- : dieciocho : -

6K 483 50
                                    



— no estuvo tan mal, ¿verdad? – dije, mientras observaba a Lucy. yo tenía en brazos a Milo, ya que Bonnie y Toby se quedarían con nosotros debido al cumpleaños de mi madre. Milo se removió, pero continuó durmiendo tranquilamente. Bonnie soltó unas risas.

— yo tenía el mismo pensamiento de los niños. – dijo y luego miró a su hijo, en mis brazos. – pero Milo nació y todo cambió. – sonrió levemente, podía notarse en sus ojos que realmente amaba al pequeño rubio de ojos azules. – es lindo tener un bebé.

— ¿y limpiar popó? – añadió Lucy, deteniendo el auto frente a mi casa. – no, gracias. – se volteó hacia Bonnie y soltó una pequeña risa. mi tía negó lentamente con la cabeza, antes de dejar un sonoro beso en la mejilla de Toby, despertándolo y bajando del coche.

luego de que Bonnie tomara a Milo, estaba dispuesta a bajar, pero Lucy sostuvo mi mano.

— tú no te vas, lindura. me debes un helado. – rodé los ojos, asintiendo con la cabeza. mi tía se despidió con la mano, mientras Milo comenzaba a despertarse.

Lucy volvió a encender el auto, dirigiéndonos a una de las heladerías de allí cerca, puesto que yo había golpeado su helado de chocolate sin querer.

bajé del vehículo y caminé junto a ella hacia la heladería, pidiendo un helado de chocolate y otro de fresa para mí, nos dirigimos al parque de en frente y nos sentamos en una de las bancas. Lucy soltó un "uff, libre de parásitos" al notar que no habían niños en el parque.

— gracias, lindura. – dijo Lucy y yo solté una pequeña risa, mientras lamía lentamente mi helado, disfrutando del sabor de éste.

— ¿quieres? – pregunté, extendiendo mi helado. Lucy negó con la cabeza, antes de acercarse y lamer con cuidado la comisura de mis labios, provocando que mis mejillas se tiñeran de un fuerte carmín debido a su acción.

— no me resistí, lo lamento. – se disculpó entre pequeñas risas, antes de que yo sintiera como el helado comenzaba a derretirse entre mis dedos, mordí mi labio inferior. - ¿qué sucede, Ava?

— yo... — a pesar de que intentaba formular alguna palabra, parecía que en lo único que podía concentrarme eran los labios de Lucy. mordí mi labio inferior.

— ¿Ava? – volvió a decir Lucy, alcé mi mirada hacia sus lindos ojos, ella estaba algo sonrojada, probablemente notó dónde estaba mi mirada.

sentí mis mejillas levemente sonrojadas, pero estaba segura de lo que haría. llevé una de mis manos a su rostro, pasando mis dedos por su mejilla hasta llegar finalmente a sus labios, delineando éstos con mi dedo índice, se sentían realmente suaves al tacto. ¿cómo sería besarla?

— Ava...

— shh. – la callé, continuando con mi labor.

lancé el helado a algún lugar del parque, usando mi otra mano para sostenerme y así lograr inclinarme, mientras mis dedos bajaban por su cuello, el cuál se veía aún más suave que sus labios. se veía y se sentía más suave que sus labios.

me acerqué lentamente a su cuello, terminando por apoyar mi cabeza en su hombro, dejando que mi respiración chocara con su cuello y notando que estaba mordiendo su labio inferior, comencé a rozar mis labios con el cuello de Lucy, sintiendo que ella llevaba sus manos a mi cintura y me acercaba a su cuerpo, hasta sentarme en su regazo. dejé un pequeño beso en su cuello, escuchando como Lucy intentaba retener un jadeo, alcé la vista para notar que ella observaba al frente, con las mejillas sonrojadas y la respiración algo agitada. podía sentirlo. podía sentir sus latidos acelerados contra mi pecho, iguales a los míos. ¿estará nerviosa por mí?

acerqué nuevamente mis labios a su cuello, comenzando a dejar un rastro de besos por éste, entre-abriendo mis labios y volviendo a besar aquella zona, dejando que mi lengua también probara su piel. aquella zona en el cuerpo de Lucy era la mejor, podías sentir su fragancia natural a pesar del perfume que llevaba, y su piel era realmente suave y sensible.

continué con las pequeñas lamidas, ahora añadiendo succiones, notando que pequeños gemidos escapaban de los labios de Lucy, los cuáles provocaban que yo quisiera continuar con mi labor, quería oírla. quería oírla decir mi nombre mientras gemía. mis mejillas se tiñeron de rojo debido a mis propios pensamientos.

al notar una perfecta mancha roja adornar su cuello, terminé por separarme, limpiando el rastro de saliva de mi labio inferior con el dorso de mi mano, aún sobre el regazo de Lucy, ella me observaba con un notorio sonrojo en sus mejillas.


lindura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora