Capítulo VII: Taehyung

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He pasado la noche tratando de calmar a Seungkwan y limpiando mi cocina azul de sus desastres. Había restos de la masa de su pastel salado por doquier, hasta por encima de la nevera y debajo del microondas. No tengo ni idea de cómo han podido llegar hasta allí.

Mientras pasaba la esponja más o menos por todas partes, Seungkwan estaba demasiado ocupado gestionando una crisis histérica como para ayudarme. Por lo visto se presentó en casa de Vernon con el pastel salado, preparado con sus inútiles manitas, tocó el timbre y, cuando Vernon contestó, Seungkwan tuvo la brillante idea de poner en el móvil la melodía de Bubble Pop, de Hyuna, para que la escuchara por el telefonillo.

—Pero ¿no era tu obsesión por ella la causante de la discordia? —le pregunté.

—Sí —me ha contestado—, pero ¿qué tiene que ver? Quería que supiera que era yo. Y, si me quiere, ¡me tiene que aceptar con todas mis obsesiones y mis defectos!

—¿Y él?

—¡Me ha rechazado!

Y se sorprende, el muy idiota

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Y se sorprende, el muy idiota. Por favor, una petición de perdón un poco más romántica, como, por ejemplo, un Richard Gere que saca un ramo de flores de una limusina, ¿no te parece?

—¡Tú ves demasiadas películas, mi amor! ¡La realidad no funciona así! —seguía repitiendo Seungkwan, mientras lloraba, sosteniendo al pobre Shoper debajo del brazo, tanto que, meneado de derecha a izquierda en medio de tantos sollozos, ha acabado por vomitar una papilla de croquetas en el fregadero de mi cocina azul. No sabría decir si daba más asco el hedor del vómito de Shoper o el de la mohosa masa del pastel salado que trataba de desincrustar de las baldosas.

En resumidas cuentas: Seungkwan se ha dormido a las cinco de la mañana después de haber chateado con medio mundo por Internet y de haberse acabado una botella entera de vodka; Shoper ha sido recostado casi moribundo en la cuna de Soonshim, y Soonshim y yo nos hemos dejado el espacio suficiente para enfrentarnos a otra noche en la misma cama.

Esta mañana me he despertado con el último álbum de Jay Park, mientras que él, en la cocina hacia una tortilla que ha acabado en el suelo. Me ha dado los buenos días con un zumo fresco de naranja y ya había actualizado su estado en Facebook al menos diez veces: todos los mensajes, encriptados para Vernon. ¿Un ejemplo? «Seungkwan se interroga sobre el porqué del fin de una historia y se pregunta si alguna vez podrá superar el shock mientras limpia la cocina de los restos de un pastel salado que fue preparado con tanto amor». Y suerte que estaban encriptados. Por no hablar de la sinceridad de los mensajes.
La atmósfera que me espera en la tienda es todavía menos alentadora que el panorama que he dejado en casa.

Mi madre y mi tía tienen un aspecto aún más triste, miran a su alrededor perdidas, les hablan a los clientes con una entonación melancólica. Han decidido que informarán a los chicos del cierre de la tienda antes del examen para que se enfrenten mejor a la difícil temporada que les espera.

FaceLove -《KookV》♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora