CONTINUACIÓN DE OBLIVIATE
La guerra continua y los sentimientos confusos de Hermione igual, se siente confundida, y risueña, quizá no sabe quien es, pero sabe que alguien la protege. El hombre de la nutria plateada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-. Eres asombrosa, de verdad que si -. Dijo Ron.
-. Gracias -. Dijo Hermione, con una pequeña sonrisa, sintiéndose incomoda y ofendida en el fondo, como si no fuera indicado que él le dijera eso, cuando esperaba escuchárselo a alguien más. -. ¡Por favor, Harry, ponte esa capa! -.
-. Los demás... toda la gente de la boda... -.
-. No podemos preocuparnos por eso ahora -. Cuchicheó Hermione. -. Van tras de ti, Harry, y si volvemos lo único que conseguiremos será ponerlos a todos aún en más peligro. Vamos, creo que deberíamos mantenernos en movimiento -. Dijo Hermione.
-. ¿Sólo por curiosidad, por qué Tottenham Court Road? -. Preguntó Ron a Hermione.
-. No tengo ni idea, fue lo primero que me vino a mi cabeza, pero estoy segura de que estaremos más seguros en el mundo Muggle, donde no esperarán que estemos -.
-. Es cierto -. Dijo Ron. -. Pero ¿Tú no te sientes un poco... expuesta? -.
-. ¿Dónde más podríamos ir? -. Preguntó Hermione, encogiéndose de hombros, cuando los hombres la miraban, se sentía protegida extrañamente. -. Difícilmente podemos reservar habitaciones en el Caldero Chorreante, ¿No? Y Grimmauld Place está descartado, ya que Snape puede ir allí... Supongo que podríamos probar en casa de mis padres, pero creo que hay una posibilidad de que lo comprueben... Oh, ¡Por qué no se callarán! -.
-. Ven querida, abandónalos, y acompáñanos -.
-. Vamos a sentarnos en algún sitio -. Dijo Hermione apresuradamente cuando Ron abrió la boca para responder gritando al otro lado de la calle. -. Miren, ¡Esto servirá, entren aquí! -. Hermione giro la mirada para ver a los hombres que la agredían y vio a un hombre alto vestido de negro, que se abalanzaba a ellos, siendo familiar para Hermione, decidió dejarlo pasar y entró.
Era un café nocturno pequeño y gastado.
Hermione entró a un reservado, y Ron se sentó junto a ella, frente a Harry, que quedó de espaldas a la entrada, lo que no pareció gustarle; echaba vistazos por encima del hombro tan frecuentemente parecía tener un tic.
-. Saben, no estamos lejos del Caldero Chorreante, está en Charing Cross -.
-. ¡Ron, no podemos! -. Dijo Hermione inmediatamente.
La camarera, que masticaba chicle, les atendió, y Hermione pidió dos capuchinos: como Harry era invisible, podría haber parecido raro pedirle uno.
Hermione redujo su voz a un susurro.
-. Yo digo que encontremos un lugar tranquilo para desaparecernos y dirigirnos hacia el campo. En cuanto estemos allí, podremos enviar un mensaje a la Orden -.
