CAPÍTULO 18

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Rosalie

-Jacob Williams, ¿que demonios haces con mi celular?- dije alterada al quitarle mi celular a mi hermano.

-N-nada, solo veía fotos viejas- miente, lo se.

-sal en este mismo instante de mi habitación antes de que te dañe tu preciado rostro- dije mirándolo con los ojos entrecerrados.

Este idiota merece que le rompa la madre, pero no puedo porque estoy castigada, aun teniendo motivos para golpear a alguien aun asi no puedo, primero porque mi querido padre me amenazo con enviarme durante una semana con mi madre y dos porque no podría salir a ningún lugar... por el mismo maldito motivo, James Williams es un ser verdaderamente cruel con sus castigos, (noten mi sarcasmo), no puedo creer que me amenazara con eso.. pero es mejor hacerle caso a tener que soportar a Katherine gritándome porque llegue tarde o porque salí sin pedir permiso.

Cheque mi celular para ver si tenia algún mensaje del idiota de Marcus... lo único que encontré ha sido una notificación de que me había bloqueado, es de noche y no puedo hacer mucho porque estoy cansada... maldita misión, solo a mi se me ocurre salir sin mi celular y dejarlo en casa sin contraseña... si no fuera porque tengo el celular del idiota interferido con el mío ni me entero de que me bloqueo.

Ayer encontré al tarado de Jake en mi cuarto con mi celular en mano, sin que el se diera cuenta me acerqué por detrás y vi que estaba hablando con Marcus, me asusté ya que creí que el le había dado su nombre, pero por suerte no fue así, trate de llamarlo, pero no me respondía el celular y me bloqueó de WhatsApp, y juro que voy a enviar a Jake al hospital por eso.

Hoy me dirijo a casa de Marcus, tengo que hablar con el, pero ya será en mi apartamento, no me voy a arriesgar a que nos escuchen hablar o discutir y menos me arriesgare a que su madre me arme otro maldito escandalo, porque si, la señora Davidson me advirtio una vez el estar cerca de sus hijos, incluso dijo que yo era una muy mala influencia para su hija menor, que estupidez, si es necesario lo secuestro, mas si es en la cara de esa señora. Toco el timbre y me abre su hermana Brook, ella me cae bien, siempre fue así, e incluso ella está en mi grupo de amigos, los anormales, esos somos nosotros, o asi nos hacemos llamar.

-Rosa, creí que iríamos de compras el sabado- me dijo confundida.

-Y el sábado vamos, pero vine por tu hermano, tenemos un trabajo de química pendiente- le dije algo nerviosa.

-Ese idiota está en su cuarto con...- ya me estoy irritando- ElestáconTatiana.

Lo dijo rápido, pero la entendí, y si así es como el quiere, así será, se va por las malas conmigo. Subo a su cuarto y abro la puerta de una patada rompiendo asi la puerta, no me importa la maldita puerta, me importa mas quien esta detrás de ella, luego les cuento el porque soy tan salvaje, en fin, el muy desgraciado me quiere ver la cara de idiota que no tengo con la estúpida de su novia.

-Tu, mal parido, vienes conmigo- le digo caminando hacia el con pasó apresurado, vi su cara y ni se inmutó y eso ya colmo mi paciencia- VIENES AHORA.

Creo que mi cara estaba super roja de la rabia, fui hasta el y lo agarré de una oreja, el se empezó a quejar, sabe que cuando yo hablo se tiene que obedecer, no me gusta que me contradigan o hagan algo de lo que se puedan arrepentir, porque todo el mundo sabe como soy y saben que a nadie le conviene hacerme enojar y menos a tal magnitud que pueda perder la cabeza.

Llegamos a mi apartamento en silencio, era algo super incómodo.

- Me puedes explicar, ¿ por qué demonios me sacas de mi casa a la fuerza?- sólo lo mire aún más enojada, odio que me griten y el lo sabe, pero se lo dejé pasar, está en todo su derecho- HABLA, MALDITA SEA.

-PORQUE ESTABA CELOSA, POR ESO- dije de igual manera, el se empezó a reír como si le hubiera contado un chiste.

-Tu, celosa, no te entiendo- dice negando con la cabeza- Tu me odias, y ¿ahora me dices que estas celosa?- no entiendo a que se refiere, busco mi celular y verificó los mensajes que mi hermano le envió, y en efecto, el maldito se va al hospital está misma noche, pero primero, voy a encerrar al cara de simio que tengo en frente.

-Yo no te odio- le digo ya más calmada- mi hermano te escribió todo eso porque creía que era un chico con el cual salgo, el muy estúpido te envío todos esos mensajes sin que yo lo supiera- le digo viéndolo a los ojos.

-Y ¿por qué me tienes agendado con el nombre idiota?- Creo que ya es hora de cambiarle el nombre, yo no le respondí, si lo hago, juro que me voy a reír en su cara- Contéstame.

- No sabía quién eras, y cuando supe, no le cambie el nombre, sólo lo dejé así- le dije con una pequeña sonrisa, me quiero reír de su cara- Ya, no te enojes, tu eres un idiota, pero uno muy lindo- le digo poniendo mis brazos alrededor de su cuello y robando le pequeños besos castos.

Marcus sólo se hace el enojado, lo conozco muy bien, conmigo no puede fingir, en un descuido suyo lo beso muy apasionadamente, yo quise parar, de verdad que si, pero es que el es tan caliente que me derretí en cuanto nuestras lenguas hicieron contacto, no me pude resistir a sus labios y menos a esa lengua tan encantadora... es como una maldita serpiente que se enreda en tu cuello y no sabes como hacer que se desenrede.

El me sostuvo el trasero y me levanto, yo rodee su cintura con mis piernas y el camino hasta la habitación, todo sin dejar de basarnos, este hombre me tiene loca. Marcus quitó toda mi ropa y yo la suya, mientras el me besaba yo gemía de puro placer, el fue bajando hasta mi coño, allí introdujo uno de sus dedos haciéndome arquear la espalda, esto es el maldito paraíso.

-Estas tan mojada, y tan estrecha- Dios, su voz ronca me hizo más efecto del que me había hecho nunca, que sexy.

El beso mi abdomen y continuó bajando, juro que el paraíso le queda corto a la sensación que sentí al ver como me comía mi pequeño coño, sentí volar, hasta que llegaron los tan conocidos espasmos de un orgasmo. Marcus recibió toda mi esencia en su boca, y cuando digo toda, es TODA, para luego subir hasta mi y besarme. Si voy a morir algún día, moriré feliz, pero que sea después de uno de estos encuentros, amo a este hombre más que a nada, el es mi paz, mi tranquilidad, mi todo, no se que haría sin él.

Hago que Marcus ruede en la cama y yo quedo encima de él, voy repartiendo besos por todo su torso, y sus abdominales hasta llegar hasta su gran amigo, el maldito está más que super dotado, bajo su atenta mirada dejo besos en el, hasta que lo hago deslizar por mí boca, Marcus suelta un gruñido de excitación y hecha su cabeza hacia atrás, yo sólo continuó mi proceso hasta lo siento tensarse, ya se por donde va. Se que es mi primera vez haciendo esto, pero se supone que no me da pena nada, y esta no es la maldita excepción.

-Rose, me voy a...- no termino ya que pasó lo que trato de advertir, terminó en mi boca y no sabía tan mal, todo lo contrario, sabía bien, no como decían algunas chicas.

Marcus se sentó en la cama y me empezó a besar, y si antes estábamos caliente, ahora estamos más, Dios, lo deseo más que el aire para respirar, lo necesito, y sin más, de una sola embestida, Marcus entró en mí, yo sólo enloquecía de placer y le pedía cada vez más, hasta que llegamos al orgasmo, con el son los mejores orgasmos jamás tenidos, claro que yo sólo eh estado con él, para mi no existe nadie más, pero siguen siendo los mejores orgasmos jamás tenidos, y así sin más, cansados, nos dormimos abrazados, con miedo de que fuera un sueño y como si nuestras vidas dependieran de ese abrazo... yo podría asegurar que la mía si dependía de ese simple abrazo.



Mensajes a la nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora