Capítulo XXV: Taehyung

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Mi abuela tiene razón: las relaciones son esas preocupaciones que nos mantienen vivos. No puedes prescindir de los lugares ni de las personas que has querido.

Hay personas que están atadas por una cuerda elástica y no lo saben. En cierto momento se va cada una por su camino, cada una por su cuenta, y la cuerda elástica les deja hacer, les sigue la corriente. Hasta que acaban olvidándose de ella. Pero luego llega el último momento, cuando la cuerda elástica está a punto de romperse, tanto que tienen que reaccionar; no se rompe, sino que más bien de un golpe seco muy violento consigue que vuelvan a encontrarse cara a cara.

Mi encuentro cara a cara con Jeon Jungkook ha sido un inolvidable fin de semana en París.

Después de besarnos durante no sé cuántos minutos delante del Hotel de Ville, nos hemos acercado al chófer, que nos esperaba parado al otro lado de la calle. Nos ha llevado a dar una vuelta por la ciudad, con el atardecer tiñendo el cielo de rosa y la ciudad de azul. Me sentía en una de esas películas románticas ambientadas en París.

Para nuestra estancia, Jungkook ha elegido un hotel que jamás olvidaré, y no sólo porque se halla en un pequeño edificio del siglo XVIII, con un portero llamado Laurent que parecía salido directamente de una comedia romántica, sino también porque en el cuarto de baño de mi habitación he encontrado una bañera con pies. Jungkook ha sonreído mientras me decía: «Es la única que he podido encontrar entre todos los hoteles de la ciudad; espero que te guste».

¿Que si me gustaba? He pensado que no era cuestión de volver a emocionarme, si no habría creído que soy una estúpido, así que me he controlado y he seguido mirando a mi alrededor.

Cuando he entrado a su habitación, me he emocionado, me parecía extravagante, pero increíblemente encantadora, "charmante", si utilizo una de las pocas palabras francesas que Jungkook ha podido enseñarme. El baño de su habitación no tenía bañera con pies y los muebles eran distintos que los míos, pero igual de acogedores. De todas formas, el hecho de que haya decidido reservar dos habitaciones me ha tranquilizado. Sabía que acabaríamos durmiendo juntos, y eso me alteraba un montón, pero al menos tenía mi habitación y en cualquier momento podía decidir atrincherarme allí.

Lo primero, me he concedido un baño de al menos una hora. En la confusión antes de partir, no me había depilado y tenía unas cuantas cosas que arreglar. Quería que todo estuviera perfecto, que fuera irreprochable, pero no podía evitar mirarme en el espejo y pensar que no estaba a la altura: «¿Qué hace alguien como yo en esta maravilla?».

Aunque después, en el ascensor, en medio de la explosión de fantasías y damas del siglo XVII en las paredes, he encontrado sus ojos y se me ha pasado todo.

Me ha llevado a cenar al museo de Baccarat, en una suntuosísima sala cubierta de frescos, con cristales por doquier y camareros almidonados que nos servían los platos con cuentagotas. No hemos parado de reír, yo por la excitación, él puede ser que por la felicidad de verme tan excitado. Los habituales del restaurante al parecer no apreciaban demasiado nuestro entusiasmo y de vez en cuando hemos tratado de contenernos, pero inútilmente.

Una vez terminada la cena, hemos corrido a refugiarnos en el coche, y allí más besos, besos sin parar, y risas incontenibles que sabían a trufas de chocolate con efecto afrodisiaco.

De vuelta al hotel, nos hemos rendido ante la evidencia de que la nouvelle cuisine no es para nosotros y le hemos pedido a Laurent que nos subieran a la habitación de Jungkook dos hamburguesas con queso y una botella de champán. Hojeando el menú del servicio de habitaciones, he pensado en Seungkwan y en lo mucho que me envidiaría si me viera en ese momento.

Entre una patata con ketchup y un trago, nos hemos mirado, sabiendo que dentro de poco nos convertiríamos en una sola cosa. Me ha acariciado la cara no sé durante cuánto tiempo, por fin podía hacerlo y no vernos solamente a través de una pantalla. Después de la cara ha pasado a mi cuello, los brazos, la barriga. Esperaba que no se fijara en mis defectos, que no se diera cuenta de todas mis imperfecciones.

FaceLove -《KookV》♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora