- : veinticinco : -

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— así que tú eres la famosa Lucy Morgan. – habló papá, cruzando sus brazos y caminando alrededor de Lucy de manera lenta y tratando de ponerla nerviosa, pero ella parecía realmente calmada.

— así es, suegrito. – dijo y yo reprimí unas risas al cubrir mi boca con la palma de mi mano.

— ¿cómo te atreves a tratarme con tanta confianza, mocosa? – susurró papá, no le salía el papel de policía malo.

— es que usted me cae bien, suegrito. – dijo y luego le dio un pequeño golpe a papá con su codo. – además, su hija es linda.

— bien, me rindo. – habló papá y noté que mamá se acercaba hasta abrazarme por detrás, sin retener sus risas. – es que me cae demasiado bien, lo siento. – le dijo a Lucy y ella se señaló orgullosa.

— lo sé, le caigo bien a todos. – habló ella y yo negué con la cabeza, cómo sino tuviera remedio.

— bien, hablemos un rato. – dijo mamá y luego se sentó en el sofá, mientras yo observaba a Lucy. – cuéntenme su historia de amor. – un sonrojo cubrió mis mejillas, mientras oía cómo Lucy aclaraba su garganta, preparándose para decir todo.

— todo comenzó cuando mi tío, el señor Henderson. – habló Lucy. – creyó que yo era demasiado holgazana, entonces, para ayudarme a subir mis calificaciones, me asignó un tutor. que era esta lindura. – me señaló, rodeando mi cintura con uno de sus brazos a lo que yo reí. – entonces le coqueteé. – papá frunció el ceño. – pero Ava es algo lenta, entonces no lo captó.

— ¿estás llamando lenta a mi hija? – preguntó papá y Lucy asintió lentamente con la cabeza.

— con todo el amor del mundo, lindura, pero eres más lenta que una tortuga. – le di un pequeño golpe en el hombro que la hizo reír.

— continúa. – le pidió mamá y Lucy asintió, volviendo a aclarar su garganta, rodé los ojos.

— pasaron los días y Ava comenzó a tenerme cariño y estar celosa de Riley, una de mis amigas. – pasé saliva, sonrojándome. – entonces ella y yo nos besamos por un juego y la lindura se puso ebria y me confesó que ella estaba celosa.

— ¿¡te emborrachaste?! – gritó papá, observándome con los ojos muy abiertos. yo aparté el brazo de Lucy con mi mano de manera nerviosa y me levanté del sofá.

— le iré a dar un vistazo al estofado. – algunos tartamudeos escaparon de mis labios debido a los nervios que sentía en ese momento.

me dirigí a la cocina y suspiré de alivio, bebiendo un vaso de agua. sólo a Lucy se le ocurre confesarle a mis padres que me emborraché por su culpa. solté unas risas, rascando mi mejilla. mi novia era única.

— ¿qué pasó, lindura? – preguntó ella, entrando a la cocina y rodeando mi cintura con sus brazos. yo me encogí de hombros, quitándole importancia. — ¿te enfadaste porque les conté de lo linda que te ves estando ebria?

— cállate o tendrás abstinencia de besos por una semana. – susurré con una sonrisa burlona y forzada en mis labios. ella alzó una de sus manos, fingiendo inocencia. rodé los ojos con diversión.

— está bien... — susurró y yo reí, subiendo mis manos por sus brazos hasta rodear el cuello de Lucy con mis brazos. sin siquiera decir nada, uní mis labios con los de ella, notando que comenzaba a corresponder el beso al segundo, haciendo que nuestros cuerpos se pegasen al afirmar el agarre en mi cintura. ladeé mi cabeza hacia un lado para hacer más cómodo el beso, mientras sentía cómo ella lamía lentamente mi labio inferior.

escuché un carraspeo y separé mis labios de los de Lucy, provocando un pequeño sonido al hacerlo, dirigiendo mi vista hacia dónde había provenido aquel sonido y notando que se trataba de mamá.

— se ven muy lindas, pero aprendí que la cocina no es un buen lugar dónde besarse. – habló mi madre y yo me separé de Lucy, notando cómo ella deslizaba lentamente sus manos fuera de mi cintura.

— ¿qué sucedió?

— ¿su madre la atrapó con las manos en dónde no deberían estar? – preguntó Lucy sin ningún pudor por lo que yo le di un pequeño golpecito. ella se encogió de hombros.

— así es, pero tienes una abuela genial, Ava. – papá entró en la cocina y me sacudió el cabello. – simplemente dijo "saldré y cuándo vuelva espero encontrarlos en otra posición" o algo parecido. – dijo y luego abrazó por detrás a mamá, mientras ella revolvía el estofado.

— pude verlo en sus ojos. – dijo mamá y yo alcé una ceja. – tu abuela estaba a punto de echarlo a patadas sino se apartaba rápido.

reí. mis padres tenían una de las historias de amor más bonitas. o eso me contaron mamá y la tía Bonnie.


lindura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora