- : veintidós : -

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— entonces... — iba a continuar hablando, pero sentí como Lucy me robaba un beso, por lo que suspiré. – el hecho de que seamos novias no significa que te librarás de las clases en la biblioteca.

— pero necesito un beso, lindura. – respondió ella y yo rodé los ojos. – Ava~...

— no. debemos estudiar. – sentí como ella tiraba de mí, aunque intenté detenerla, continuó con los tirones, hasta hacer que me sentara en su regazo.

— sólo uno. uno pequeñito. – reí y coloqué mis manos en sus mejillas, uniendo nuestros labios mientras sentía cómo rodeaba mi cintura con sus brazos. sonreí en el beso, mordiendo el labio inferior de Lucy y provocando que ella abriera sus ojos. — ¿y eso, lindura?

— déjame ser. – respondí y ella sonrió, antes de empujarme más contra su cuerpo y volver a unir nuestros labios.

nos separamos luego de unos segundos debido a un carraspeo, noté que se trataba de Mia, me sonrojé hasta las orejas al ver a mi hermana, soltando unas risas nerviosas. Lucy parecía realmente calmada, extendió una de sus manos y Mia la estrechó con una sonrisa, antes de volver su mirada hacia mí, su hermana y alzar una de sus cejas.

— ¿cómo es que yo no sabía que tenías novia? – preguntó, mientras nos miraba a ambas de arriba hacia abajo, notando la posición en la que estábamos y alzando sus cejas nuevamente debido a aquello.

— es que lindura quería mantenerlo en secreto. – habló Lucy y yo suspiré, antes de asentir lentamente con la cabeza.

— oh, entonces está bien. – el tono de mi hermana cambió de un segundo a otro, me mostró una sonrisa. – no durará mucho. – le dijo a Lucy y ella asintió con la cabeza.

— lo sé. – respondió mi novia. mi novia...

— ¡oye! – me quejé, provocando que ambas se rieran. mi hermana se despidió antes de que Lucy volviera a acercarme a su cuerpo.

— ¿podemos seguir? – cuestionó.

— ¿estudiando? por supuesto. – respondí y me aparté de su regazo, volviendo mi vista al libro. Lucy ponía atención, pero cuándo yo le preguntaba qué era lo que había entendido, simplemente se encogía de hombros.

— vamos, Lucy, así no se puede estudiar. – dije y ella soltó unas risas.

— tú tienes la culpa, lindura. – alcé una de mis cejas.

— ¿por qué, qué hice? – pregunté y mi novia suspiró.

— ¡es que eres demasiado linda y sólo quiero besuquearte todo el tiempo! – habló y yo me sonrojé hasta las orejas. pero eso no pareció importarle, porque tiró nuevamente de mí hasta unir nuestros labios. a pesar de que me había sorprendido un poco, mis manos se deslizaron por sus brazos hasta rodear el cuello de ella con mis brazos, notando que me tomaba de la cintura.

separé mis labios de los suyos al notar como las manos de Lucy bajaban hasta mi trasero, pero no me molestó, por lo que yo simplemente bajé mis besos hasta su barbilla y luego a su cuello, escuchando los pequeños gemidos y jadeos que escapaban de su boca por mi culpa. me encantaba oír esos sonidos. y más si yo era la que los provocaba.

  — no seas ruidosa, es una biblioteca...  — hablé y ella soltó una pequeña risa, antes de que yo sintiera como su respiración volvía a agitarse a causa de mis lentos besos y lamidas. continué con mi tarea, hasta dejar marcado su cuello, tal y cómo ella había hecho.

creo que la biblioteca se ha vuelto mi lugar favorito.


lindura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora