...
- Ay Blancanieves... - Dice en un suspiro, mientras cruza sus brazos - Sabes cual será mi respuesta ¿Cierto?
Pensé en mis próximas palabras mientras me mordía el interior de la mejilla - Tengo una idea de cual es, pero aún no es tarde para cambiar de opinión - Me encogí en mi asiento.
Negó con su cabeza repetidas veces; se veia enojado, pero aún así trataba de forzar una sonrisa - Mi respuesta es, y siempre va a ser: No. Fin de la historia.
Pude notar como sus ojos brillaban; y no, no era un brillo que irradiara alegría o algún sentimiento parecido; irradiaba ira, y odio, y al final de ambos, de forma casi imperceptible: tristeza.
No soy de esas personas muy abiertas en cuanto a sus sentimientos, sin embargo, soy muy capaz de percibir los de las otras personas, y sabía que Allen estaba roto en su interior; también airado y enojado, pero sobre todo, roto.
Ni siquiera había que ser muy listo para notarlo, solo hacía falta prestar atención a las lágrimas que se asomaban en sus ojos hacía unos minutos, cuando hablábamos de ese "personaje misterioso" que era parte importante de su vida... Y que ya no estaba.
Algo muy raro ocurría en el trasfondo de esa historia. Y pronto descubriría que era.
- Normalmente no me gusta hacer este tipo de preguntas, pero siento mucha curiosidad - Hice una pausa - ¿Por qué?
Frunció sus cejas.
- Porque no - Respondió entre dientes, agregando más fuerza al apriete de sus brazos.
El celeste de sus ojos se había vuelto opaco, y su semblante se volvía cada vez más oscuro. No era nada parecido al Allen que conocía; el que le encantaba hacer bromas y tomarse todo como un juego, el amistoso e irritante a la vez, ese que si bien, tampoco me terminaba de caer bien, si me agradaba más que esta nueva versión.
ESTÁS LEYENDO
Jóvenes de Cristo
SpiritualSeis jóvenes con distintas vidas, distintas situaciones, distintos pensamientos, y al principio, distintos caminos, pero al final algo en común, un llamado y un mismo destino, que conllevan una misión: Ir y predicar el Evangelio. No hay nada mejor...