Capítulo dedicado a Samuel_Pirela y 08CesarM, primero amigos fuera de la pantalla que leen mi libro. No saben lo mucho que me alegra tenerlos por aquí.
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Nos sentamos en una de las banquetas que bordeaban la cancha central; donde Jason solía corretear tras una pelota junto a sus amigos; mientras veíamos la danza de las hojas que revoloteaban hasta el suelo, luego de que el viento las sacudiera fuera de las copas de los árboles lejanos.
Dejé que el sonido de las ramas chocando amortiguara el escándalo de mis pensamientos, tratando de hallar la paz y la coherencia necesarias para hablar correctamente. Éstos temas siempre traen complicaciones, y hay que saber abordarlos, al igual que el sentimentalismo que implican; lo sé.
Respiré el aire fresco de las doce del mediodía, antes de estirar uno de mis brazos para tomar la mochila del suelo, a un lado de mí. Saqué un envase de plástico y lo destapé, revelando una buena porcion de ensalada con pollo picado. Así mismo, busqué un par de tenedores y le tendí uno a Brian, dejando el contenedor en medio de nuestros cuerpos.
Cuando lo vi meterse la primera cucharada en la boca, decidí hablar:
- Las personas no siempre actúan con el propósito para el cual Dios las diseñó.
Recibí silencio a cambio, pero como no era una respuesta lo que esperaba, continué.
- Dios todo lo hace y permite con propósito, aunque el mundo quiera pensar lo contrario. - Hice una pausa, asegurándome de estar lista para esto. Sintiendo como la opresión en mi pecho disminuía, supe que si. - El matrimonio, por ejemplo, fue creado para durar, así como lo dicen: hasta que la muerte separe, pero el ser humano ha convertido una alianza tan hermosa y sagrada en algo insignificante, basado en superficialidad y emociones pasajeras. Una unión así, puede traer consigo cosas muy malas.
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Jóvenes de Cristo
EspiritualSeis jóvenes con distintas vidas, distintas situaciones, distintos pensamientos, y al principio, distintos caminos, pero al final algo en común, un llamado y un mismo destino, que conllevan una misión: Ir y predicar el Evangelio. No hay nada mejor...