Capitulo dedicado a ErlinBohorquez, un amigo fuera de la pantalla, y a Lmpena, porque ha apoyado mi libro desde que lo empezó a leer 🙌 ¡Muchas gracias!
...
Dejé el crayón amarillo a un costado de la cartulina, apreciando mi nueva obra de arte terminada. Fue tonto haber roto el dibujo anterior, como si tuviese la culpa de alguno de mis problemas, sin mencionar que era para una tarea escolar. Aunque, he de admitir que éste resultó mucho mejor. Podía competir con Emily cuando quisiera. Perdería, probablemente, pero sería divertido.Quitando los auriculares de mis orejas, contemplé mi visión de una vida feliz; una mujer y un hombre de cuerpos coloreados, sosteniendo las manos de un niño de supuesto cabello rubio, situado justo en medio de ambos.
Apoyé los codos sobre el escritorio, entrelazando los dedos y sujetando la frente en mis pulgares.
- Ayúdame a afrontar ésto. - Oré. - No podré hacerlo solo; es difícil. Pero si estás conmigo, lo lograré.
Estuve hablándole a Dios unos minutos más, rogando su compañía en momentos tan complejos. Habiendo terminado, apoyé mi peso en el respaldo de la silla, suspirando. Mis padres hablarían conmigo en cualquier instante; necesitaba estar listo; necesitaba atravesar esa tormenta y sujetar la mano de Jesús durante todo el trayecto.
Contuve el aliento cuando escuché la puerta abriéndose. Miré hacia la entrada de mi alcoba, encontrando a papá, solo, y algo apenado, asomándose detrás de la madera.
- Oh, lo siento, debí tocar ¿No? - Expresó, con una sonrisa torpe.
Aún nervioso por el motivo de su visita, le devolví el gesto, intentado ser más genuino. - No te preocupes.
- Bien, eh, ¿Puedo entrar?
- Por supuesto.
Me dí la vuelta para ordenar mis pocos útiles escolares, sin ánimos de confrontarlo. Dejé que observara mi habitación, quizás con demasiado cuidado; no era mucho el tiempo que se paseaba por ahí; de hecho, era prácticamente nulo.
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Jóvenes de Cristo
SpiritualSeis jóvenes con distintas vidas, distintas situaciones, distintos pensamientos, y al principio, distintos caminos, pero al final algo en común, un llamado y un mismo destino, que conllevan una misión: Ir y predicar el Evangelio. No hay nada mejor...