- : treinta y dos : -

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suspiré, presionando el botón que hacía que la pantalla de mi móvil se apagara al notar que no tenía mensajes nuevos de Lucy. que no me había contestado los casi cien mensajes que le dejé, intentando obtener una explicación acerca de la tal Megan, a quién dejé sin extensiones.

apoyé mi cabeza en la almohada, con la vista fija en el techo de la habitación. tal vez tendría que haber hablado con Lucy antes de comenzar a golpear a Megan. sacudí la cabeza, ella estaba con mi novia.

aunque Lucy no había hecho nada para detenerla.

bufé, apoyando mi rostro en la almohada y ahogando un grito de frustración. lo peor de todo, es que no conocía a nadie que pudiera decirme cómo se encontraba Lucy, al menos. porque sí, tal vez estaba enfadada con ella pero continuaba preocupándome por mi novia.

esperen... ¡Riley!

rápidamente tomé mi teléfono, buscando su número entre mis contactos, no dudé en marcarla apenas encontré su contacto.

— ¡Riley! – grité apenas tomó el teléfono, soltando un suspiro de alivio luego de pronunciar su nombre. – gracias a Dios contestaste, yo...

— ¿Ava? – pude notar la extrañeza en su voz, era algo obvio. después de todo, nunca antes la había llamado a pesar de tener su número de teléfono. - ¿qué sucede?

— ¿podemos hablar de Lucy?– susurré y ella soltó un pequeño "mmh".

— ¿es algo serio, verdad? – asentí, olvidando por unos segundos que ella no estaba viéndome. al notar que no respondí, suspiró, — puedes venir a mi departamento si quieres, mamá no está y podremos hablar de Lucy. – asentí con la cabeza, tomando un papelito y anotando la dirección que ella me dio, antes de despedirme y colgar la llamada.

me coloqué mi chaqueta, tomando mi teléfono, el papelito, las llaves y un poco de dinero para el taxi que tomaría para llegar a la dirección que la pelirroja acababa de darme.

apenas vi un taxi, lo detuve. el hombre que conducía éste no tardó mucho tiempo en conducirme hacia la dirección que le dije, me sorprendió un poco ver que era un vecindario realmente lujoso, al igual que el departamento que Riley me había nombrado.

toqué la puerta, esperando que ésta fuera abierta. Riley abrió unos segundos después, yo saludé con mi mano y ella me devolvió el saludo, aunque noté que estaba algo extrañada.

— bien, antes que nada... – habló ella, justamente luego de que ambas nos sentáramos en el sofá, el departamento de ella era muy bonito en el interior. – no sé qué es lo que sucedió en la fiesta, ¿podrías hacerme el favor de contarme lo que ocurrió?

asentí con la cabeza, aclarando mi garganta antes de comenzar a contarle todo lo que sucedió, incluyendo la parte de la pelea. noté que apenas mencioné el hecho de que le arranqué una extensión, ella llevó sus dedos al puente de su nariz.

sos una boluda. – dijo y yo alcé una de mis cejas, no había entendido nada de lo que acababa de decir. ella suspiró antes de alzar la vista. – tal vez suene raro, pero, ¿puedo darte una bofetada?

respiré profundamente, antes de asentir con la cabeza, cerrando mis ojos con fuerza. sabía que me lo merecía, aquello de haber peleado con Megan era algo bastante idiota desde mi punto de vista. unos pocos segundos después, noté un ardor en mi mejilla a lo que me quejé, llevando mi mano a mi mejilla.

— ahora me siento mejor. – dijo ella y yo suspiré, sobando mi mejilla por unos segundos más antes de observarla finalmente. – bien, te explicaré la relación que Lucy y Megan han tenido.

al oír los nombres de ambas, de inmediato coloqué mis manos sobre mis piernas y le presté total atención a Riley.

— Lucy y Megan estuvieron saliendo durante un año y medio, desde mi punto de vista, se veían lindas juntas. – una pequeña sonrisa surcó de sus labios. – y podía notar que Lucy estaba enamorada de ella, se veía feliz. realmente feliz. – mordí mi labio inferior. – aunque, el año pasado Megan debió irse a Australia junto a sus padres debido a extraños asuntos familiares de los que ni siquiera Lucy estaba enterada. Megan le había prometido que continuarían hablando, manteniendo una relación a distancia, después de todo, Megan le había prometido que volvería, pero Lucy se encontraba realmente mal cuándo ella se fue. – suspiró. – luego de unos meses, ambas dejaron de hablarse por las distintas redes sociales, pero su relación nunca finalizó. – terminó. – digamos que, técnicamente, Lucy está engañando a Megan contigo sin siquiera saberlo.

— eso es un poco complicado... — murmuré, podía entenderlo. aunque no había tenido una relación a distancia que no fueran mis familiares o mis amigos de la infancia, con los que rara vez hablo.

— y si quieres saber cómo está ella, se encuentra bien. – me miró y dedicó una pequeña sonrisa. – aunque creo que deberías darle un poco de tiempo para hablarte, debe sentirse culpable. – asentí con la cabeza, mientras palpaba mi teléfono encima de la superficie del sofá, tomando éste y guardándolo en el bolsillo de la chaqueta.

— creo que debería irme, aunque gracias por haberme contado toda la historia. – dije y Riley asintió, levantándose de igual manera del sofá de la sala y dirigiéndose hacia la puerta junto a mí.

me despedí, tomando el pomo de la puerta entre mis manos y abriendo ésta, dispuesta a salir. noté que la chica albina que vi en la cafetería, Puppet, la novia de Riley, se encontraba a punto de tocar la puerta. una pequeña sonrisa tiró de sus labios y alzó la mano en forma de saludo, le devolví el gesto, antes de ver cómo pasaba por mi lado, no tardando mucho tiempo en acercarse a Riley y besarla de manera ruidosa en los labios. reí, antes de cerrar la puerta detrás de mí.

no quería presionar a Lucy, pero necesitaba hablar con ella.

créditos a Nuil <3

lindura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora