— soy lesbiana. – dije y luego sentí como si un peso se desvaneciera. alcé mi vista del suelo para observar a mis padres.
papá estaba sonriendo ampliamente. se volteó hacia mamá y extendió su mano, esperando algo. Elizabeth, mi madre, bufó, frunciendo su ceño antes de meter su mano en su bolsillo y colocar cien dólares en la palma de papá.
— lo sabía. – dijo mi padre y yo alcé una de mis cejas. – ahora dime que tu novia es Lucy. – habló papá y noté que mamá negaba con la cabeza.
— Lucy es mi novia, ¿por qué? – mi madre bufó y papá volvió a extender su mano.
— vamos cariño, he ganado la apuesta. – mamá volvió a quejarse y papá le robó un beso en los labios.
— disculpen que pregunte pero, ¿cómo lo notaron? – antes de que mamá pudiera hablar, mi padre la interrumpió.
— noté cómo se miraban. cómo tú mirabas a Lucy, cómo Lucy te miraba a ti. – miró a mamá y noté que sonreía. – la misma mirada que yo le di a tu madre cuándo éramos jóvenes.
— no trates de hacerme quitar el enfado con tus cursilerías, Max Johnson. – habló mamá, dándole un golpe en el brazo a mi padre antes de levantarse y soltar un suspiro.
papá gesticuló un "me ama" que provocó que me riera.
— ahora llama a Lucy, tengo que hacer el interrogatorio. – dijo papá y yo alcé una de mis cejas. — ¿creíste que por ser chica no sería interrogada? déjame decirte que te equivocas, Ava. sino me equivoco, ella vendrá por ti, deja que entre y hablare...
— tenemos que hacer un proyecto. – papá alzó una ceja. – debemos hacer un proyecto en su casa y... pues, es para mañana.
— ¿desde cuándo dejas para último momento las cosas? – Mia bajó las escaleras, mientras acomodaba el top que estaba utilizando. – Ava está rara, papá.
— ¿cómo qué rara? – preguntó papá y yo pasé saliva. – primero me mientes y ahora tu hermana me dice eso...
— ¿de qué hablas, Mia? – hablé entre dientes, mientras observaba a mi hermana. – yo no estoy para anda rara, tú te inventas cosas.
escuché un grito ahogado por parte de papá y lo observé. él se mantenía cubriendo su boca mientras observaba mi cuello.
carajo, me olvidé de las marcas.
— ¡y-yo, puedo explicarlo es...!
papá se cubrió la boca y noté que se acercaba hasta abrazarme.
— espero que tú le hayas hecho una igual. – dijo, refiriéndose a la marca en mi cuello. yo asentí con la cabeza.
— no se supone que deberías estar orgulloso de eso, Max. – habló mamá y yo alcé una ceja.
— y tampoco se supone que tú hables con tanta tranquilidad del tema. – mamá se encogió de hombros, sentándose en las piernas de papá.
— ya he pasado por eso, sólo que un hombre. – habló, dando una palmadita en el hombro de papá con una sonrisa.
ellos comenzaron a hablar de cuándo eran pareja en su juventud y agradecí el oír la bocina del coche de Lucy. me despedí con rapidez, tratando de que no notaran que me estaba escapando bajo la excusa de que haríamos un trabajo, cuándo no era así.
entré al coche y saludé a Lucy con un corto beso en los labios que le provocó una sonrisa, antes de que condujera hacia su casa.
— :: —
— vamos, Lucy... — protesté, mientras me sentaba en su regazo, apoyándome en su hombro.
— mamá va a matarme sino hago esto. – dijo y yo suspiré, cerrando mis ojos. - ¿desde cuándo mi tutora no quiere que haga lo que debo hacer? – preguntó y yo suspiré.
— mala. – me separé hasta mostrarle la lengua. ella soltó unas risas, dejando de escribir en el cuaderno que estaba en su escritorio y llevando una de sus manos a mi mejilla, para acercarme a su rostro y unir nuestros labios. sonreí en el beso, sin aflojar el agarre de mis brazos contra su cuello, acercándome lo más que podía a su cuerpo, mientras sentía cómo Lucy me tomaba de la cintura. me acomodé en su regazo, sintiendo como su lengua delineaba lentamente mi labio inferior, le di paso a ésta, antes de sentir como Lucy comenzaba una batalla entre las lenguas de ambas. sentí mis mejillas arder, abrí mis ojos para notar cómo ella movía de manera lenta su cabeza y la manera en la que sus pestañas acariciaban sus pómulos. además de hermosa, era sexy. jadeé contra sus labios.
me encantas, Lucy...
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lindura.
Roman d'amourAva nunca había dudado de su sexualidad en toda su corta vida, siempre encontraba que ambos sexos eran atractivos, pero aquel día que tuvo que ser la tutora de Lucy, todo eso se desvaneció y la única que ocupó su mente de ahí en más era ella.