...
Jadeo mientras corro e intento quitarme el sudor de la frente al mismo tiempo. Nicholas está a unos pasos delante de mi y tiene el balón, pero hay unos tres chicos más persiguiendolo para quitárselo. Acelero el ritmo para estar cerca de él, en un punto donde pueda verme y hacer el pase sin mayor complique. Sentía cierta fatiga, y tenía que hacer un esfuerzo superior para concentrarme en lo que estaba haciendo. Ya había tropezado con el balón dos veces, y gracias a eso, estábamos empatados 2-2 con el equipo de Tyler.
Traté de poner toda mi atención en el suelo que pisaba y el balón que rodaba ante los píes de Nick, pero mis pensamientos siempre reparaban en la misma escena, donde Sofía me observaba con desilusión y Brian con una furia tremenda.
Sus palabras seguían ahí, intactas, y las mismas se reproducían constantemente en mi mente y hasta casi en mis oídos.
- ¡Haber hecho nada te hace igual de culpable!
Mi vista se cristaliza.
- ¡Jason! - Exclamó Nicolas, y cuando pude apartar las lágrimas de mis ojos, el balón ya estaba llendo en dirección contraria, siendo empujado por los pies de Tyler.
Maldije en mi mente y frené de golpe, para correr detrás de él como si mi vida dependiera de ello. A ese ritmo, íbamos a perder, y mi orgullo no podría lidiar con eso; suficiente era el saber que los goles que teníamos acumulados fueran hechos por mis compañeros y no por mi. Asi que seguí corriendo, tan rápido como las piernas me lo permitían, y pronto, tuve a Tyler delante de mi.
Pero justo ahí, en el momento más inoportuno de todos, más recuerdos vinieron a mi. 3er Grado, la primera vez que vi a Brian, nuestra charla en las escaleras de la escuela y todas las veces en que lo vi sólo después de eso. 5to Grado, el baño, Brian llorando con la cara amoratada, hasta que se fue corriendo bajo las burlas de todos esos niños.
- Te perdono, porque es lo que Jesús haría.
Sentí mi cuerpo perdiendo el equilibrio y llendo al suelo, luego de tropezar con mis propios píes. Choqué con el césped y rodé un metro hasta detenerme, aturdido ante el golpe que hubo en el costado derecho de mi rostro y la leve torcedura en el tobillo. Escuché gritos de euforia, que sentí como burlas hacia mi patético ser. Pero no, Tyler había hecho un gol, a eso se debían.
ESTÁS LEYENDO
Jóvenes de Cristo
SpiritualSeis jóvenes con distintas vidas, distintas situaciones, distintos pensamientos, y al principio, distintos caminos, pero al final algo en común, un llamado y un mismo destino, que conllevan una misión: Ir y predicar el Evangelio. No hay nada mejor...