Capítulo XXI: Taehyung

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Seungkwan ya no sabe qué inventar para que vuelva a sonreír. Es tanto el tiempo que estoy en remojo en la bañera, que pronto me saldrán aletas.

De niño era capaz de quedarme horas dentro, con el champú en la cabeza, fantaseando sobre infinidad de cosas. A menudo imaginaba ser Ariel que salvaba a Jungkook de un tremendo naufragio. La fantasía nunca me ha faltado. Sin embargo ahora mi mente está completamente vacía y todas las palabras, las de Seungkwan incluidas, las más divertidas, crean un molesto eco. Sólo quiero que me dejen en paz.

Jungkook se ha atrevido a enviarme otra solicitud de amistad en Facebook. Y como lo he ignorado, me ha escrito un mensaje: «Llegados a este punto, sólo me queda desearte toda la felicidad del mundo, ¿no?».

Malvado. Malvado, malvado, malvado.

Ni sé cómo interpretar su locura. ¡Y decir que parecía tan dulce y equilibrado! De la peor especie.

Hace casi una semana que finjo estar enfermo. Y he pasado tanto tiempo metido en la bañera con agua tibia que al final he cogido un resfriado. Al menos ahora por teléfono mi voz sí parece de enfermo.

Sé que no podré seguir así mucho tiempo: la tienda me espera. Volver a organizar la librería y prepararnos para la inauguración no es algo que se haga todos los días. Tengo miedo de haber subestimado esta aventura, ¿y si nuestros encuentros de lectura resultan un desastre total? Me siento preso del pesimismo cósmico heredado de la abuela. Y como si no bastara, esta noche Seungkwan ha sido invitado a una fiesta de disfraces que tiene como tema la famosa serie televisiva Sex and the City Party, y ya me ha advertido que no aceptará un no por respuesta.

Tiene planeado vestirse como el personaje de Samantha y se ha comprado una peluca rubia. Está muy claro que le gusta sacar el putón que vive dentro de él, porque también en carnaval aprovecha para disfrazarse de zorra.

—Yo no voy —intento decirle—, a no ser que vayan también Hyerin y Hani.

—Oye, tu hermana ya se encuentra dominada por el pánico, porque falta poco más de un mes para el examen, y Hani esta noche va a la fiesta de cumpleaños de ese Yugyeom con el que folla como una posesa. ¿Qué le voy a hacer? Tienes que venir con mis amigos y no hacerte de rogar. ¡Verás qué bien te lo pasas!

—¡Si no sé ni cómo vestirme!

—Mi amor, ¡pero si tú eres Charlotte! ¡Ponte uno de esos conjuntos de primera comunión y ya estás listo!

No sé si tomármelo como un cumplido o aprovechar la ocasión para mostrarme ofendido y decirle que no tengo intención de acompañarlo. Por desgracia tengo la curiosa sensación de que, diga lo que diga, no serviría de nada, porque de la fiesta de Sexo en Nueva York de esta noche no me libra nadie.

Me rizo el pelo y me visto con lo más raro que encuentro en el armario, con combinaciones inusuales y atrevidas, porque yo no soy Charlotte, jamás en mi vida me he sentido así.

—¡Pero Charlotte jamás se vestiría así! —me reprocha Seungkwan tan pronto como me ve salir de la habitación.

—De hecho soy Carrie —le hago notar molesta, y él por suerte evita hacer cualquier comentario; se limita a levantar las cejas, como diciendo: «Haz lo que quieras».

En el coche somos cuatro Samanthas y una Carrie. Es decir, cuatro gays desatados y uno, que claramente habría preferido quedarse en remojo en su bañera.

Pero la fiesta no está nada mal. Para empezar la han organizado en un estupendo lugar, la vista aquí, impresiona. Además, en contra de lo que esperaba, hay gente "guau", bien vestida; claro, cuesta distinguir a los hombres de las mujeres, pero aunque no estuvieran disfrazados el problema seguiría siendo el mismo. Bien pensado, en eso consiste la diversión, ¿no es así? ¡Quién lo diría, las fiestas de Seungkwan!

FaceLove -《KookV》♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora