Capítulo 4

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Caín Ruiz

La verdad no puedo creer que vuelvo a ver a Sam después de años. Es una locura, y estoy encantado de que eso haya sucedido.

A Sam la conocí en el colegio, ella tenía 7 años, y yo que le llevo dos años, en ese entonces tenía, 9 años.
Ella se encontraba sentada, en unos largos bancos, sola, mirando hacia el suelo, yo iba caminando solo, ya que a nadie le caía bien, por lo cual no tenía amigos. (Era un chico muy creído, popular, las mayoría estaban enamoradas de mí). La otra razón, es que no era muy sociable, en ese entonces, la verdad no sabía porqué, más adelante ya comencé a llevarle bien con las personas.
Al verla ahí sola, me llamo la atención por lo cual, me senté a su lado, y me queda mirando con una expresión muy rara.

Recuerdo:

–Hola, me llamo Caín. –me presento
–Samanta. –dice mirándome a los ojos, y luego vuelvo su mirada al piso
–¿Te molesta que me quede aquí? –pregunto
–No.
–¿Cuántos años tienes?
–Siete. ¿Vos?
–Nueve. –respondo

No dice nada, en ese momento toca el timbre, y se levanta yéndose para su clase, sin ni siquiera mirarme o despedirse.

Al otro día de nuevo en la escuela me la encontré hablando con su amiga muy animada.
Así que como el chico que no le teme al rechazo, me les acerqué.

–Hola. –saludo al llevar
–Hola. –responden las dos chicas
–¿Podría estar aquí con ustedes? Es que no me llevo muy bien con nadie, y no quiero estar solo.
–Sí, no hay problema. –responde Sam, tranquila mirándome, lo cual me pareció raro

Fin del recuerdo

Ese día hablamos un montón, Cata y Sam eran unas chicas geniales. Así que esa fue nuestra rutina, seguir hablando en la hora del receso. Luego comenzamos a juntarnos más adelante fuera de la escuela, y nos convertimos en muy grandes amigos.
Sí, ¿qué hacía hablando con unas chicas de siete años? Gran pregunta, no hay respuesta a ello. (Ahora no se nota la diferencia de edad, pero cuando éramos más pequeños un poquito sí).

Siendo la media hora de descanso, voy a la oficina de Samanta para avisarle e ir.

Al avisarle, deja lo que está haciendo, agarra su bolsa y nos vamos a su cafetería favorita, El Pasaje.

–¿Qué desean ordenar? –pregunta el mozo, al momento que tomamos asiento en una mesa lejos de las pocas personas que hay
–Pizza con aceitunas, y de bebida quisiera una coca-cola. –respondo, para luego mirar a Sam– ¿Y tú?
–Emm... lo mismo, está bien. –responde

Luego que el mozo nos tomara la orden se fue a traer nuestro pedido.

–Sabes Sam, en que estuve pensando hoy.
–¿En qué? –pregunta sonriendo
–En cuando nos conocimos.
–Oh, era raro sabes, eras más grande que yo y se te dio por hablarme. ¿Por qué se te dio por hablarnos? –ríe para luego agregar sonrojada– Hablarnos, a Cata y a mí.
–No sé, solamente se me dio, tal vez porque me llamó la atención la vez que te vi sola. –suelto una pequeña risa

Sí, la verdad es que sé porque me le acerqué. Yo, ya la había visto a Sam antes, un día había discutido con Catalina, pasó corriendo por mi lado, causando que choque conmigo pero ni se mutó, no me pidió disculpas, ni siquiera me dirigió la mirada.
Ahí comencé a verla, su sonrisa, hermosos ojos, su pelo, todo de esa chica me parecía muy lindo, lo que me llevó a hablarle. Luego la conocí, y todavía me parecía más atractiva, pasado años, su carácter, la gran personalidad. Es genial, muy linda.

Samanta Foster

Luego de comer nos fuimos de nuevo a la empresa.
Pasaron las horas e hice todo lo que tenía que hacer, para luego ir a la oficina de mi jefe.

–Adelante. –indica
–Caín, ¿vienes a casa hoy?
–Sí, dejo ésto u vamos, ya terminó tu horario.

Caín deja lo que estaba haciendo, para luego irnos en su auto. El camino fue tranquilo, y charlando sobre la lindas cosas que la ciudad tiene.

–Ya entraste pero bueno, bienvenido a mi casa.
–Sí, gracias. –sonríe
–¿Deseas algo de comer o tomar? –pregunto, ya que son las 18:20
–Lo que tú quieras.
–Bien, pero no tengas vergüenza aquí. –le advierto sonriendo

Voy a la cocina y preparo dos capuchinos. En eso viene Caín

–¿En qué te ayudo? –pregunta
–Prepara los sándwich calientes, mientras termino ésto.

Nos sentamos en el sillón, junto con las cosas cosas ya tener todo preparado. Apoyando todo en una pequeña mesita que tenemos al frente.

–Bueno, lo que te quería contar... ¿Sabés quien se viene a vivir unos meses acá? –me mira atento
–No, ¿quién?
–¡Adivina! –sonríe
–Bueno Ruiz, dame pistas.
–Ok Foster. –responde molestando– Tienes una gran admiración, desde que somos pequeños.
–Uf, pueden ser muchas personas. –suelto una risita e igual él
–Es famoso.
–Uy, eso me gusta. ¿Cantante? ¿Actor?
–Cantante o tal vez actor.

Me la quiere hacer difícil.

–¡No se vale! –reprocho
–¡Vamos! Adivina.
–Bueno, puede ser, Abraham Mateo, Michael Ronda, Ross Lynch, Christopher Vélez, Ruggero Pasquarelli y Justin Bieber. No se más dime tú esta entre esos actores y cantantes?

(Los cantantes son todos solistas no existen banda ni nada.)

–Sí, está entre esos.
–¡Me muero¡ ¿Quién es?
–Pista, tiene una E en su apellido.
–Abraham, Christopher, Ruggero y Justin son los que tienen una E en su apellido.
–Bien, otra pista es que tiene una R en su nombre.
–Abraham, Christopher y Ruggero.
–Tiene una O en su nombre. –sonríe
–Christopher y Ruggero son los que quedan.
–Ahora no hay más pistas, adivina.
–Mira, me gustan los dos pero sabes que me muero por Chris. ¿Es él? ¡Oh por favor! Dime que sí. –suelto, emocionada
–¡Sí! Lo sé, estás enamorada de él.
–Tampoco es que este tan enamorada de él, nada más me gusta su personalidad, su risa, cabello, sus ojos, su labios hermosos, su cuerpo, su..
–Sí si, todo. –me corta riéndose
–Bien, si. –respondo de la misma forma
–Chiquita, ¿deseas saber cuando va a venir?
–¡Por supuesto!
–En dos semanas o menos.
–¡No me lo puedo creer! ¿Sabes dónde se quedará?
–La cafetería favorita tuya, bueno, ahí no. –suelta una carcajada– Hablando en serio, a dos cuadras de ahí. En los grandes edificios de allí.
–Oh sí, muy cerquita. ¡Ay me muero, ya quiero conocerlo!

Las horas pasan, y seguimos charlando, luego le comento a Caín que me iré a dar un baño, por lo cual él se queda mirando televisión.

Luego de bañarme me puse un short negro una remera con la torre de París y unas chancletas. Me peino y miro la hora y son 20:40

Bajo a la sala y esta Caín mirando una serie en Netflix.

–Ven Sam. –Caín me hace una señal para que me siento al lado de él

Voy y me siento.

Luego de bastante horas mirando la serie de doctores ya tenía mucha hambre.

Me separo de los brazos de Caín y me paro, ofreciéndole la mano para que me acompañe a hacer la comida. Preparamos milanesas con ensalada rusa. Fue divertido, entre muchas charlas, bromas y risas.

–Hey, tengo todos los cuartos sin hacer. –le informo, ya nos encontramos sentados comiendo– No te molesta dormir conmigo, ¿verdad?
–Por supuesto que no, chiquita. Ya hemos dormido muchas veces juntos. –me recuerda

Luego de comer, limpiamos y nos fuimos a dormir ya que mañana había que levantarse muy temprano.

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Holaa!
Nuevo capitulo espero que les guste!!
Voten y comenten me ayudaría mucho..

ME GUSTARÍA QUE ME AYUDEN A BUSCAR UN APODO A CAÍN QUE SE LO DIJERA SAM.. 

AYUDAAA GRACIIAS❤

Un sueño ~Christopher Vélez y una fan~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora