendré por ti a las siete! – habló ella y yo asentí, antes de cerrar la puerta.
luego recordé que no tenía vestido. puedo pedirle a Yvonne uno prestado.
me encogí de hombros debido a mi propio pensamiento y subí las escaleras hasta mi habitación. mi teléfono vibró en mi bolsillo trasero y lo saqué de allí.
"espero que te guste tu regalo".
de Lucy. alcé una de mis cejas sin lograr entender.
una vez entré a mi habitación, vi el vestido costoso y bonito que yo quería y habíamos visto en la tienda sobre mi cama. volví a leer el mensaje y suspiré con una sonrisa.
"no te hubieras molestado, Lucy".
"te dije que me gustaría verte en él y lo haré".
"muchas gracias".
"de nada, lindura".
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lindura.
RomanceAva nunca había dudado de su sexualidad en toda su corta vida, siempre encontraba que ambos sexos eran atractivos, pero aquel día que tuvo que ser la tutora de Lucy, todo eso se desvaneció y la única que ocupó su mente de ahí en más era ella.