Capítulo XII: Jungkook

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Hace más de una semana que Taehyung y yo chateamos cada día. Hasta hemos intentado encontrarnos en el cine, como había propuesto él, pero el destino no nos ha favorecido. Por primera vez en mi vida me he encontrado solo en una sala de proyección viendo una comedia romántica. Este chico está batiendo conmigo un montón de récords.

Lo he visto en vídeo, más de una vez. Hasta nos hemos invitado a nuestros respectivos pisos, siempre a través del ordenador. Primero en Facebook y ahora a través de Skype. 

En estos días, Jimin me ha llamado a menudo desde que viajo. Ya le he dicho que tengo que hablar con él. Por teléfono es dulce, dócil, creo que tiene una idea aproximada de lo que estoy a punto de decirle. Volverá la próxima semana, pero repite que, de haber sido por él, nunca se habría ido, dice que no había peor momento para estar lejos el uno del otro. Y estoy de acuerdo con él.

De tanto seguir yo en Internet, Taehyung ha batido un nuevo récord: es la primera persona en la que pienso cada mañana al abrir los ojos. Su vitalidad me contagia. Me gusta su mirada sobre el mundo, esos desvaríos de su cabecita que te arrastran lejos; pero, sobre todo, me gusta la sinceridad de su mirada. Tengo que admitir que el niño del colegio se ha convertido en un chico fantástico.

Estoy a punto de salir de viaje. Tengo que ir a Ilsan a visitar las obras de la empresa, el hotel de lujo que estamos construyendo. Escribo a Taehyung para decirle que me hubiera gustado llevármelo conmigo. Y por primera vez duda, me confiesa que no sabe durante cuánto tiempo podrá seguir resistiendo la tentación de concederme una cita en condiciones.

Mientras tanto quiere que le describa las maravillas de Ilsan y la historia de nuestro proyecto.

«¿Nunca has estado en Busan?». 

«Sólo una vez», me dice, con el chico del que estuvo enamorado durante nueve años. Me habla de él: tiene un nombre y un apellido, pero él lo llama sencillamente «el sinvergüenza», porque lo dejó por otro sin demasiadas excusas, sólo un «lo siento» mascullado cuando estaba borracho.

El otro en cambio recibe el nombre de «el despeinado ese», y según lo que cuenta está volviendo infelices a todos los perros del barrio, porque no hace otra cosa que comprar cachorros en la tienda del sinvergüenza para tratarlos luego como muñecos de peluche.

Parece que no se ha recuperado del todo de esta historia, y que la presencia de la tienda de animales del sinvergüenza justo delante de su librería-papelería todavía lo hace sufrir un montón.

«Sufro por los cachorros —dice él—; por él ya no demasiado».

Es ese «ya no demasiado» lo que me hiere. Aunque ¿puedo tener celos a causa de alguien con quien sólo intercambio mensajes desde hace unos diez días? Si no fuera el niño del colegio, sería imposible.

Le explico el proyecto: se trata de una estupenda villa en Ilsan que se encuentra en una de las haciendas vinícolas del grupo. Se me ha ocurrido transformarla en una sucursal, en el que se venderán los vinos de la empresa. El paisaje a su alrededor es precioso, y naturalmente está rodeada de viñedos.

«Me habría gustado verla. ¿Cómo de avanzadas están las obras?».

Eso es lo que duele. Por desgracia vamos atrasados y estamos gastando mucho más de lo previsto. Mi madre está demasiado ocupada yendo de compras y mi padre se dedica a desaparecer. ¡Si al menos pudiera contar con la familia, a lo mejor el peso que llevo en los hombros resultaría más ligero!

Es la primera vez que hablo de este asunto con alguien.

«A veces es mejor que la familia no esté al tanto de nuestras preocupaciones —me dice—. Hay expectativas que oprimen más que la indiferencia».

Me cuenta que él no está viviendo un buen momento, la librería-papelería está a punto de cerrar y el dolor que lee en la mirada de su familia es más inaguantable que cualquier deuda.

Hasta hace poco tiempo consideraba la tienda una prisión, hasta había llegado a odiarla. Tenía la sensación de que los clientes le robaban su tiempo, y para más desgracia cada vez que levantaba la mirada más allá del escaparate no podía hacer otra cosa que reflexionar sobre la ruptura de un amor.

Hoy lo que más le preocupa es haber entendido demasiado tarde que esa tienda era su futuro, y que en todo ese papel apilado que él creía odiar estaban en realidad escritas todas sus esperanzas.

Mi mariposa parece haber perdido su atractiva ligereza, pero pensamientos tan profundos lo hacen especial. Me confiesa que todavía no se da por vencido, está pensando en ir más allá para intentar salvar la tienda y es como si la vida le hubiera ofrecido la posibilidad de redimirse.

También su optimismo es contagioso, y mientras entro en la autopista pienso que, de alguna manera, debo tratar, como él, de mirar más allá. Al otro lado de la ventanilla se suceden las imágenes de un paisaje rural próspero y variado: ovejas pastando, algún cartel publicitario, edificios comerciales y un par de granjas arropadas por verde hierba. Mañana me espera un día difícil en la obra, lleno de discusiones y peleas, pero hay un objetivo al final del túnel: la previsión de la idea original. Y no debo olvidarla, es la única manera que tengo de salir de ésta intacto. 



*****

Bueno....sorry por la demora pero la culpa no fue mía, bueno en parte si, pero no toda :'v
Travesura de mi hermano + yo= adiós internet :'c

Pero como ya levantaron el castigo, yo hice mi comeback (?)
:v

Se que este capítulo es súper corto pero importante, pues como se habrán dado cuenta que nuestros protagonistas se han hecho más cercanos ❤ *u*

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Se que este capítulo es súper corto pero importante, pues como se habrán dado cuenta que nuestros protagonistas se han hecho más cercanos ❤ *u*

Se que la trama de la historia avanza a paso tortuga :'v pero como dice mi abuelita "lento pero seguro" ;v

Igual no desesperen (para los 4 gatos q leen) :'v el encuentro físicamente esta cada vez mas cerca :3 ❤👌

Ahora si bais
*C va editar el prox cap*

FaceLove -《KookV》♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora