Capítulo 27. No es mi diario

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Cuando leí esta parte del diario me quede sorprendido, no era necesario buscar en internet información sobre lo que es el albinismo o sobre la enfermedad, pues esta chica (a pesar de que dice no ser inteligente en el ámbito escolar), ha plasmado en su diario su inteligencia y creatividad.

No sabía que había una persona albina aquí en Ovilmont y con razón, esa chica albina vive en las montañas junto con sus abuelos en una cabaña. No me imagino lo duro que debe de ser tener albinismo y encima Antropofobia... la piel de las personas o animales albinos es hermosa en mi opinión, pero el problema de tener la piel tan blanca es que es difícil salir al aire libre gracias a los fuertes rayos del sol, que pueden dañar la piel de un albino al ser tan delicada. Y en cuánto a su enfermedad es muy difícil tenerla, ya que por lo que leí, puede ser que su hermana se convierta en una mujer solitaria toda la vida si no lo supera.

En un instante mi corazón se aceleró bastante y me asusté, eso es porque alguien está tocando la puerta...

¿A estas horas?, no puede ser, ahora no... ¿cómo ocultaré el hecho de que he sido golpeado?, si mi padre me ve, me preguntará qué pasó en la fiesta y además puede ser que no me deje salir a ningún lado en mucho tiempo.

Me levanté de la cama y escondí el diario debajo de las sábanas, fui hasta la puerta de mi habitación y la abrí. Es Emilie, está en pijama y es lógico, son las 2:00 de la mañana.

—¿Qué pasa?, ¿por qué sigues despierta? —pregunté mirándola.

—Bueno... tuve una pesadilla... —dejó de hablar y me miró detenidamente—. ¿Qué te pasó en el rostro?

—No fue nada... —dije mirando a otra parte.

Emilie notó la herida de mi labio, hecha por Ethan, luego miro detenidamente mis brazos y a pesar de la oscuridad logró notar los moretones (parece un animal nocturno), se preocupó mucho y me miró sin saber qué hacer.

—Jayden... ¿por qué tienes moretones en los brazos y el labio así?, ¿quién te hizo esto?

—Me pelee con un ebrio, pero descuida, solo tengo que ponerme hielo en los moretones o pomada y poco a poco sanaran las heridas, no te preocupes por eso ¿de acuerdo?

—Bueno... —dijo más tranquila.

—Ahora cuéntame qué pasa, ibas a decirme algo.

Emilie pasó y se sentó en la cama (muy cerca de donde dejé el diario, cielos estoy un poco nervioso) pero ella solo me miraba a mí y no le importaba lo demás.

—Pues... no sé si sea buena idea decirte, es que eres mi hermano mayor, y no quiero que me hagas burlas o algo por el estilo a lo que diré.

—Oye, ¿vienes a mi habitación por qué tuviste una pesadilla y no quieres decirme?

—Bueno, está bien —dijo mirándome—. Soñe que el chico que me gusta me rechazaba...

En el momento en que me dijo eso me dieron ganas de reírme pero me aguanté y me llevé la mano a la boca para contenerme. ¿Esa es una horrible pesadilla?

—Se que suena un poco tonto, pero es el primer chico que me gusta de verdad, me encantan sus ojos azules, su tez blanca y su hermoso cabello rubio... y ...la forma en que me rechazó en el sueño fue horrible —dijo mirando al suelo—. Porque la forma en que me dijo que no, fue besando a una de mis compañeras,  ella me miraba y se reía de mí.

Cuando dijo eso la risa que quería soltar se desvaneció, mi mirada ahora es seria y quiero prestarle toda la atención a mi pequeña hermana, no importa si me estuviera contando la pesadilla más ridícula del mundo, tengo que tomármelo enserio en estos momentos por ella.

—A pesar de que no hablamos mucho... él me gusta demasiado, quisiera que me notará un poco más y fuéramos buenos amigos pero esta muy ocupado en sus estudios y siendo atractivo para las chicas.

Uy... sentí por un momento que hablaba de mí... (me dio un pequeño escalofrío).

—Tranquila hermanita, solo fue un mal sueño, creo que deberías de intentar hablarle y hacerte su amiga —recordé a Hazel—. Y... ser tú misma para que el vea lo increíble que eres y se de cuenta de que no hay más chicas como tú.

Emilie alzó la mirada y me sonrió.

—Muchas Gracias hermano, eres el mejor.

Yo sonreí también y fui con ella para abrazarla, pero agarró mi almohada y me dio un golpe con ella en el pecho, no me dolió, solo que no me lo esperaba.

—Vaya, ¿y eso? —pregunté mirándola sorprendido.

—Perdona, necesitaba golpear algo.

Reí un poco y la abracé, cuando lo hice ambos caímos a la cama y ella se quejó de repente.

—¡Ay!, siento algo en mi espalda, ¿pero qué? —dijo metiendo la mano debajo de las sábanas.

Emilie sacó el diario de Hazel y lo tomo entre sus manos mirándolo detenidamente, en cuanto vi esto abrí los ojos como platos y traté de quitárselo.

—Devuélvemelo mocosa.

—¿Tienes un diario? uhhh, y es rosita, que tierno eres hermano —dijo sonriente.

Logré quitarle el diario de las manos y lo recargué en mi pecho.

—Este no es mi diario —dije mirándola algo serio.

—Ohhh, ¿entonces de quién es? ¿es de tu novia? ¿cómo se llama? —dijo Emilie con una mirada pícara, alzando las cejas y soltándome un montón de preguntas.

—¿Qué?, por supuesto que no —miré a Emilie negando con la cabeza.

Emilie volvió a tomar el diario, abriéndolo y leyendo, mientras corría por la habitación.

—¡Ey! ¡ven aquí mocosa! —grité persiguiéndola.

—¡Hazel! ¿ella es tu novia?

Me detuve en seco y me sonroje.

—¡No! ¡ella no es mi novia! —dije frunciendo el ceño avergonzado.

—¿Entonces por qué estás tan rojito hermano?

—¡Basta!, sal de mi h-habitación ahora —dije tartamudeando por un momento y arrebatándole el diario, al alcanzarla.

—Claro —dijo Emilie entre risitas saliendo de mi habitación y corriendo a la suya.

Cerré la puerta estando algo agitado por haber perseguido a mi hermana y me golpee un poco las mejillas, sentí que el corazón se me saldría del pecho, fue la primera vez que tartamudee en toda mi vida...

—Ridículo, completamente ridículo —me quejé frunciendo el ceño.

Caminé hasta mi cama y me cubrí escondiéndome entre las sábanas.

Hazel Miller no es mi novia, ni siquiera la conozco en persona... y... ella no me gusta, somos  muy opuestos. Ella es una chica buena, tan inocente y tierna. Yo soy un chico problemático, que perdió la inocencia hace mucho.
¿Haríamos buena pareja?
Que ridículo, por supuesto que no.

Me acomodé entre las sábanas, abrazando mi almohada, poniéndome en posición fetal sobre la cama y cerré los ojos con fuerza tratando de dormir.

Este NO es mi Diario |Amor entre Diarios #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora